Mi verso favorito: Escribir es nacer de Luis cernuda

...desde el polvo
me atrevo a
murmurar
tristes
palabras.
Escribir es
nacer,
dejar la
cristalina
morada de
inocencia
donde ya no
estoy.
Mi verso tiene formas
maternales,
es nube sobre el
mar
y una gota de l
luvia,

es niño que en la arena se entretiene

con las espumas y las caracolas.

Un saludo para todos los lectores, si ya seguías esta historia, lamento no haber escrito más y dejar la historia a la deriva, y si eres nuevo espera el nuevo giro de mi historia, traerá nuevas sorpresas, personajes nuevos, tramas nuevas y una nueva forma de dejarte fijo en la pantalla por mucho tiempo. Proximamente publicaré los primeros capítulos nuevamente (sí, los mismos) pero quiero volver a retomar la historia de cero para cambiar algunas cosas, no muchas. Espero que sean pacientes y les guste esta nueva historia que me complace tanto compartir con ustedes.

Espero que me hayan perdonado y que sigan la historia tanto como yo. Dentro de unas semanas cambiaré la dirección de la página conforme a como decida llamar a este libro.

¡Nos leemos pronto!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Luz

Capitulo 13.

No pasaba nada aun, los abrí lentamente para verlo, cuando se acercó lo suficiente para que la luz del crepúsculo lo iluminara vi a Cris, perfectamente iluminado bajo esa hermosa luz, todo lo que tocaba la luz lo convertía en algo hermoso, y él se veía tan bello bajo su manto, tan misterioso. Solo se quedó parado observándome, sin pestañear si quiera, solo me veía, me dolía devolverle la mirada, aun no podía creer que era él quien precisamente estaba allí, en frente de mi.

Una pequeña lágrima se deslizo por mi mejilla, ardía como fuego. Eso era el dolor entonces, fuego. Cristian solo pestañeo una vez y vi un gran rayo de luz, ya no estaba, había desaparecido. Alguien tomó mi mano por detrás y lo encontré a mi lado.

- Lo siento – fue lo único que dijo. Su voz se oía diferente, al parecer le dolía casi tanto como a mí.
- Sí, yo también lo siento.
- Debí habértelo contado. Tu confiaste en todos nosotros, y yo no confié en ti.
- ¿Por qué? ¿Por qué no me contaste? ¿Acaso crees que cuando me enteraría saldría corriendo?
- No, solo pensé que si no te contábamos y solucionábamos todo nosotros no tendrías que exponerte al peligro que te asechará.
- Lo sé, pero te equivocaste. Ese peligro ya me está asechando, y casi me atrapa.
- ¿Cómo dices? – dijo sorprendido y abrió sus ojos celestes como platos.
- Es una larga historia.
- Tengo mucho tiempo libre – y esbozó una sonrisa.

Le conté la sombra que aparecía en mi casa, los sueños, y la aparición de hoy, junto con la carta de mi padre. No le conté sobre la nota de Sam porque seguro la regañaría después de eso. Se quedó callado unos momentos, y luego dijo:

- Lo siento, otra vez. No sé de qué vale la pena decirlo, si igualmente te lastimé solo porque quería protegerte. ¡Ja! ¡Qué ironía!
- Sé que lo hacías por mi bien, me costó mucho tratar de saber que ocurría.
- Lo sé. Así que comprendí cuánto daño te hacia eso, decidí ayudarte a saber y te lo facilité un poco.
- ¿Cómo?
- Te vi con un chico hace un rato, y me quedé esperando a que entraras a tu casa para subir a tu alcoba y decirte. Pero como saliste con tu madre, esperé paciente sentado en un banco de la calle, esperando a que llegaras para contarte la verdad.
- ¡Oye! ¿Por qué me seguías? – dije interrumpiéndolo.
- No era nada malo, solo quería asegurarme de que estabas bien, y como estabas con ese chico Diamons supuse que estaban saliendo. – agregó con amargura.
- Si te refieres a Scott, es un amigo, en realidad el único que tuve cuando mis otros amigos ya no podían verme. – se lo restregué en pleno rostro.
- Otra vez disculpa. Déjame terminar de explicarte. Cuando te vi de regreso a tu casa era momento de actuar, así que me aparecí en tu alcoba, y moví los libros de Samantha en tu cama, y si, se que ella te dejo una carta en uno de ellos, no trates de cubrirla, no pienso regañarla por eso, en cambio, estoy feliz gracias que fue de gran ayuda. Oí tus pasos subiendo las escaleras y hui, me acobardé y no sé como tomarías que me apareciera en tu casa a explicarte eso.
- Te creo, ¿Pero cómo me encontraste aquí?
- En realidad después de salir de tu casa, vine aquí para pensar, ya que me había gustado mucho el lugar, y podía estar solo un rato, es horrible estar cerca de tus amigos cuando te tratan con tanto desprecio por no haberte dicho nada.
- Oh. Vaya, pensé que era la única que se lo pasaba mal.
- No. No sabes lo horrible que era todo esto, Sam y Lucas no me dirigían la palabra, Verónica no me dejaba de dar órdenes…
- ¿Verónica? – pregunté asombrada recordando la carta que había recibido ella. - ¡Ya entendí, mi padre le envió una carta hace años y yo la conseguí un día que a ella se le extravió!
- Si, fue Lucas quien hizo volar todos sus Libros para que tomara su carta, el ya lo sabía.
- Ese tonto, lo quiero tanto.

Ahora todo encajaba perfectamente, parecía estar destinado como un rompecabezas que se unía por magnetismo. Al fin entendía, la verdad en ese momento era tan hermosa, solo reflejaba luz. No estaba sola en esto, mis amigos también, y Cris no me odiaba, solo se preocupaba por mí, no podía estar más aliviada. No me importaba si tenía una estúpida sombra detrás, podía enfrentarla fácilmente, la luz era todo lo que necesitaba, la verdad. No pude soportar más esconder mi felicidad, y abracé a Cris fuertemente mientras escondí mi rostro en su pecho.

- Lo siento. No llores.

Alcé mi rostro para verlo a los ojos, cuando el vio mi cara se sorprendió de verme feliz, esbozando mi mayor sonrisa. Su rostro parecía el de un ángel, confundido ante la hermosa luz de la luna que había oscurecido el claro, ahora si se parecía al lugar que recordaba, solo que mas hermoso, ya que se iluminaba con esa hermosa luz, la verdad.

- Estoy feliz, ya te perdoné, no tienes que pedir perdón. Me siento feliz porque ahora sé la verdad, y también porque no me odias.
- ¿Odiarte? ¿A ti? Jamás te he odiado y Jamás te odiaré Cristie. Solo te prometo nunca más hacerte daño, no volveré a lastimarte.
- Gracias Cristian, no sabes cuánto alivio me da escuchar la voz de mi verdadero amigo de nuevo.
- Te llevaré a casa. Toma mi mano y cierra los ojos.

Me acerqué, tomé su mano y cerré los ojos. Aunque tenía los ojos cerrados podía sentir como la estancia se iluminaba y como si alguien me empujara fuertemente hacia delante, y Cris me soltó de la mano. Abrí los ojos y ya estaba en el salón de mi casa, y el se encontraba a mi lado.

- Será mejor que me vaya – dijo – Los demás ya deben estar preocupados, si quieres ven mañana a mi casa, todos te estaremos esperando, solo te tienes que aparecer.
- Oh, ya puedo ahora que soy maga. ¡Aun suena raro decirlo!
- Si, con el tiempo te acostumbraras, te lo aseguro.


Corrí a abrasarlo de nuevo, y él me devolvió el abrazo, yo solo cerré los ojos y sonreí, ante lo verdadero que era ese momento.

- Adiós Cristine – dijo mientras se soltaba de mi abrazo y retrocedió unos pasos.
- Adiós.

Solo vi la luz blanca y su mano despidiéndose antes de desaparecer de mi casa…

Estaba agotada y busqué señales de mi madre, aun no había llegado. Seguro que Verónica la llevo a pasear porque sabía que yo estaría con Cristian. Fui a la cocina a tomar algo de agua y sentarme, en ese momento sonó el teléfono:

- Hola cielo, ya veo que estas en casa. Vengo en media hora ¿Todo bien? – dijo Yess en el teléfono.
- De maravilla, no te extrañes encontrarme dormida en mi cuarto, estoy exhausta, la película del cine era algo mala.
- Si, te entiendo. Adiós cielo.
- Adiós – y colgué el teléfono.

Subí a mi cuarto a asearme y vestirme con mi piyama azul con nubecitas, siempre me hacia dormir bien. Me acosté en mi cama recordando todo lo que pasó hoy, la salida con Scott, la carta de mi padre, Cristian en el claro…

Esa noche me costó conciliar el sueño, ya que tenía tantas cosas en la mente, me puse a jugar con algunas cosas en mi cuarto como mis peluches, los hacía levitar y bailar por todos lados, que divertido era eso. Comencé a sentir un poco de sueño, así que apagué mi luz con tan solo usar magia, solo sonreír ante eso. Me puse a mirar mi calendario, estábamos a 26 de Octubre, ya llevaba más de un mes en Heauston, como había cambiado mi vida. En ese momento me sumergí ante el más tranquilo sueño, pude dormir perfectamente sin pesadillas en mis sueños…

Me desperté de lo más tranquila, sintiéndome relajada al fin. No tenía porque preocuparme, ya sabía toda la verdad, y podía ver a mis amigos de nuevo. ¡Sam! Ya la quería ver de nuevo, la extrañaba más que nunca. Bostece un poco antes de levantarme y dirigirme al baño, pero caí sentada al suelo cuando vi a mi amiga en mi ventana observándome mientras reía.

- ¡Despertaste al fin dormilona! – exclamó.
- ¡Sami!

Me paré y corrí a abrazarla con toda la alegría posible, no quedamos saltando y gritando un rato. La solté y le dije:

- Espera un momento, mi madre. ¿Yess sabe que estas aquí?
- Si, ya Verónica y Cristian le explicaron todo en la mañana.
- ¿En la mañana?
- Si.
- ¿Qué hora es?
- Son las 2:00 p.m
- ¡Madre mía! ¿Por qué no me despertaste?
- Es que te veías tan linda durmiendo. Y bien… ¿Qué quiere hacer ahora la bella durmiente?
- Primero terminar de levantarme y después lo que tú quieras.
- ¿Ir de compras?
- Solo si tú quieres.
- ¡Yupi! – aplaudió Sami contenta mientras daba saltitos de emoción.

Samantha me esperó paciente mientras jugaba con mi psp y suspiraba cada vez que perdía, eso me causo gracia. Me bañe, y me cambié mientras me ponía unos jeans negros con una hermosa camisa blanca que dejaba escotado los hombros y era suelta, solo tenía un ajuste en la cadera. Cuando ya estaba casi lista Sam sostenía un cepillo y me sentó en mi silla.

- Yo te peino. Vas a quedar lindísima. – me dijo ella.

Esperé paciente sin mirarme al espejo, ya que cada vez que volteaba a verme ella me reprendía. Me alisó el cabello, y le hizo unas pequeñas ondulaciones en las puntas, cuando terminó exclamo:

- ¡Ta raa! ¿Qué te parece?
- Quedé linda, gracias Sami. – le dije mientras me miraba al espejo.
- De nada. ¿En serio te gusto? – dijo mientras ponían cara de perrito bajo la lluvia.
- Claro tonta, gracias.

Bajamos contentas a la cocina donde me esperaba Yess sonriendo con dos platos de comida para Sam y para mí. Era estofado caliente con un poco de pan francés al lado, olía excelente. Mi amiga y yo comimos como nunca mientras mi mamá nos contaba las novedades que le había contado Verónica sobre mis amigos y yo, sobre el libro que faltaba, el que tenía que encontrar.

- Y ¿Qué piensan hacer hoy las señoritas? – preguntó Yess cambiando de tema.
- Vamos de compras.
- ¿Pensabas ir sin decirme?
- ¡Claro que no!, si quieres no voy y me quedo aquí, sin nada que hacer, sola, sola, sola… - dije fingiendo tristeza.
- Que melodramática Cristine.
- ¿Me la presta sol unas horas? – preguntó Sami.
- Claro, yo las llevo. – dijo Yess mientras sacaba las llaves de su auto.


Mi madre nos llevo hasta el centro comercial y nos dio dinero para comprar ropa
Caminamos al centro comercial llenas de alegría mientras decidíamos en que tienda nos metíamos. Íbamos a entrar a una tienda muy linda, donde vendían ropa de marca pero no nos gustó nada de la ropa, y casi todas las chicas de adentro se llevaban exactamente lo mismo, eso me irrito mucho. Más adelante Sam y yo vimos una tienda muy bonita llamada Ecologic World, me gustaba el titulo, las telas de las ropas seguro eran de fibras naturales, que lindo.

- ¿Qué tal si entramos a esa Sam? – le pregunté a mi amiga mientras la jalaba por el brazo.
- Si. Hace tanta falta que me preguntes.

Tomé un montón de ropa, y aun así me habían gustado otras más, vi una linda camisa gris y rosado perfecta para mi, en cuanto la iba a tomar Sam hizo lo mismo. Nos miramos un momento y después estallamos en risas.

- Mejor yo la tomo en morado y tú en este color – reía Sam.
- Claro, tampoco somos gemelas o algo así – odiaba las BFF’s que se vestían exactamente del mismo color, se peinaban exactamente igual, parecían copias.

A Sami y a mí nos gustaban muchas cosas iguales, pero no éramos esas chicas que parecen hermanas solo por vestirse igual, o porque supuestamente son almas gemelas. Éramos como hermanas porque nos congeniábamos tan bien como si fuéramos eso, hermanas, nos entendíamos en todo, era genial.

Pasamos a los vestidores mientras yo me probaba todo lo que tomé, descarté un par de camisas que no me gustaban, o no me quedaban.

- ¿Qué te parece esto? – le enseñé a mi amiga una combinación de camisa y jean que me había probado mientras salía del vestidor.
- Se ve genial ¡Me encanta! Yo ya tengo lo mío aunque… ¿Estos pantalones no me hacen ver gorda? – reí ante su comentario, aunque no sé porque pero eso me hizo acordarme del chiste de Scott.
- Están perfectos, espérame mientras busco toda mi ropa.

Me cambié de nuevo a mi ropa de antes y fui con Sam a la caja para pagar. Salimos de la tienda comentando nuestras buenas decisiones respecto a la ropa, nos gustaban mucho. Sam se detuvo cuando vio cerca a un grupo de chicas que iba cerca, eran Regina y sus amigas.
- ¿Qué pasa Sam? – le pregunté.
- No nada. Que superficial, van saliendo de esa molesta tienda que entramos al principio.
- ¡Oh, tengo una idea!

Traté de esforzarme para activar la alarma de la tienda, y lo logré. La alarma resonó en todo el centro comercial y Regina se asustó asiendo caer sus bolsas, atrás de ella se encontraba el guardia de seguridad de la tienda que la sujetaba de un brazo, Sam y yo estallamos en carcajadas viéndola entrar de nuevo en la tienda junto al guardia.

- ¿Cristie, tu…? – comenzó a preguntar Sami.
- Si. Genial ¿no?
- Estupendo. Muy gracioso en realidad.
- Admítelo, soy una genio
- Si… ¡Oh gran dama de la sabiduría! Tonta.
- Yo también te quiero amiga
- ¡Que linda! Vamos a ver donde están los chicos – y salimos del centro comercial.

Tomamos un taxi hacia la casa de Sam, era extraño volver otra vez, hace cuatro días pensé que nunca más pisaría esa casa. Qué lindo cambio había ocurrido, salimos del taxi mientras Sam tocó el timbre de su casa.

- ¿Quién? – preguntó Cristian a través del timbre.
- Soy yo bobo, ábrenos a Cristie y a mí.
- Ah, espera un momento

En menos de tres segundos ya estaba el portón abriéndose de par en par en frente de nosotras. Nos dirigimos en la entrada donde nos esperaban Cristian y Lucas sonriendo…


Hola!! Esta es mi ultima publicación POR ESTE AÑOO CLAROO, aunque les dejo una super intriga para el siguiente cap! que bello!, se acabo el año, quien diria... Tengo tantas sorpresas para ustedes el año que viene!! voy a actualizar la página y cambiar los colores, Ah, claro, noo se me puede olvidar los blogs de los Potter claro, pero es sorpresa. Comenzaré a escribir a partir del 3 de Enero, esperen mientras!!

Los amaré siempre, gracias por visitar mi blog a diario, para mi es como si me estuvieran visitando, no saben lo importante que es para mi!! Les dejo una canción que estoy escuxando en estos momento, que me identifiqué muxo con ella por esta estrofa...

I'm not a princes,
this ain't a fairytale
I'm not the one you’ll sweep off her feet,
Lead her up the stair
well This ain't Hollywood;
this is a small town,
I was a dreamer before you went and let me down
Now it's too late for youAnd your white horse,
to come around

White Horse - Taylor Swift
Tal vez ustedes también se han sentido así... Feliz año nuevo para ustedes!! que la pasen super bien el 31 y cumplan sus promesas de año nuevo, yo ya hice la mia ;) Los amo
xoxo 4ever mari R☆★

martes, 29 de diciembre de 2009

La verdad

Capítulo 12.

¡Cristie despierta! Pensé rápidamente y giré mi rostro justo a tiempo para que Scott besara mi mejilla solamente, el aludido abrió los ojos como platos y se distanció de manera formal.

- Lo siento – dijo – me dejé llevar por el momento.
- Descuida, te perdono – solo llegué a decirle.
- Cristie, se que te incomodé y creo que me merezco una bofetada, ya que me pasé de fresco. Lo siento, entiendo que estés molesta conmigo pero…pensé que me querías – dijo con tristeza.

Me partía el corazón verlo así, pero no sabía si podía corresponderle, si lo tratara lo suficientemente bien como para merecerlo. Aunque Scott era mi mejor amigo, no quería perderlo, pero tampoco quería hacerle daño, y no estaba segura de lo que sentía por el.

- Scott, quiero que sepas antes que nada que eres mi mejor amigo y que te quiero, y de una u otra forma eso no va a cambiar, siempre te querré. Sé qué esperas una respuesta exacta de lo que siento por ti, pero estoy hecha un lio, y no sé exactamente lo que siento en estos momentos. Solo quisiera tener un tiempo a solas y pensar, meditar, ya que lo necesito porque ando sumamente confundida – Escogí esas palabras con la mayor sinceridad posible, no quería lastimarlo, pero tampoco le iba a mentir.
- Gracias por ser honesta Cristie, es lo único que quiero en estos momentos. Si necesitas pensar te dejaré sola, y si quieres esperar para saber que sientes por mí, no te presionaré y solo te esperaré el tiempo que sea necesario, no pienso rendirme. – dijo él con dulzura.
- Muchas gracias, es todo lo que pido. Eres un chico muy especial Scott Diamons – dije repitiendo las palabras que antes él había dicho.
- Y aunque ya sabes que siento por ti esto no cambiará nada si no quieres, podrás contar conmigo siempre, seré tu amigo y estaré a tu lado hasta que ya no quieras verme.
- ¡Scott!. Siempre me alegro de verte. – exclamé.
- Gracias, tengo que irme. Cuando quieras verme solo piensa en mí, te prometo estar allí siempre para ti. Adiós Cristine – dijo y me besó la mejilla.
- Adiós Scott – dije mientras lo veía alejarse.

Me quedé un rato en la puerta de mi casa observando a la gente, algunas me miraban con curiosidad y otras con antipatía. Entré y me dirigí al salón, donde se encontraba mi piano blanco en una esquina cerca de la ventana que estaba cerrada por las cortinas.

Me senté en el piano y me quedé un tiempo admirándolo, era tan hermoso. Tenía alrededor de 1 año sin tocar el piano, pero en ese momento la soledad clamaba en gritos dentro de mí. Comencé a tocar una tonada suave que siempre me gustaba The Meadow de Alexandre Desplat, era triste, pero no me dolía esa canción, por alguna extraña razón me hacía sentir mejor. Cuando terminé la melodía, Toqué la favorita de Sam, no pensé en ella cuando comencé a deslizar mis dedos entre las teclas del piano, solo pensaba en esa canción, trasmitía muchos sentimientos con tan solo oírla, alegría, tristeza, melancolía y amor.

Sin darme cuenta de que unas lágrimas habían escapado por mi rostro, las sequé con mi mano, pero no pude contenerme más y lloré, lloré como si no había llorado antes, como si mis lágrimas nunca se secaran. En ese momento llegó mi madre y me encontró y en mi escondite solitario, se sentó a mi lado en el piano y beso mi frente.

- ¿Vas a contarme que te pasó hoy? – preguntó.
Asentí y le relaté el perfecto día que pasé con Scott, solo me salté la parte de la sombra y en especial, la del beso. Ella solo me miró con cautela, suspiró y dijo:

- Entonces Scott Diamons es el afamado admirador secreto que tenias, aunque de secreto solo le duró unas horas, yo ya lo imaginé desde un principio. Que dulce es ese chico.
- ¡Hey! ¿Tú también lo apoyas? – pregunté indignada de su traición.
- Solo digo que es un lindo chico, caballeroso y lo más importante, te quiere. – dijo con ojos melosos Yess.
- Me traicionas madre, pensé que nunca llegaría este día – dije fingiendo ira.
- Solo quiero que seas feliz, cielo.
- Sí, pero pensé que me apoyarías.
- Te apoyo hija, solo que deberías darle una oportunidad, tal vez te llegarías a sorprender tu misma y no sé, puedas sentir lo mismo que él siente por ti, se ve que te quiere mucho.
- Aunque al final yo soy la que decide, así que necesito pensar un tiempo. – dije.
- Claro. Te puedo dejar sola si quieres, o prefieres ir de compras conmigo y Verónica, que prometió darnos una vuelta por las mejores tiendas del pueblo. – dijo Yess emocionada.
- Si, no tengo nada mejor que hacer.

Subí a mi habitación a cambiarme y colocarme algo más cómodo, una camiseta verde claro, unos jeans azules y mis converse. Me quedé un rato viendo el cielo en mi ventana, siempre me gustaba admirarlo, de pequeña soñaba con estar volando en las nubes, ese día estuve muy cerca, tan cerca, solo que tal vez ya no debía ser más así. Ante esa verdad me quitó las ganas de ver las nubes, y volví a la sala, donde me encontré a Yess ya cambiada tocando una canción en su guitarra negra, era preciosa, las canciones de mi madre siempre eran las mejores.

Me senté a su lado para escucharla un rato, unos minutos más tarde llamó Verónica a la puerta, y mi madre salió a recibirla a mi lado. Verónica ese día andaba feliz con una sonrisa dibujada en su rostro, aunque en sus ojos reflejaba algo diferente, solo esperé para saludarla después que mi madre. Cuando me vio su sonrisa se disminuyó un poco.

- Hola Cristine – saludó ella - ¿Cómo estás?
- Hola profesora, muy bien – mentí otra vez.
- Me alegra, aunque fuera del colegio llámame solo Verónica ¿Si?
- Si.
- ¿Qué tal si vamos al centro comercial? – sugirió de repente Verónica.
- ¡Por supuesto! – dijo Yess alegre.

Salimos de la casa y nos montamos en su convertible rojo, mi madre en el asiento del copiloto que no dejaba de hablar con la profesora, y yo en el asiento trasero, algo incomoda. Vimos pasar por las ventanillas los autos, casas, tiendas y personas. Me quedé pensando en todo lo que había hablado con Scott, se me hizo un nudo en la garganta y volvió el mismo cosquilleo cuando recordé su nombré, me dolía pensar en el, ya que solo tenía dos opciones: La primera era decirle que podíamos ser solo amigos, y lastimarlo por puro egoísmo, porque aunque no lo quisiera como él a mí, no quería que él se fuera, era egoísta, lo sabía. La segunda opción era darle una oportunidad y esperar alguna sorpresa de esto, tal vez lo llegaría a querer igual con el paso del tiempo…

- ¿Qué tal la idea Cristie? – dijo Verónica.
- ¿Qué cosa? – dije despertándome de mis pensamientos.
- Tengo que comprar algunas cosas, y quiero llevarme prestada a tu madre al centro comercial. ¿Quieres ver una película para no aburrirte?
- Ah, sí me parece bien.

Verónica se estacionó al frente de un cinema para que yo me bajara, me despedí de ellas y entre a escoger una película. Había una de terror, pero no quería ver esa, ya estaba lo suficientemente asustada para querer ver una sombra detrás de mi otra vez. Estaba un gran cartel a mi derecha que aparecían dos jóvenes abrazados, estaba más que segura que no vería esa, no quería sentirme peor de lo que estaba. Elegí una de comedia, tal vez me haría reír, aunque lo dudaba mucho, compré unos kisse’s en la entrada y me caminé hasta mi sala de cine.

La película estaba un poco aburrida y algunos chistes no tenían sentido, ¿Por qué la protagonista se iba a enamorar del hermano de su novio? No tenía sentido, ¡Solo tenía que terminar con su novio para no lastimarlo más! A la mitad de la película decidí irme porque no me había gustado para nada.

Caminé un rato por las calles y decidí llamar a un taxi para irme a casa. Sabía que estaría sola cuando llegaría pero no me importaba. Subí a mi alcoba y vi los cuadernos de Sam en mi cama, no recordaba haberlos dejado allí, tomé su libro de Literatura, ya que era el primero, lo abrí para observar su letra y los pequeños dibujos que colocaba en las esquinas de los cuadernos, cuando pasé de página había una nota que decía Cristine. Era para mí. Abrí con cuidado la nota para leerla:

Lo siento tanto por no haberte dicho nada. Pero Cris no me deja y si te lo digo se molestará mucho. Espero que me perdones, siempre seré tu amiga aunque en estos momentos no podré estar contigo.

Te quiere
Samantha
PD: Deberías leer cuentos de Merlín para estar mejor informada. Es la mejor llave.


Cuando termine de leerla lloré de nuevo, solo que esta vez era de alivio al pensar que Sami aun me quería, aunque su hermano no. Volví a verla pero no había entendido muy bien la postdata que me había dejado en la carta. ¿Cuentos de Merlín? ¿A qué se refería con eso? La mejor llave…

- ¡Lo tengo! – pensé – Al fin la verdad.

Atravesé mi habitación para encontrar mi cofre de labrado de madera. Lo abrí para sacar lo que buscaba y entonces encontré lo que buscaba. Mi libro de cuentos favoritos de Merlín el Mago.

Lo abrí para leerlo a ver si encontraba algo sobre una llave, pero en vez de los dibujos de colores y las letras divertidas de mi libro se encontraba otro que decía:
La magia a través de las eras
El hipnotismo y control
Escrito por Adrian Brians


Reconocí la letra de mi padre en cada página del libro. Aparentemente hablaba sobre magia, me entro mucha curiosidad así que leí el primer capítulo:

Capítulo 1. Como hipnotizar humanos.

El hipnotismo es un arte complicado, ya que su objetivo es crear un trance en la persona que se desea hechizar, en este caso humanos. Para hipnotizar magos se requiere un gran potencial y mucha concentración, ya que se tiene que hechizar al enemigo que posee los mismos dones que nosotros y tienen la posibilidad de repelerlo y defenderse, como dice mis colegas Giovanni Diamons y Alexander Wittcher en Ataque y escape del enemigo y Defensa y astucia en momentos de muerte.
En las siguientes paginas se encontraban los pasos para hipnotizar solo usando la mente, como controlar a cualquier ser humano y como matarlo. Eso me puso los pelos de punta.
Al terminar de leer solo un capítulo me quedé sorprendida ante la información que tenía ese libro. No era mi libro, pero en cambio este lo había escrito mi padre. Mi padre… vi el libro y lo abrace, de él se cayó una nota con su letra y la leí:

Querida Cristine. Espero que esta carta haya caído en tus manos, con el secreto que tiene guardado. Lo siento por no decirte esto en vida, pero espero que sepas entenderlo: Eres maga, puedes realizar magia, siempre has podido, no te molestes con tu madre por no haberte dicho, ya que yo le dije que era lo mejor para ti. Escondí en tu libro de cuentos algo de suma importancia, un libro que escribí, habla sobre trucos y hechizos que descubrí, por favor no dejes que caigan en malas manos. Te he encomendado una misión:
He escrito otros 5 libros similares a este con unos colegas, claro, unos mas peligrosos que otros. Los he ocultado con unos amigos de la familia que pronto conocerás, cada familia tiene uno. Tu deber es encontrarlos y esconderlos. Las 5 familias te darán los libros cuando se los pidas a mi nombre, todas excepto una, la familia Louge, vinieron de Francia cuando se enteraron que yo tenía los libros, y por esa razón los escondí, ya que a diferencia de nosotros ellos los quieren para otro fin, torturar y matar. No dejes que caigan en sus manos, y trata con ayuda de las familias Wittcher, Diamons, Gómez y Vivaldi de apoderarte del libro de los Louge. Cuando cumplas 16 años pasará mi abogado unos bienes a tu nombre gracias al testamento que escribí, legándote no solo estos libros sino una pequeña sorpresa de parte de mi familia que no podía darte ahora, ya que llamaría la atención y crearía sospechas. Espero que hayas entendido la poca información que te pude dejar, y que nos perdones a tu madre y a mi por no haberte dicho esto antes, era por tu seguridad.

Te amará por siempre
Tu padre Adrian Brians
AB



Me arrodillé en el suelo aun con la carta en mis manos, tal vez una de las últimas cartas que habría escrito, para mí. Comencé a llorar sin control, no me importó llorar, pensé que mis lágrimas se habían secado completamente, pero solo era para darles paso a otras. ¡Cuánto quisiera que estuvieras aquí! – Pensé - ¿Por qué te fuiste dejándome una estúpida misión de la que no sabía?
Mi mente seguía pasando escenas de mis amigos, de mi familia, de todos, me habían ocultado que era en realidad y nunca me habían dicho, por eso Sam me quería contar al igual que Lucas porque me querían, pero Cristian no.

Esto no tenía ni pies ni cabeza, ¿Por qué no me quería contar Cristian la verdad, pero los demás si? ¿Acaso era tan grave? O la otra opción que quedaba era simple, no me quería, nunca fui su amiga y no quiso confiar en mí. ¡Qué drama se había formado! ¡Parecía extraño todo el cambio que había en mi vida en tan solo tres días!

No me reconocía a mí misma, quería escapar, irme a un lugar donde nada cambiara. Tomé de nuevo mi suéter gris y bajé corriendo las escaleras, solo le dejé una nota a mi madre diciendo: Salí un rato a caminar, vuelvo pronto.


Los carros y la gente parecían ir más rápido de lo normal, o era mi corazón y mi cerebro quienes lo hacían parecer así. Caminaba apresuradamente en dirección contraria de las personas, que tropezaban sin mirarme si quiera.

De pronto sentí ganas de ir al lugar donde todo había empezado, aquel claro de mi primer sueño. Mi primer día en Heauston Seattle, aquel sueño con la sombra, aquella sombra que ya no me hacía sentir miedo, si no rabia. Corrí al bosque tratando de recordar los caminos por donde había pasado antes de encontrarlo. Debía estar cerca del río, ya que el camino era muy similar. Seguí caminando durante un tiempo, dando vueltas en círculo hasta que lo vi, más hermoso de lo que recordaba.

La luz del crepúsculo se asomaba en el claro, y se reflejaba en el agua, dándole ese aspecto tan mágico, de luz. Los arboles mostraban formas y siluetas mientras más te adentrabas a verlos, le daba un aspecto sombrío. Luz y oscuridad juntos, era perfecto. Sentí que una sombra se movía y me puse a la defensiva buscando LA cosa que se movía se esa manera, entonces la vi, era una sombra que caminaba lentamente hacia mí al otro lado del lago, me entró pánico, pero sobre todo surgió la misma cólera que sentía hace rato por la sombra que me perseguía.

¡Hey soy maga!, recordé. Me concentré en arrojarle una roca pesada que se encontraba cerca de la sombra y esta salió volando por los aires velozmente en su dirección, pero la sombra la detuvo con tan solo alzar el brazo y la roca despego hacía el otro lado del bosque.

Estaba aterrada, ya no tenía más ideas en mi cabeza, ¿Qué iba a hacer ahora?, caminaba despacio en mi dirección sin ningún movimiento brusco, yo esperé aterrada su ataque cerrando los ojos….

Hello!! Casi 400 visitas!! Yes!!! Lo siento por no har publicado este cap, mi hermano cumplió año ayer, en el día de los inocentes, pasamos rato de la tarde inventando bromas! Espero que les guste este cap, le da un giro completo a la historia!! Me esforcé muxo en escribirlo, comenten a ver que tal!!
xoxoxoxoxoxoxo mari R☆★

lunes, 28 de diciembre de 2009

HOLA A TODOS

Hola !! Antes de empezar solo les tengo que decir algo: LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO!!!! Hoy no voy a publicar un cap, hoy cumple mi hermano y voy a pasar todo el día con el!!

Solo quisé escribir esta nota para dejar algo muy claro...NO PIENSO COPIAR NINGUN BLOG
Estuve visitando algunas páginas con historias realmente buenas, y es una lástima que no las tomen en serio por seguir blogs a la moda, aunque a cada uno lo suyo, cada quien tienes sus gustos y eso hay que respetarlo claro. Lo unico que pido es que haya más originalidad a la hora de escribir un blog, desde que empezó la moda de Twilight (No es malo!, ya que a mi también me gusta muxo) ahora todos solo escriben de eso, de vampiros. Cuando me enteré de que esta página existia ya estaba la moda de crear blogs, quise crear este blog, para expresarme, y crear una historia diferente a las otras, para que todos pudieran leerla, me gusta leer diferentes historias, diferentes, originales, para no aburrirme y variar, historias de ficción, ya que nos alejan del mundo un rato... son geniales.

Estoy muy triste al pensar que los blogs diferentes, que son realmente buenos, no todos los leen, por favor xicos ¿Qué tiene de malo variar un poco? Ahora cuando termine Twilight y empiece Fallen, ¿Ahora todos seguiran a los blogs de angeles y demonios? ¿Es muxo pedir qué varien un poco? Xicos quiero aclarar que me encanta Harry Potter, Twilight, Vampyr, Fallen y Host, me gusta variar.

No me sorprende que los blogs más leidos son los de vampiros, yo leo varios porque me gustan algunos, son buenos y otros realemente alucinantes. Pero... que tal si escribimos de algo diferente, yo se que no es fácil escribir, a mi me cuesta muxo, pero respetemos un poco el trabajo de los démas y hagamos el nuestro propio para darle más sentido a esta página.

Espero darme a entender y que no se lo tomen como una ofensa o algo malo, solo quise expresarme, de nuevo. Diganme que les pareció esto, y si les llegó el mensaje de los que les acabo de dejar. DEJO CLARO QUE NO ESTOY OFENDIENDO A NADIE NI HACIENDO MALA O BUENA PUBLICIDAD A NINGUN BLOG, solo me liberé un poco. Gracias otra vez xicos por estar leyendo aqui y por favor sigan escribiendo. Los quiero un monton
xoxo Mari R
PD: les prometo publicar mañana!! es increíble el giro del siguiente cap!!

sábado, 26 de diciembre de 2009

¿Una Cita?

Capitulo 11.

- Y… ¿Quieres salir conmigo? – preguntó Scott.
- ¿Cómo en una cita? – dije. Lo menos que quería en estos momentos era eso, una cita.
- Solo si tú lo quieres.
- Me agrada una cita como amigos – traté de evadir su invitación sin rechazarla, no quería herir sus sentimientos.
- Me parece perfecto.
- ¿Sabías que estas sumamente hermosa el día de hoy? – preguntó el de halagador con una inmensa sonrisa en su rostro.
- Oh, gracias.

Salí de la casa mientras íbamos caminando por el pueblo, no sabía adónde ir ya que no conocía en ese entonces mi nuevo hogar.

- ¿A dónde quieres ir? – me preguntó.
- No lo sé, aun no conozco muy bien el pueblo.
- Veamos… Ya sé, ¿Qué tal algo divertido?
- ¿Divertido?
- Si, podemos ir a practicar parapente, claro, solo si tú quieres.
- ¡Sí, me encanta! – dije emocionada.

Tomamos un taxi hasta el extremo norte del pueblo, cerca del bosque. Caminamos hasta un establecimiento turístico de parapentes, y hablamos con la recepcionista para montarnos en uno. Me cambié y me puse un uniforme que se colocaban los paracaidistas cuando iban a saltar de un avión, me gustaba el color del uniforme, era rosado con gris. Cuando salí del vestidor allí estaba Scott esperándome en la entrada y ya se había puesto su uniforme de color azul rey con verde.

- Me siento como una astronauta con este uniforme – bromeé.
- Igual yo. ¿Este uniforme no me hace ver gordo? – dijo Scott bromeando.
- No, el azul te queda bien – dije mientras reía.
- Gracias. Ven, allá afuera nos está esperando un instructor que nos va a ayudar un poco.

Salimos del establecimiento para subir hasta lo más alto de la colina. El instructor nos explico los pasos a seguir para volar en el parapente, cada vez más me daba miedo.


- ¿Lista? – preguntó Scott.
- Sí, creo. – apenas la voz me salía. Sentía un fuerte nudo en la garganta y un extraño cosquilleo en el estómago.

Nos montamos con cuidado en el parapente, el delante para manejar, y yo atrás. Nos lazamos hacia el vacio, y cerré en ese instante los ojos. Podía sentir el peso del desayuno en mi estomago, y llego una fuerte brisa a mis pies, estábamos volando, en ese momento abrí los ojos y vi el suelo, eran tan lindo aquel paisaje que estaba debajo, solo se veía una espesa capa de pinos en el bosque y después la hermosa cascada donde había ido con Scott, de pronto él dijo:

- ¿Qué tal la vista aquí arriba?
- Esta muy linda allá abajo – dije.
- Cristie, por favor voltea hacia arriba, tienes que ver esto.

Giré mi cabeza y entonces vi aquello que Scott quería mostrarme. Se podía ver los bosques vecinos cerca de las demás montañas que se perdían de vista una con otra y cerca se encontraba el sol. Qué hermoso era eso. Aquel pequeño rayo de esperanza que había sentido cuando vi a Scott esta mañana ahora era un gran sol, que me iluminaba y tanto me alegraba el día.

- ¿Y bien? ¿Qué te parece? – dijo él. En ese momento sentí un cosquilleo que me había recorrido todo mi estómago. ¿Me había caído mal el desayuno o acaso iba a vomitar?
- Es espectacular. Gracias por invitarme a venir aquí.

Nos quedamos un rato en silencio mientras seguíamos volando en aquel hermoso cielo, el parapente comenzó a descender y solté un pequeño grito. Scott solo rió y dijo:

- Tranquila solo voy a aterrizar. ¿Acaso crees que nos vamos a matar?
- No, pero… ¿A dónde vamos? – pregunté al ver una pequeña pradera donde comenzamos a bajar.
- Eh, ya verás. Sujétate bien.

Aterrizamos y Scott bajó para ayudarme a salir del parapente. Me tomó de la mano y me condujo corriendo hacia un camino de arboles que estaba cerca. Me parecía familiar, y entonces entendí a donde me llevaba, a ese lugar secreto que me había llevado ayer. Cuando atravesamos todos los arboles me quedé sorprendida del hermoso rayo de luz que emanaba del lugar gracias al sol, el agua brillaba de aquellos dorados colores del sol. Me quedé maravillada mirando el lugar otra vez mientras caminábamos hacia el gran árbol cerca de nosotros.

- ¿Acaso vives en el bosque? – dije mientras reía.
- No. ¿Por qué? – parecía divertirle mi broma.
- Pareciera lo conocieras perfectamente.
- Si, lo conozco como la palma de mi mano. Aunque en realidad vivo no muy lejos de tu casa.
- ¿En serio?
- Si. Por cierto, ¿Te gustaron las rosas de esta mañana?
- Si, eran tan lindas. ¡Oye, un momento! ¿Cómo es que sabes que recibí unas rosas esta mañana? – pregunté sorprendida.
- ¡Ups! Eh, yo… - se veía nervioso y de pronto se sonrojo un poco.
- ¿Tú las enviaste?
- Si, ¿Te gustaron?
- ¡Oh Scott, están preciosas, muchas gracias! – dije y lo abrasé

No hablamos durante unos minutos, solo me quedé relajada mirando a los peces nadar. Me acosté en la grama y cerré los ojos, al rato sentí que me veían, así que los abrí de nuevo y me encontré con Scott mirándome.

- ¿Qué? – pregunté.
- Es que… nada olvídalo.
- Dime – insistí.
- No es nada importante, olvídalo – dijo mientras se sonrojaba de nuevo.
- Por favor, confía en mí.
- Está bien. Cristie, yo… - comenzó a balbucir, respiró hondo y continuó – no sé cómo decirte esto, y sé que va a sonar extraño decirlo si apenas te conozco, pero…

Sentí como alguien me veía así que busque por todas partes a ver si divisaba a alguien además de Scott en el bosque. Miré por todos lados, y entonces la vi, era la misma chica de mi sueño, y me miraba con el mismo enojo que había visto antes. Volteé a ver a Scott que se puso nervioso, con todos los sentimientos que describía su mirada, lo podía decir todo, enojo, ira, decepción. Me miró a los ojos y no pude seguir su mirada, así que busqué a aquella chica que había visto, pero ya no estaba. Quería preguntarle tantas cosas, pero antes de poder decir algo él dijo:

- Debemos irnos...
- ¿Por qué? – pregunté.

Antes de poder contestar me tomó de la mano y corrió a mi lado hacia la salida del bosque. Sabía que pasaría en ese momento, seguimos corriendo mientras yo volteaba para todos lados y al su vez miraba el suelo de vez en cuando para no tropezar y caerme, sentí una tercera persona corriendo a mi lado y vi la sombra. Del susto me caí al suelo, y no podía moverme, no por el dolor, si no porque mi pie derecho se había atorado en un hoyo y luchaba por sacarlo. Cuando por fin me había liberado, comencé a buscar a Scott, no lo veía por ningún lado, me pregunté donde estaría aquella sombra, así que giré mi cabeza hacia arriba para buscarla y la encontré, ¡justo delante de mí! Mi pie estaba libre y podía correr, pero ya me había alcanzado.
Sentí como me levantaba sin voluntad propia y me elevaba por los aires, no podía creer lo que mis ojos veían, luché con todas mis fuerzas para librarme, aunque ¿De qué? Si la sombra no me había puesto un dedo encima, solo giraba rápidamente por los aires de un lado al otro. De pronto me dirigía a un árbol, me iba a impactar con él, quise que el árbol saliera volando y le cayera justo encima a aquella sombra, pero solo cerré los ojos esperando el dolor del choqué. No había pasado nada, así que los abrí y grité. ¡Ya no estaba el árbol! ¿Qué paso?, pregunté en mi cabeza, aun seguía en el aire pero solo flotaba sin moverme, entonces entendí que había pasado, yo había movido el árbol, había golpeado a la sombra. La busqué por todos lados pero no ya no estaba, se había ido. Caí precipitadamente en el suelo y comencé a ver todo borroso hasta que no pude ver nada.

Desperté, ya que gracias al golpe que me había dado me dejó inconsciente ¿Dónde estaría Scott? Grité su nombre, lo llamé tres veces más hasta que apareció corriendo por un camino de arboles que estaba cerca. Traté de levantarme pero me dolía mucho la cabeza y él me ayudo a sentarme.

- ¡Cristine Brians, que susto me diste! ¡Te busqué por todas partes!, ¿Te duele algo? – preguntó Scott preocupado.
- No, solo un poco la cabeza – mentí mientras me levantaba. En ese momento se oyó una voz a lo lejos.
- ¡Oye, no la veo! ¿La encontraste?
- ¡Si, está conmigo! – gritó Scott.

Apareció entre los arboles la chica que había visto en el prado, venía corriendo preocupada hacia nosotros.

- ¿Se puede mover bien? – preguntó.
- Si, solo le duele un poco la cabeza. Cristie, tengo que presentarte a Charlotte, ella es mi… - no había terminado cuando ella habló.
- Soy su hermana, mucho gusto Cristie. Creo que deberíamos salir de aquí Scott – respondió seria.

Caminamos hasta las calles del pueblo cuando Scott hablo:

- Oye Charlotte ¿No tenías algo pendiente ahora?
- Eh, no… Si, ya me acuerdo. Lo siento, tengo que irme. Adiós. – dijo ella mientras cruzaba la calle y se alejaba entre los autos.
- Déjame acompañarte a tu casa, me imagino que estas cansada. – me dijo Scott.

Seguimos caminando mientras trataba de recordar todo lo que había pasado, mientras íbamos llegando a mi casa.

- Y… ¿La pasaste bien hoy? Bueno quitando tu golpe y… - habló apresuradamente Scott y yo lo interrumpí.
- La pase de maravilla. Aunque creo que es raro caminar con este uniforme encima. Muchas gracias de nuevo Scott. ¿Me podrías explicar que fue lo que pasó en el prado? – le pregunté.
- Si quieres te lo explico mañana cuando hayas descansado. Es una historia algo larga y espero que eso no te haya asustado tanto.
- No, no era eso. Lo que me ibas a decir antes de que saliéramos del prado – le expliqué.
- Ah, eso. Yo… ¿Qué tal si hablamos de eso mañana? – preguntó nervioso.
- Es algo malo, ¿No? – pregunté esperando la respuesta. Tardó tiempo en responder.
- Voy a ser honesto contigo Cristie, no sé cómo vas a tomar esto pero… Lo que intento decir es que… Se que apenas nos conocimos ayer, pero si… si ¿Si yo te dijera que te quiero qué dirías tu? – preguntó.
- Um… - pensé – Diría que también te quiero y que eres mi mejor amigo.
- No, no se trata de eso. Te amo Cristine.
- Ah – ya había entendido.

Pero antes de poder pensar o hablar se acercó a mí. Siguió acercándose lentamente hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del mío y sentí otra vez ese cosquilleo gracioso en mi estómago, en ese momento comprendí todo. Lo quería, lo suficiente como para confiar completamente en él y conocerlo en tan solo un día. Se había acercado lo suficiente a mi rostro para besarme, puso su mano derecha en mi mejilla y se inclinó ligeramente había mis labios, yo solo cerré los ojos y sentí su respiración acercando cada vez más a mí, podía percibir el roce de sus labios en los míos apunto de besarme…

Hola!! Happy Xmas otra vez!! Pasé parte de noxe buena escribiendo este cap, mi madre casi me saca a rastras de la casa cuando ibamos a salir!! Espero que les haya gustado tanto como a mi!!

¡Lo tengo decidido! ¡La historia será de Albus! Como regalo de navidad (algo atrasado, jeje) y mi Promesa para ustedes es publicar los dos blogs en enero! NO ME MATEN!! en enero, en serio! Esperen solo hasta enero, aun la tengo dificil porque tanto una como otra historia las tengo que empezar al pie de la letra, con algunos detalles que dejó J. K Rowling para que la entiendan mejor!

Ah les dejo mi primer concurso! Se llama mi primer gran fan!! lo creé especialmente para ustedes. Es muy sencillo, solo tienen que seguirme, dar su opinion en las encuentas y comentarios a partir de este cap. El ganador podrá seguir este concurso en su blog, y visitaré su pág y aparecerá en la mia! muxa suerte!!
xoxoxoxoxo mari R.

martes, 22 de diciembre de 2009

Rayo de esperanza

Capítulo 10.

Seguimos caminando y pasamos el río. No tenía sentido que mojara mis zapatos, así que me los quité al comienzo de este para pasarlo mejor. Cuando cruzamos había un montón de arboles y cerca un pequeño camino que se encontraba cubierto de maleza y ramas. Scott comenzó a quitar algunas para que pasáramos sin problemas. Cuando lo hizo me dio el paso y me dijo:
- Llegamos. Aquí es. – y se sujeto la mano para que pudiera observarlo.

Era un pequeño prado rodeado de arboles y estaba cerrado por una montaña que de ella bajaba una cascada de agua cristalina, hasta un pequeño estanque de agua muy clara donde se encontraban pequeños peces de todos los colores. A su derecha había un gran árbol de roble rodeado por muchas flores de colores. Scott me guió hasta allí y me invitó a sentarme debajo del árbol.

- ¿Qué te parece? – preguntó.
- Este lugar es… ¡Tan hermoso! – exclamé maravillada.
- Si, lo es. Lo descubrí un día que me perdí en el bosque y por suerte lo encontré. Puedes venir cuando quieras. – dijo con amabilidad.
- Gracias, Scott. – dije.
- Espero que te sientas mejor y que puedas solucionar ese problema que tienes con tus amigos – dijo él.
- Si, también yo – dije esperanzada.
- Quiero que sepas algo, claro espero no ser tan cursi o melodramático pero espero que lo entiendas: - esperó a que yo asintiera y me dijo – nunca te voy a hacer daño, y siempre puedes contar conmigo para lo que sea. Siempre seré tu amigo.
- Oh, muchas gracias. Eso fue muy lindo de tu parte – dije alagada.
- De nada. Espero que puedas confiar en mí ahora – agregó Scott.
- Confió en ti – contesté.

En ese instante me sentí feliz, con seguridad feliz. A pesar de mis tristezas podía confiar en alguien y ese alguien era Scott. Estaba atónita y maravillada del poco tiempo en que lo conocí, y como confié en el. Me entendía y quería ayudarme. Sentía que él era mi rayo de esperanza, mi mejor amigo.

Nos quedamos un largo hablando sobre como cosas extrañas o paranormales que nos habían ocurrido. Le conté sobre mis sueños, la sombra que me perseguía y sobre las cosas extrañas que sucedieron en el colegio…

- Creo que se algo acerca de eso. Cuando haya averiguado te lo haré saber enseguida. – me dijo él.
- Gracias. Creo que debería irme, ya está empezando a oscurecer – dije preocupada.
- Si quieres te acompaño a tu casa – sugirió.
- Claro. No hay problema.

Salimos del prado y caminamos en la calle hasta llegar a mi casa, por suerte mi ropa y mi cabello ya se habían secado. Cuando iba a abrir la puerta mi madre me espero adentro y dijo:

- Llegué hace un rato y no te encontré ¿Dónde estabas? – preguntó Yess.
- Estaba con un amigo. Mamá él es Scott Diamons – y le presenté a mi amigo.
- Oh mucho gusto. Soy Yessica Brians. Gracias por acompañar a Cristine, si quieres te llevo a tu casa. – dijo mi madre.
- No descuide, fue un placer. Mi casa no es muy lejos de aquí así que me puedo ir caminando, fue un gusto conocerla señora Brians. Adiós Cristie – se despidió Scott.
- Adiós Scott – y me despedí de él.

Entre en la casa con mi madre que me había preparado la cena y comimos juntas en el comedor. Nos quedamos un tiempo hablando de cómo le fue en su trabajo y de cuantas casas vendió, aunque solo le entendía la mitad de lo que decía, ya que después hablaba de acciones, cuentas y cosas por el estilo. Le dije que tenía que subir a hacer mis deberes, solo asintió y preguntó:

- ¿Samantha te prestó los deberes? – dijo ella.
- Si – dije tratando de reprimir una mueca de dolor al recordar el nombre de mi amiga.
- Que amable es de su parte. Deberías invitar a tus amigos mañana a la casa – sugirió mi madre.
- No creo que vengan por un tiempo. – dije y me arrepentí – Estamos todos muy ocupados por la tarea. – mentí.
- Oh, en ese caso no importa hija. Creo que me voy a dormir temprano, estoy exhausta del trabajo de hoy. – comentó y bostezó mi madre.
- Buenas noches mamá – le dije.
- Buenas noches cielo. Que descanses. – habló aun bostezando.
- Igual tú.

Subí a mi cuarto y saqué con cuidado los libros que me habían prestado para copiar los apuntes de clases. Los copie mientras miraba la pulcra letra de mi amiga, no pude evitar soltar unas lagrimas cuando comencé a recordar todo otra vez. No podía evitar sentir dolor. Trate de olvidar todo lo relacionado con mis amigos, que ya no podía estar cerca de ellos, ¡y todo por un estúpido secreto que no me querían contar! De pronto recordé a mi nuevo amigo Scott, no entendía porque pero me hacía sentir mejor, mucho mejor que antes y en ese momento un pequeño cosquilleo apareció en mi estómago, era tan familiar, pero me gustaba.

Cuando terminé de copiar mi tarea encendí mi computadora para distraerme un rato en la web. Recordé aquella página que había visitado antes y como tenía el link guardado entré de nuevo para leer historias de magia, ya que me llamaban mucho la atención. Encontré una sección de la página que se llamaba mitos y leyendas, pulse sobre una que se llamaba “Los 5 libros”. La historia al parecer narraba algo desde hace más de 100 años y decía:

En el siglo XX aun se rumoraba la existencia de los magos, sobre todo se circulaban las historias de 5 magos que practicaban sin cesar la magia y la hechicería. Por amor a esta, y por protección de sus enemigos crearon 5 libros de hechizos y encantamientos para protegerse y facilitar su vida. Por desgracia uno de esos libros solo contenía hechizos altamente peligrosos para cualquier mago, y especialmente para cualquier ser humano, por lo que uno de sus enemigos quería robar los 5 libros para apoderarse de todo el conocimiento y poder que en ellos se encontraba. Los cinco magos tuvieron el deber de ocultar y proteger los libros escondiendo uno en cada familia de magos, y se desconoce actualmente el paradero de ellos.

En estos días aun se conoce y se rumora la leyenda de Los 5 libros, especialmente en toda Europa. Se dice que el contenido de los libros revelaba poder, control, protección e inmortalidad al que lograra poseerlos todos, siendo así el Mago Erudito.



Guarde el artículo en mi laptod para irme a dormir, ya era tarde, aunque no tenía que ir a clases quería dormir bien y salir más tarde con Scott, me consolaba ese plan, era mi plan de escape y tampoco me quería quedar sola en mi casa otra vez.

Me quedé absorta en esos pensamientos hasta que tuve un poco de sueño y pude dormir. Esa noche pude dormir bien, a pesar de lo que me había pasado ese día, al final podía decir que estaba bien.

Soñé con aquel hermoso lugar donde me llevo Scott, aquel lugar secreto. ¡Se veía tan hermoso!, estaba sentada con el abajo del tronco de aquel inmenso árbol, era todo tan perfecto, solo que había algo diferente, no sabía que era, pero no era bueno. Miré a los lados para encontrar indicios de algún cambio o algo diferente pero no vi nada, voltee hacia unos árboles y entonces la vi. Era una chica alta, de tez blanca, de cabello castaño claro y largo hasta mas debajo de los hombros, las facciones de su cara me recordaron un poco a las de Scott, aunque las de ellas eran más finas y delicadas, solo que en ese momento reflejaban ira y enojo. ¿Por qué? ¿A acaso la conocía? Voltee a donde estaba mi amigo y pude ver las facciones de su cara, que en ese momento reflejaban horror, ira y decepción. ¿La conocía? Busqué nuevamente a la chica que estaba entre los arboles pero ya no se encontraba ahí, había desaparecido, quería preguntarle a Scott que pasaba pero cuando abrí la boca para decir algo le dijo:

- Debemos irnos…
- ¿Por qué? – al fin me salió la voz.

Antes de que él pudiera contestar me tomó de la mano y salió corriendo hacia la salida del bosque, yo corría a trompicones y tropezaba todo lo que hubiera en el suelo. ¿Por qué corríamos? Solté su mano para preguntarle qué pasaba y en ese momento vi una sombra, la que tanto me asechaba, solo se me escapo un grito y Scott al notar mi miedo aceleró el paso, estaba tan asustada que caí al suelo y el no lo había notado aun. Traté de levantarme y seguir corriendo pero ya era tarde, me jalaron por detrás y solté otro grito de terror, me había alcanzado….

Salté de un brinco de mi cama y caí en el suelo golpeándome con mi mesita de noche, esta se tambaleó un poco y derribó un líquido caliente en mi cabeza.

- ¿Pero qué demonios…?

Al parecer había una taza de chocolate caliente en mi mesita y esta se volteó cayéndome encima en mi cabeza. Genial, lo que le faltaba a mi caída, chocolate. En ese instante llego mi madre aun con piyama y dijo:

- Hola cielo, ya veo que te levantaste ¿Disfrutaste el chocolate? Lo dejé hace unos minutos en tu mesita de noche.
- Oh, claro que lo disfruté – contesté irónicamente.
- Pero… ¿Qué tienes en el cabello Cristine? – preguntó mi madre fingiendo inocencia. Era obvio que ella ya se imaginaba la respuesta.
- Me caí de la cama y derramé el chocolate en mi cabeza cuando tropecé con la mesita – dije de mala gana.
- ¡Ya veo porque esa cara! – dijo Yess mientras reía.
- Sí, que gracioso – exclamé. - ¿Qué hora es?
- Son las once de la mañana, deberías levantarte a desayunar y explicarme que es esa cosa tan linda que me encontré esta mañana junto al periódico en la puerta. – dijo mi mamá y luego sonrió. No me gustaba esa sonrisa, siempre hacia esa sonrisa cuando ocultaba algo.

Bajé a la cocina mientras ella me hacía el desayuno y me dio otra taza de chocolate caliente. Caminé hacia el comedor mientras tomaba mi chocolate, cuando ya iba por la mitad del sorbo se me escapó todo de la boca y se me derramó en mi piyama rosa. Ya había entendido que era la cosa linda que se había encontrado mi mamá esta mañana, en la mesa del comedor estaba un gran ramo de rosas blancas y rojas, cada una junto a la otra, estaban todas a mitad de florecer completamente.

- ¡Qué hermosas! – exclamé.
- Si, ¿Verdad? Quise colocar tu regalo aquí en el comedor para que se viera más bonito. – dijo mi madre mientras entraba en la habitación
- ¿Mi regalo? – pregunté asombrada.
- Si, es tuyo. Revisa la tarjeta.

Me acerqué con cautela esperando que aquellas rosas soltaran alguna broma o liquido extraño, como si fueran a explotar o algo así. En vez de eso solo había en un costado una pequeña nota que decía:

Espero que te hayan gustado tanto como me has gustado a mí. Siempre serás la persona más especial que haya conocido.

Revisé el reverso de la nota que solo decía Cristine, pero no había una firma o nombra de quién me había dejado tan bonito regalo. No me imaginaba quien podía ser. Voltee a ver a Yess para ver si ella sabía pero solo sonreía, cuando me miró comenzó a reírse sin control durante un minuto aproximadamente y tuve que preguntarle:

- ¿Qué pasa? ¿A caso sabes quién las mando?
- No. ¡Es que creo que te levantaste del lado equivocado Cristie, estas con el pie izquierdo! Ahora cámbiate y dame tu piyama para lavarla.

Miré mi piyama y me di cuenta que estaba llena de chocolate que se me había caído. ¡Qué torpe era!

- Subiré a darme un baño – dije amargada.

Me metí en el baño para asearme con agua tibia, ya tenía suficiente de líquidos calientes por hoy. Me vestí un poco diferente, me puse una camisa blanca con estrellas negras y rojas, con una falda de color negro que era un poco abombada en las puntas y unas zapatillas negras. Miré hacia la ventana y vi a ¡Scott!, que alegría era verlo otra vez, como hacia se veía el cielo muy nublado me coloque un suéter gris de cuello largo que se abrochaba por los lados.

Me peiné diferente ya que quería verme diferente. Abrí mi cofrecito de madera y saqué de este dos horquetillas plateadas para colocármelas en el cabello, tomé un pequeño mechón de cabello delantero para recogérmelo atrás con una horquetilla e hice lo mismo con el otro lado. Cuando ya iba terminando sonó el timbre de la puerta y tomé mi celular para guardármelo en el bolsillo.

Salí corriendo de mi cuarto y baje dando saltitos en las escaleras, cuando abrí la puerta allí estaba él.

- Hola – saludó Scott.
- Hola Scott – me limité a decir.

Entonces lo miré, se veía muy lindo, llevaba puesto un abrigo gris oscuro también de cuello largo, con unos jeans de color azul oscuro. Su rostro estaba radiante, al parecer muy feliz, no pude evitarlo y sonreí, y el también imitó mi gesto, disfrutaba de aquella sonrisa que me alegraba el día y me daba un pequeño rayo de esperanza…


hallo!! ¡Caracoles! ya van mas de 200 visitas! que increíbles son!! Espero ganar en el concurso de Eslamoda.com ya que me inscribí hace unos días a ver si publican mi blog! Por fis sigan comentando y escribiendo ya que ustedes son la razón de que Cristie exista! infinitas gracias por visitarme a diario y darme su apoyo en esto...Oigan ya estoy armando la historia de James y Lily! aunque aun me falta decidir sobre el otro blog ¿Qué hijo de Harry será el personaje principal de la segunda historia? La continuación claro, diganme ustedes si es Lily, Albus o James! comenten!! No creo que pueda comentar hasta después de navidad!=( no me maten!! ya saben, noxe buena, navidad, familia, regalos! XD! Les deseo una Feliz Navidad! jojojo..!
xoxoxoxo! Mari R


domingo, 20 de diciembre de 2009

Secretos

Capítulo 9

- Hola Cristie – saludó mi amiga preocupada – por favor pasa.
- Gracias Sam – dije antes de entrar – Permiso.

Si la casa por fuera era bonita, por dentro lo era aun mas, todo estaba pintado de blanco y el piso era de una madera muy oscura pero brillosa. Samantha me guio hasta la sala de estar donde se encontraba unos muebles de cuero negro y una chimenea al frente que a su vez arriba tenia un televisor en la pared.

Me senté con cuidado en uno de los muebles esperando a que mi amiga hiciera lo mismo pero en vez de eso dijo:

- Te traeré un algo de beber – dijo Sami y salió de la habitación.

Observé el tope de madera de la chimenea, en ella se encontraban fotos de los Wichtter, una de sus padres con Sam y Cris de bebes, otra de Sam, de Cris, y la ultima de sus padres. Cuando ya me había distraído mucho observando aquellas fotos llego Sam y me dio una taza con te de manzana.

- Oye Sami, ¿Qué mandaron de tarea?, es que necesito los apuntes – dije con urgencia.
- Eh, no mucho. Cuando te vayas te doy mis libros – respondió ella. – Pero primero quisiera preguntarte algo.
- Claro, si dime. – dije calmada.
- Si, por casualidad yo te escondiera algo… ¿Tú serias siendo mi amiga? – preguntó preocupada mi amiga.
- Bueno, me molestaría si me escondieras un secreto. Pero si de verdad es muy personal para ti, lo entendería y te diría que seguimos siendo las mejores amigas – le dije honestamente a ella.
- Cristine… - comenzó a decir Sam, pero se detuvo mirando a todos lados.
- ¿Qué pasa Sam? – pregunté. - ¿Es algo malo? Puedes confiar en mí lo que sea. – le prometí
- Es que… - dijo ella y se le comenzaron a llenar los ojos de lagrimas – Si yo te contara un secreto, aunque fuera muy grave, tú… ¿Tu prometerías seguir siendo mi amiga pase lo que pase y tratar de entender por qué no te lo había confiado?.
- Si, te lo prometo Samantha – le dije fiel a mi amiga.
- Cristine, yo no te he contado todo sobre mí, ni sobre Cris, ni sobre ti. Lamento no haber confiado en ti antes y no haberte dicho lo que sucede en realidad contigo – dijo Sam.
- Tranquila, no importa que haya sido aquello que me ocultaste. Lo importante es que igualmente confías en mí y me lo vas a decir ahora – dije tratando de consolarla.
- ¡Gracias Cristie!, la verdad es que siempre te han ocultado que eres y nosotros te hemos ocultados que somos. Nosotros… - comenzó a decir Sam cuando entró Cristian seguido de Lucas y dijo:
- ¡Samantha! ¿Qué haces? – preguntó el enfadado.
- Yo… - empezó a balbucir Sam.
- ¿Por qué Sam? No le hagas esto a ella, no se lo merece – dijo él.
- Pero, yo no le quiero seguir ocultando nada a Cristine – dijo mi amiga.
- Solo me quería contar algo Cristian. De todos modos, ella no me dijo nada – salí yo en su defensa.
- Tu no deberías estar aquí será mejor que te vayas – dijo Cristian con amargura.
- ¿Por qué no contarle Cris? Se va a enterar tarde o temprano, es nuestra amiga – me defendió Lucas.
- Ella no es mi amiga – dijo Cris.

No pude controlar mis emociones al oír esas palabras. Eran tan fuertes, sentí un golpe en el estómago al haberlas escuchado de él. Solo sentía en dolor agudo en mi pecho, y no comprendía porque me hacia tanto daño. Comencé a ver todo empañado y entendí que unas lágrimas trataban de salir por mis ojos, pero hice mucho esfuerzo para dejarlas adentro y dije:

- En ese caso, no tengo nada que hacer aquí – dije con voz ahogada.
- Bien, Sam ve a buscar los libros que le vas a prestar. – dijo el con indiferencia.

Sami se levantó de su puesto y salió corriendo de la habitación, al cabo de unos segundos regresó con un par de libros y me los entregó. Me miró con tristeza y comprendí sus sentimientos, en ese momento también eran los míos, me arme de valor y le dije:

- ¿Ya no podemos ser amigas? – pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
- No, lo siento tanto Cristie – dijo llorando y me abrazó.
- Adiós – fue lo único que dijo Lucas.
- Adiós, amiga mía – se despidió Sam
- Adiós – me limite a decir antes de salir de la casa de los Wichtter, para no volver.

Caminé casi inconsciente algunas horas, pensando en mis amigos, o debería haber dicho mis antiguos amigos. ¿Por qué me pasaba esto a mi cuando me iba muy bien? No me había fijado cuenta del giro de 180º que había dado mi vida.

Aun no entendía porque Sami me quería contar algo, al igual que Lucas, pero Cristian no quería que me enterara. Al recordar su nombre, me embargo un sentimiento de dolor como un golpe agudo en el pecho, no pude soportarlo más y tropecé en el suelo sin darme cuenta y me caí. Me levanté adolorida y con raspones en las piernas, me senté en una banca cercana a mí, solo me senté a llorar y descargarme.

Miré al cielo y me cayeron unas gotas de agua en el rostro. Comenzaba a llover, no me importo y seguí llorando hasta que escuche una voz:

- No llores, por favor – dijo una voz masculina.

Ilusionada voltee para ver si era Cris quien me hablaba pero no fue así. Era un chico alto, blanco, de cabello castaño que estaba mojado por la lluvia, sus ojos eran castaños claro también. Me quedé muda al verlo y no supe que decir, así que bajé la cabeza.

- ¿Me puedo sentar aquí? – preguntó el chico.
- Si – fue lo único que pude decir.
- ¿Qué te ocurre? – me preguntó.
- No te puedo decir – balbucí – No lo entenderías, nadie ahora puede entenderme – sollocé.
- Si me contaras, yo te entendería. Te prometo ser tu amigo. – dijo él y me miró. Al ver su mirada supe que no estaba mintiendo.
- Mis amigos no confían en mí… - traté de hablar.
- ¿Por qué?
- Porque no me querían contar un secreto y al parecer ya no quieren verme – dije sin evitar esconder mi rostro.
- Tal vez sea muy grave y tienes que darles un tiempo. Si no te molesta yo puedo ser tu amigo y ayudarte pase lo que pase. Confía en mí – dijo honestamente.
- No lo sé… - solo pude decir.
- Si te sientes triste te entenderé, yo también lo estoy.
- ¿Por qué? – me aventuré a preguntar.
- Porque me gusta una chica en la escuela, pero ella no me conoce, ni si quiera me ve… - respondió y bajo la mirada al suelo.
- Tal vez sea porque no le has hablado aun, eres muy lindo. No entiendo porque una chica no se fijaría en ti. – dije con dulzura.
- Gracias, eres muy especial Cristine Brians.

- ¡Hey! ¿Cómo es que sabes mi nombre? – pregunté sorprendida.
- Eh… es que estudiamos en el mismo salón de clases. ¿Eres nueva, no? – dijo él con una sonrisa nerviosa.
- Si, es cierto.
- Creo que es hora de irme. Mi madre debe estar preocupada. – pensé.
- Por favor no te vayas ahora. ¿Qué tal un paseo por el parque?

- Si, no hay problema. – respondí.
- Por cierto. Mi nombre es Scott Diamons – se levantó y me tendió su mano.
- Mucho gusto – y se la estreche.

Íbamos caminando hacia el parque cuando pensé Scott Diamons. ¡Diamons!, era el apellido de la carta que se le había caído a la profesora Verónica. Paré de inmediato y lo miré con cautela esperando alguna señal de sospecha. Solo me miraba y sonreía no entendía porque se comportaba tan amable conmigo.



Estaba asustada. Y me preguntaba quién era él, hasta que se dio cuenta de mi miedo y solo dijo:

- ¿Te pasa algo Cristine? – preguntó con cautela acercándose a mí.
- No nada. Por favor dime Cristie. – dije tratando de disimular mi miedo.
- Claro – asintió y extendió aun más su radiante sonrisa.

Seguimos caminando hasta que el paró y me tomó de la mano. Yo me sonrojé un poco y el al notarlo solo me dijo:

- Tranquila, solo te llevaré a un lugar secreto. – dijo mientras caminaba.
- ¿Secreto? – pregunté divertida.
- Si. Solo yo lo conozco. Espera a que lo veas – siguió caminando hasta llegar a un camino de arboles y nos adentramos en la oscuridad…


Holiss!! ¡wow, 150 visitas! Gracias a cada una de ellas. Quería decirles que ya corregí el error del capítulo 8, por accidente lo nombre como el 9, que en realidad es este. Por favor voten por mí y reconmiendeme en otras páginas, y sigan comentando para darme más razones por qué escribir...
Ah, lo último ¡pero no lo menos importante! Esto es una sorpresa para los fans de Harry Potter como yo. Además de la historia de Cristie pienso hacer dos novelas más... La primera sobre la vida de Lily Evans y James Potter antes de que se conocieran, ¡una historia tan dulce! y sobre como surgió Voldemort. La segunda es una continuación de la Saga de Harry Potter, ¡Esta es dedicada para los que no podían soportar el final de la historia!, solo que la cuenta Albus, el segundo hijo de Harry. Les dejo al principio del blog y la encuesta y comenten sobre estas ideas...
xoxo Mari R.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

¡Libertad!

Capítulo 7.

Nos dirigimos a clases, aunque note que había algo diferente en el ambiente de mi salón, claro, Regina no había venido. Qué extraño era eso.

- Qué extraño, Regina no vino a clases – comente.
- Si, extraño – dijo Sami algo preocupada y tratando de fingir que no sabía porque ella no había venido.
- ¡Que lastima!, y yo que le quería lanzar un sapo de la clase de Biología… - agrego Lucas fingiendo tristeza. En ese momento entró Damián a clases.
- Hola chicos, ¿Por qué esa cara larga Lucas?
- Es que Regina no vino, y yo quería lanzarle un sapo disecado – dijo Lucas haciendo pucheros graciosos.
- Um… eso es cierto. – añadió Damián pensativo – Desde que estudio aquí ella nunca ha faltado. Tranquilo Lucas, cuando venga mañana le lanzaremos una bomba fétida en su mochila.

Íbamos camino a biología cuando nos topamos con la profesora Verónica que estaba muy nerviosa y se sobresalto al verme, cuando ya casi llegábamos al Laboratorio Sami dijo:


- ¡Oh no!, se me olvido darle el informe de Historia al profesor, los veo luego, tal vez no esté en esta clase. – dijo Sam.
- ¡Ese profesor un día de estos nos va a matar con tanto trabajo!, también tengo que entregárselo. – agrego Lucas, mientras los dos caminaban muy rápidos en dirección opuesta, mientras Sami lo miraba molesta, aunque no entendía porque.
- Entonces quedamos solo tú y yo – dijo Damián.

Conversamos toda la clase acerca de los deportes que practicaba Damián, ¡eran tantos!. Jugaba al futbol, tennis, golf, surfing, snowboarding, y uno que otro deporte extremo. La profesora estaba copiando unas notas en la pizarra con los pasos que debíamos hacer para abrir a nuestras pobres amigas. Solo de pensarlo me daba asco. No quería matar a ningún animalito.

Me puse a pensar en lo triste que sería matar a esa ranita por sacar una buena nota en biología, y de pronto quise que la pobre saltara hacia la ventana con sus demás compañeras.

Ya la profesora estaba durmiendo a todas las ranas, cuando un chico se iba a adelantar y abrirla con un bisturí.

- ¡No! – grité.
- ¿Qué pasa Cristie? – pregunto Damián.
- No quiero que las maten – agregue con tristeza.

Cuando el chico estaba a punto de clavarle el bisturí a su rana, esta le salto al rostro. E l gritaba para quitársela de encima y yo estaba desternillándome de la risa, igual que Damián y los demás en clase.

De pronto, todas las ranas comenzaron a moverse y salían brincado por las ventanas del Laboratorio para ser libres, junto con la ranita rebelde que le salto al chico de mi clase. Eran libres, ¡Libres!, mi deseo se había cumplido. Me sentí tan alegre al saber que no les iba a pasar nada a mis amigas, aunque la profesora sol o estaba molesta por no haber realizado el experimento y nos mando mucha tarea, pero aun así no me importo.

Damián y yo salimos a la clase de Literatura cuando encontramos hablando a la profesora Verónica, Sami y Lucas. Se veían tan serios. Cuando nos vieron avanzar a la puerta los chicos nos saludaron tímidamente mientras la profesora nos invito a sentarnos. Les conté a Sami y a Lucas lo que había ocurrido en biología con las ranas. Como era de esperarse Lucas estallo en risas, pero Samantha se puso seria al saber que yo había deseado eso.
- ¿Qué pasa Sami? – pregunte incomoda.
- Es que escuche algo sobre eso.
- ¿Sobre qué? – pregunto Damián.
- Cuando deseas algo y se vuelve realidad involuntariamente gracias a ti. Pero no sé cómo era eso exactamente.
- ¿Será suerte o magia? – pregunte otra vez.

Para mi sorpresa Verónica y Sami se sobresaltaron casi al mismo tiempo y a la profesora se les cayeron todos sus libros de texto, incluyendo una nota. Tome la nota con cuidado para entregársela a la profesora pero ya habían llegado todos los demás y comenzó la clase. Espere a que terminara la clase para entregarle la nota a la profesora, pero esta había salido corriendo al sonar el timbre, y la seguí, Lucas y Sami hicieron lo mismo y me siguieron tratando de pararme cuando encontré en la salida del colegio a la profesora Verónica y a una chica.

La chica era de tez blanca, cabello muy rubio, corto hasta los hombros, creía haberla visto en algún otro lugar. Se veía algo tímida, a su lado estaba un chico alto de tez morena y se veía muy guapo. Me imagine que debía ser su novio por la forma que estaba tomado de las manos, mientras ella hablaba con mi profesora. Me sentí algo cohibida y decidí no intervenir y entregarle la nota mañana.

Seguí mi curso camino a casa con Lucas y Sam. Estaban algo callados, no era normal en ellos y les pregunté:

- ¿Qué les ocurre a ustedes hoy?, se comportan de los más extraño.
- Eh, es la tensión del colegio – mintió Lucas.
- Oigan, la profesora Verónica fue ayer en la tarde a mi casa a visitar a mi mamá – agregué tratando de romper el hielo.
- ¿Sí? – dijeron los dos al unisonó.
- Si, estuvo un tiempo hablando con ella. Al parecer son muy amigas, me alegra mucho. Me pregunto porque a Verónica le llama tanto la atención los libros sobre Magia. – dije.
- ¿¡De magia!? – volvieron a gritar los dos.
- Si, los vi mientras hablaba con mi madre. Y después me miro con los ojos más extraños que he visto, pensé verlos más oscuros.

Samantha y Lucas estaban algo alarmados y no entendía porque. Seguimos caminando hasta llegar a mi casa y se despidieron. Entre a la sala y no vi a mi madre, no había llegado. Subí a mi cuarto a hacer mi tarea. Cuando sacaba mis cuadernos encontré la nota que le iba a entregar a la profesora Verónica hoy, me dio tanta curiosidad leerla. Me levante a recogerla, y al parecer alguien mas ya la había leído, me imaginaba que debía ser ella. Me decidí a leer la linda y pulcra caligrafía que decía:

31 de Octubre de 1999
Atlanta - Heauston Seattle
Hola Verónica, recibimos tu carta. Déjame empezar aclarando tus dudas. Primero: Los Diamons no son malos, si lo fueran ya nos hubieran aniquilado, ellos solo tienen uno de los libros y no hubieran dudado en entregárselo a ella. Segundo: necesito que me ayudes a reunir a los viejos amigos, los Wichtter, y si puedes ayudarme a contactar a la familia Vivaldi mucho mejor, necesitaremos toda la ayuda posible para recuperar el último libro y proteger los demás. Y tercero, pero no lo menos importante: como ya sabrás que mi pequeña cumplió 13 años, ya me comienza a preocupar su seguridad, por lo que le dije a mi esposa que no le dijeran nada de lo que está pasando en estos momentos, y mucho menos de sus poderes, si algo falla tendrán que explicarle todo después. Ya he redactado mi testamento legando todas mis posesiones a mi familia. Especialmente el libro, no hay problema en que alguien lo descubra. El libro está con mi pequeña, como si fuera un cuento de hadas. Espero que nos puedas responder esta carta y nos puedas visitar pronto.

Con cariño
AB


Me quedé observando la carta atónita y sorprendida de la información que esta tenia. La leí con detenimiento una vez, dos veces, tres y hasta cuatro veces tratando de encontrarle pies o cabeza al asunto. Tenía tantas dudas como por ejemplo ¿Quiénes eran los Diamons y los Vivaldi?, ¿Qué relación tenia la familia de Cris y Sami en este asunto?, ¿De qué libro hablaban? Y ¿Quién era AB? Estaba confundida y sin creer lo que mis ojos veían.

Decidí llamar a Sami a su celular, seguro ella podría explicar lo que estaba sucediendo. Marque su número de teléfono, solo sonaba pero ella no contestaba. Me pregunte si lo tenía apagado así que comencé a llamar a su casa, alguien agarro el teléfono pero no era la voz de Sami

- ¿Diga? – era Cris.
- ¿Cris? ¡Hola, habla Cristie! ¿Cómo sigues? – pregunte aliviada al escuchar su voz.
- ¿Sigo?, ¿De qué? – pregunto confundido.
- Sami me dijo que estabas enfermo – agregué yo.
- Ah, claro, si me encuentro mejor. Gracias por preguntar – dijo el.
- Oye, ¿Esta Sami cerca? – pregunte recordando la intriga y la emoción de descubrir la carta misteriosa.
- Eh… no, ella salió hace unos minutos. Le diré que llamaste – concluyo Cris.
- Gracias, ¿Vienes mañana al colegio? – pregunte otra vez.
- No, no puedo – respondió distante.
- Bueno, en ese caso nos veremos después. Adiós Cris – me despedí aun triste.
- Adiós – fue lo único que dijo y colgó el teléfono.


¿Qué le pasaba en realidad a Cristian?, esa duda resonó durante mucho tiempo en mi cabeza. Tenía que admitirlo, ya me estaba comenzando a preocupar. Y si yo me preocupaba mucho por él seria porque… no, eso es imposible.
Deje todas mis preocupaciones a un lado y decidí darme un baño caliente, siempre me reconfortaba. Tomé mi piyama y entre al baño de mi habitación. Comencé a llenar a tina con agua caliente y espuma, me cambie y me puse mi bata de baño esperando a que se terminara de llenar.
Tuve el antojo de mirarme un tiempo en el espejo para ver mi apariencia, me lave el rostro con agua tibia y cuando me seque con una toalla que tenia al lado para verme en el espejo mejor, lo primero que logre articular fue un grito. En el espejo se veía una sombra en una de las esquinas del baño. ¡La misma sombra que me había perseguido aquel día!, de pronto todo se puso oscuro y me deje caer en la inconsciencia...


hola!!! aqui les dejo el siguiente capítulo! no se olviden de comentar y dar su opinión acerca del blog! ya que ustedes son los que le dan vida!! no saben los feliz que estoy al ver que visitan mi página los quiero muxo!!!♥ y recomiendenme para que me conozcan!. Si tienen un blog y quieren que lo lea escribanlo en comentarios!!♥
xoxo Mari R

lunes, 14 de diciembre de 2009

Luz Blanca

Capítulo 6
…me di la vuelta, y tome impulso para poder lanzarle un golpe y huir, pero de pronto:
- ¿Acaso te volviste loca? – dijo Cris apartándose de mí al ver que me puse a la defensiva, y con una increíble agilidad se zafó del golpe que le iba a propinar en el rostro.
- No, lo siento Cris, pensé que eras esa sombra.
- ¿Qué sombra? – pregunto confundido.
- Vi una sombra que me comenzó a perseguir, y Salí corriendo hasta aquí.
- Ahora que lo recuerdo, yo también la vi en tu dirección y la seguí, entonces te encontré y casi me das un puñetazo – agrego algo ofendido.
- Está bien, lo siento Cris.
- Mucho mejor, ¿Qué te parece si salimos de aquí antes de que vuelva tu sombra misteriosa?
Nos quedamos un momento pensando y mirando a nuestro alrededor, hasta que Cris dio el primer paso fuera de la cueva, y yo por instinto di uno hacia atrás. El se dio cuenta de mi miedo y me sujeto la mano, animándome a salir, por lo cual me sonroje demasiado, notó mi pena y me dedicó una gran sonrisa.
Salimos del bosque y llegamos a una de las aceras del pueblo, cerca de una librería donde nos encontramos con Sami y le contamos lo que sucedió hace unos momentos, la cual abrió exageradamente los ojos, sorprendida y después frunció el ceño y dijo:
- Ojala hubiera ido con ustedes para darle un buen puñetazo a ese idiota que te perseguía – agregó Sami haciendo gestos con el puño.
Llegue hasta mi casa y me despedí de mis nuevos amigos, entre y me dirigí hacia la cocina a tomar algo de agua, de pronto escucho unas risas que venían de la sala, podía identificar una que era la de mi madre, sin duda alguna. Caminé con cuidado hacia esa habitación y me encontré a Yess hablando y riendo con mi nueva profesora de Literatura, Verónica Suarez.

- Hola Cristie, ¿Por qué llegaste tan tarde? – Preguntó mi madre.
- Me tarde un poco, estaba con mis nuevos amigos.
- Oh, tienes que invitarlos un día para conocerlos.
- Por supuesto mamá.
- Hija, ¿ya conocías a Verónica? – preguntó Yess.
- Si, la acabo de conocer hoy. Es mí…
- Profesora de Literatura. Hola Cristie – agrego antes de que yo pudiera terminar mi frase.
Verónica andaba vestida con una blusa larga de seda rojiza que entonaba perfectamente con su cabello que se encontraba suelto alrededor de sus hombros, también tenía unos pantalones muy cómodos, y sorprendentemente unos tenis en vez de tacones. Note donde estaba sentada tenia además de su bolso, unos libros que parecían algo viejos, me llamo la atención uno, era negro con título de letras doradas brillantes y decía: “La magia en vísperas de enemistades”. No pude ver el autor o la fecha, ya que lo oculto al darse cuenta de que yo lo estaba mirando y agregó:
- Creo que me tengo que ir Yessica, se me presentó un inconveniente y debo partir. Hablamos luego.
- Por supuesto Verónica, no hay problema – dijo mi madre con tono tristón – Ah espera, por lo menos llévate los libros que buscabas.
Yess salió de la sala, mientras que me encontraba a sola con la profesora Verónica y me estaba mirando fijamente. Hasta ese entonces no me había percatado que sus ojos azul turquesa se habían oscurecido mas, casi a un azul rey. Me sobresalte al darme cuenta de lo ocurrido, y ella notó mi cambio, iba a decir algo pero mi madre llegó en ese momento y le entrego los libros a ella.
Mi madre, Verónica y yo salimos de la casa y nos despedimos de ella, y esta se despidió de modo cortés pero distante de nosotras, y salió rápidamente a su auto deportivo de color vino tinto. Mi madre comenzó a entrar otra vez a la casa, y Verónica ya había encendido su auto y se había marchado, aunque iba tan rápido que pensé que iba a chocar con algún auto, pero me relaje un poco al ver como se alejaba con presteza de los demás autos y se perdía en la vuelta de la esquina.
Me quedé un largo rato hablando con Yess de cómo me fue hoy en la escuela, y de cómo le fue a ella en su trabajo, y luego me fui a mi alcoba a hacer mi tarea. Tenía muy pocos deberes del colegio ya que solo era el primer día de clases, así que cuando terminé, tomé mi laptop y me puse a navegar en el internet. Tenía varias páginas abiertas, Facebook, ya que estaba hablando con mi nueva amiga Sami, que cada vez mas teníamos algo en común. También me metí en una página que me había llamado la atención la semana pasada, se trataba de magos y cosas por el estilo.
Me gustó las historias de cómo relataban las vidas de los magos de antes, ya que si era cierto que habían cazado magos y brujas en el siglo XIV, pero no eran las típicas historias de libros que solía leer como Harry Potter, ya que según esta página, los magos y brujas podían utilizar sus poderes mentalmente, y requerían mucha concentración, pero no tenían que usar varitas mágicas o decir palabras como Abracadabra.
Habían imágenes muy feas de cómo matar a una bruja, como quemándola viva, ahogándola en el agua, descuartizándola o partiéndola en dos. Eran terroríficos con tan solo leerlo. Claro, pero antes todos creían que cualquier mujer era bruja, así que me imagino que muchas murieron…
Me encontraba afuera de lo que parecía ser una iglesia con un numeroso grupo de gente que vestían al estilo XIV, me preguntaba a que debía tanto escándalo, en ese momento escuche gritos. Voltee hacia mi derecha y vi a tres personas que tenían antorchas y dos sujetaban a una chica que podía ser…no, imposible. Me acerque entre la multitud para ver quién era la chica que causaba tanto revuelo. ¡Era Samantha, era ella lo sabia!, y al parecer grite para detenerlos pero no salió mi voz y entonces pude ver como el fuego comenzaba a alcanzar sus pies, de pronto vi una hermosa luz blanca donde estaba Sami, quien me sonrió y miro a su derecha, ahí también estaba Cris, Lucas y Verónica, mi profesora, y todos desaparecieron en la hermosa luz sin dejar otra cosa que una hoguera en el suelo.
Desperté en mi habitación, y me di cuenta de que debí haberme quedado dormida y mi mamá recogió mis cosas y me había arropado en mi cama. Mire el reloj y casi me caigo de la cama al ver la hora 7:23 a.m, ¡Ups! Otra vez casi me quedé dormida. ¿Pero como un sueño tan corto podía durar tanto?, trate de recordar que había soñado exactamente y me dio un escalofrió al recordar lo que casi le pasa a mi nueva mejor amiga en el, ¿Pero que era esa extraña luz blanca que vi en él?, no entendía nada, me imagine que sería producto de todos mis recuerdos del día anterior mezclados con algo de azucarado que comí antes de quedarme dormida. Me levanté rápido a asearme y vestirme, para bajar con mi madre a la cocina quien me saludo con una extraña sonrisa.
- Hola Cristie buenos días – saludo alegre mi madre.
- Hola mamá, no entiendo tu chiste ¿Me podrías explicar por qué estas tan alegre?
- Me imagino que recuerdas la visita de tu profesora Verónica ayer, es una mujer muy gentil.
- Si – era lo único que podía decir.
- Como ya nos viste ayer, me imagino que entenderás que me ha caído muy bien y ha sido muy hospitalaria con nosotros. Me insistió en que nos podía dar una vuelta este fin de semana por el pueblo para conocerlo.
- Ah, me parece bien – comenté.
Espere a que mi madre saliera risueña de la cocina y comencé a prepararme mi improvisado desayuno, hojuelas de maíz y leche. Algo fácil. Después de desayunar Salí a la escuela, y me encontré con Sami y Lucas que me esperaban cerca.
- ¡Hola Cristie! – saludaron al unisonó.
- Hola, ¿y dónde está Cris? – pregunte confundida.
- Eh… él ha estado algo enfermo y no ha podido venir hoy – dijo Lucas.
- ¡Qué mal! ¿Qué tiene? – pregunte alarmada.
- Tranquila Cristie, solo tiene fiebre – dijo relajada Sami.
- ¿Podría visitarlo al salir del colegio?
- Lo siento, te puedes contagiar – dijo Lucas sonriendo – ¡a menos que quieras andar con un pañuelo soltando estornudos y mocos por todas partes!
- ¡Lucas! – exclamé, aunque no pude evitar reírme, Sami hizo lo mismo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Déjà vu

Capitulo 5
Estaba en lo cierto, del otro lado de la cafetería venían Cristian y sus dos acompañantes, noté que ya no solo era él quien me miraba con hostilidad, también sus dos amigos hacían lo mismo. Me quede de piedra cuando llegó y dijo:
- Quién es ella Sami? – preguntó y su voz era menos agresiva de lo que pensaba, más bien era dulce y calmada.
- Ah, ella es nueva en la escuela, se llama Cristie – me presentó ella con una sonrisa que aun no podía entender.
- Oh, mucho gusto soy Cristian, disculpa por la mala educación que mostré anteriormente.
- Si ya lo note – dije sorprendida.
- Pensé que al primer momento que llegaras ibas a conocer a Regina y su club de zombies vivientes que se pasan el día con ella y el club de porristas, pero como le tiraste la comida encima… - no pudo continuar hablando porque contenía la risa.
- Oh si gracias. – admití, también me había dado risa ver la cabeza de Regina cubierta de espaguetis.

Todos no reíamos, cuando de pronto alguien carraspeo su garganta y me di cuenta que era uno de los amigos de Sami y Cris.
- Cristie, ellos son mis amigos Damián y Lucas – dijo Cris con diversión.
- Mucho gusto, Cristie – se presentaron los dos al mismo tiempo con gesto burlón.

Lucas era alto, delgado y rubio, de tez clara, tenía la cara perfilada con algunas pecas y sus ojos eran verdes claro. Mientras que Damián era alto, musculoso, de tez blanca, y cabello castaño algo erizado, tenía cejas espesas y ojos oscuros, lo que le daba ese aspecto amenazador.
Nos quedamos algunos minutos hablando de las clases que compartíamos, mientras que Lucas decía chistes sin parar, hasta que convenientemente Sami le dio un buen manotazo por la cabeza, al mismo tiempo que sonó el timbre para volver a clase.
Las clases pasaron súper rápido con mis nuevos amigos junto a mí, hasta que llegó la hora de salida. Yo quería irme caminando a mi casa, ya que no me quedaba muy lejos, y mis amigos Sami y Alex vivían cerca de allí. Me despedí de Lucas y Damián y salimos a caminar cerca del bosque cuando…
- ¡Hey esperen! Necesito hablar con el profesor de Historia, sigan ustedes dos, adiós – dijo Sami corriendo hacia el colegio.
Cris y yo caminábamos casi en silencio, apenas hablamos. Llegamos a una calle que se conectaba con un bosque y de pronto me vino una sensación extraña, y me detuve.
- ¿Qué pasa? – preguntó Cris.
- Creo que conozco este bosque – dije algo confundida ante mi razonamiento.

Comencé a adentrarme en el bosque, caminando, sentí un leve apuro, así que camine aun mas rápido. Sin darme cuenta ya estaba corriendo cuando pare. Yo ya había visto este lugar del bosque, ¿pero cómo?, era mi primera vez en él desde que vivo en Heauston. Todo estaba tranquilo, y oscuro a la vez, hasta que oí un fuerte…

Crack.

Salte del susto y empecé a mirar dentro del bosque, buscando aquel sonido, pensando que sería algún animal…

Crack, crack.

Sabía que eran pasos de una persona, hasta que pude ver una sombra a punto de acercarse. Sin pensarlo dos veces, empecé a correr. Mientras mas corría, mas me adelantaba la sombra, y me di cuenta que era lo extraño y lo familiar de esta situación, estaba viviendo un raro caso de Dejavú, en el que desconocía los detalles, y el final.

Seguí corriendo, presa del miedo, cuando se me ocurrió la idea de girar a la derecha. Genial, eso tal vez lo confundiría, y lo intenté y gire. Funciono, mi sombra se confundió y no podía verla.
Ahora me encontraba en un extraño claro, en el que estaba rodeado de arboles y en su centro estaba un lago que reflejaba los finos trazos coloridos del atardecer, cerca encontré una cueva, podía servirme de escondite hasta poder encontrar el camino correcto a mi casa. Llegué hasta la cueva y me quedé pensando en donde estaría aquella persona que me seguía en el bosque. Pensaba, y me preguntaba, solo eso, hasta que sentí un frio aliento en mi hombro derecho, ¡Estaba detrás de mí!, ¿Cómo había llegado tan rápido?. Una fría mano me aferro por el hombro y entonces…

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Vaya bienvenida a la escuela…

Capítulo 4.

Entre a la escuela a buscar mi primera clase, lo cual era un enigma que resolver con el horario de clases que me habían dado en la dirección. Según mi primera clase era Literatura, genial, mi primera clase y mi primer retardo. Cuando al fin encontré el salón de clases toqué la puerta dos veces por educación antes de pedir permiso para entrar, y me sorprendí al ver a la profesora esperándome en su asiento con una gran sonrisa dibujada en su rostro, los chicos se quedaban embobados mirándola. Parecía una de esas actrices sacadas de la televisión, tez clara, cabello rojizo de un color muy parecido a l vino, sus ojos eran azules ¡Pero tan lindos! , y su cuerpo… – bueno se notaba que debía ir mucho al gimnasio, como si la hubieran colocado en un comercial del después de una rutina de ejercicio milagrosa- notó mi timidez, y se levanto y dijo:

- Entonces tú debes ser la alumna nueva veamos… - reviso su lista mientras buscaba mi nombre – Cristine Brians, mucho gusto, soy tu profesora de Literatura la Srt. Veronica Suarez.
- Gracias, mucho gusto también – dije mientras me sentaba en uno de los últimos puestos aun apenada.

Las clases siguieron algo lenta para mí, aunque no aburridas. Me sentí aliviada cuando llegó la hora del almuerzo, y claro está como era la nueva y no había conocido a nadie me tenía que sentar sola. Tome mi almuerzo y caminé en dirección de una mesa vacía, de pronto sentí que me miraban, voltee a mi derecha y me sorprendí al ver que un chico – de tez clara, alto, cabello negro, y de ojos azul oscuro, pero muy intensos, aunque debía admitir que era guapo – me miraba de una forma muy extraña hizo que perdiera el equilibrio, para no caerme me apoye de una mesa que se encontraba a mi izquierda y se me cayó la bandeja de mi comida a una chica tipo barbie que tenía al lado – de tez blanca, cabello muy rubio y ojos azules-, gritó y sus amigas que parecían clones, ya que solo usaban prendas rosadas o azul pastel hicieron los mismos gestos de indignación.

- ¡Tú! ¡Acaso no mes por donde caminas? ¡Torpe! – gritó y me señalo con uno de sus dedos de manicura perfecta.
- Lo siento, no te vi, fue un accidente, mi nombre es Cristie y soy… - antes de que terminara me callo con una mano y se fue caminando como modelo de pasarela.
- Te aconsejo que te alejes de ella – me dijo una voz que parecía ser de una chica a mis espaldas.

“Vaya bienvenida a la escuela”, pensé para mis adentros. Volteé a verla y si era una chica. Era de tez blanca como yo, de cabello castaño, liso pero con un poco de ondulaciones, sus ojos eran de un marrón intenso, pero muy bonitos, iguales a los del chico que me miró anteriormente. Vestía una blusa suelta de color azul claro con un estampado plateado, unos jeans oscuros y unos Converse azules.
- Me llamo Samantha Wichtter, pero dime Sami, me imagino que debes ser nueva, ya que no te había visto por la escuela, además que nadie que conozca a Regina, es capaz de lanzarle comida encima – agregó con una sonrisa divertida.
- Mucho gusto, pero ¿Quién es exactamente Regina?
- EH… - Pensó ella vacilante – Regina Louge es algo así como la reina del colegio, o eso se cree ella, es la capitana del…
- … Equipo de porristas, si, me lo imagine. – agregué para terminar lo que ella iba a decir.
- Si adivinaste, igualmente ten más cuidado, no es muy cariñosa que digamos y mucho menos si le arrojas comida encima.
- Oh, fue un accidente. Es que me asusté un poco de un chico que me estaba mirando, y no vi la bandeja y… cayó en la cabellera de la barbie.
- Ja ja ja, aunque fue algo gracioso ahora te va ver con la vista gorda. Por cierto, ¿Cuál era ese chico que te estaba mirando?
- Eh – comencé a buscarlo y lo encontré en un extremo de la cafetería con dos chicos más, igual de altos y amedrentadores que el – ahí esta – lo señale con el dedo, que se dio cuenta al instante y me dedico una extraña mirada de confusión.
- ¡Ups! – exclamé.
- Ah, el es mi hermano Cris. – dijo ella algo avergonzada por el comportamiento de su hermano – El es algo agradable cuando lo conoces.
- Eso espero, porque aquí viene – dije algo asustada…