Mi verso favorito: Escribir es nacer de Luis cernuda

...desde el polvo
me atrevo a
murmurar
tristes
palabras.
Escribir es
nacer,
dejar la
cristalina
morada de
inocencia
donde ya no
estoy.
Mi verso tiene formas
maternales,
es nube sobre el
mar
y una gota de l
luvia,

es niño que en la arena se entretiene

con las espumas y las caracolas.

Un saludo para todos los lectores, si ya seguías esta historia, lamento no haber escrito más y dejar la historia a la deriva, y si eres nuevo espera el nuevo giro de mi historia, traerá nuevas sorpresas, personajes nuevos, tramas nuevas y una nueva forma de dejarte fijo en la pantalla por mucho tiempo. Proximamente publicaré los primeros capítulos nuevamente (sí, los mismos) pero quiero volver a retomar la historia de cero para cambiar algunas cosas, no muchas. Espero que sean pacientes y les guste esta nueva historia que me complace tanto compartir con ustedes.

Espero que me hayan perdonado y que sigan la historia tanto como yo. Dentro de unas semanas cambiaré la dirección de la página conforme a como decida llamar a este libro.

¡Nos leemos pronto!

lunes, 4 de enero de 2010

Escondidas

Capítulo 14
- Hola – saludé primero.
- ¡Cristine! – exclamaba Lucas mientras corrió a abrazarme cuando llegaba.
- Yo también te extrañe. ¿Cómo está mi payaso favorito?
- Perfecto. ¿Dónde estaban?
- De compras – respondimos Sami y yo al unisonó.
- Oh. Espero que me hayan comprado algo, o no las pienso dejar entrar
- No, no pensamos en eso. Lo siento Lucas
- Ya veo – nos cerró de golpe la puerta.
- Que bobo – dijo Sam y desapareció.

Me concentré lo suficiente para aparecerme en su casa, y lo logré ya estaba en la sala. Todos me miraron impresionados mientras Cristian sonreía.

- ¿Cómo lo hiciste? – preguntó Lucas.
- Con magia. Obvio.
- Si, ya lo sé, pero es la primera vez que te apareces ¿no?
- Si.
- ¡Vaya, eres todo un fenómeno!
- ¡Lucas! ¿Qué te pasa?
- Lo que trata de decir es que avanzas muy rápido, te enteraste de tus condiciones hace poco. Además, está celoso solo porque a él aun le cuesta aparecerse. – Explicó Cristian.
- Celoso – susurré.
- ¡Tenían que ver lo que hizo Cristie en el centro comercial! – decía Sam – Activó una de las alarmas de seguridad de una tienda, y un guardia se llevó a Regina que iba saliendo de la tienda.

Cristian y Lucas se quedaron serios durante unos segundos, después estallaron en risas, sin control. Sam sacudía a Lucas que no paraba de reír.

- ¡Te alabo Cristine! ¡Nunca se me había ocurrido eso! – carcajeaba Lucas mientras Sam seguía zarandeándolo.
- Gracias, fue pura inspiración. – respondí.
- ¿Qué tal si jugamos afuera? – sugirió Cris quien ya había recuperado el control
- Sí, me parece perfecto.
- Buscaré el disco para jugar Freesbe – corrió Sam mientras salía de la habitación.
- Esperémosla afuera.

Seguí a los chicos por el pasillo hasta que Lucas se detuvo, me miro con cara de decepción, me sacó la lengua y se desaparecido.

- Celoso.
- ¡Te escuché! – gritó él desde afuera.
Salí con Cristian a la parte trasera de su casa, era muy hermosa, el suelo era de piedra, mas adelante había una piscina en el medio y a su izquierda había un patio libre de pasto y flores donde esperamos a que Sam viniera con el disco.

Mi amiga venía corriendo a toda velocidad y lanzó el disco con fuerza mientras volaba por los aires en nuestra dirección, Cristian lo atrapó con una increíble agilidad que no conocía de él. Se lo lanzó a Lucas quien lo atrapó y me lo lanzó en mi dirección mientras reía, venía tan rápido que no reaccione correctamente y solo lo reduje con mi mente mientras lo atrapaba.

- Tramposa – susurró Lucas.

Se lo lancé a Sam guiñándole un ojo, ella sonrió en señal de entendimiento. Y le gritó a Cris:

- ¡Atrápalo!

Cristian ya había empezado a correr cuando Sami se lo arrojó a Lucas y le cayó en plena frente. El solo grito ¡Auch! Mientras todos reíamos, el tomó el disco y desapareció. ¿Dónde estaría ese payaso? Cuando iba a formular mi pregunta en voz alta vi a Lucas cerca de mi mientras lanzaba el disco velozmente en mi dirección, no pude pararlo por el susto y me oculté con las manos para protegerme, pero por suerte Cris lo paró justo a tiempo. Yo solo lo mire y sonreí, el asintió mientras se acercaba y agarró el disco.

- Idiota – murmuró en dirección de Lucas.
- Claro, me dices idiota porque se lo lancé a tu…
- ¡Cállate! ¿Quieres? ¡Sam! – gritó y le lanzo el disco a Sami muy alto y ella lo siguió.

Pensé que Sami se iba a caer en la piscina, pero para mi asombro ella solo pisó la superficie del agua ¡Caminaba sobre ella!

- ¡Genial! – se me soltó.
- Ven y te enseño.

Me acerqué a mi amiga mientras salía de la piscina, mientras me decía:

- No es muy complicado. Solo tienes que pisar más fuerte de lo normal mientras piensas en la forma del agua firme.
- ¿Firme? – pregunté confundida.
- Si, el agua cambia su forma que es firme, serena por movimientos, ondulaciones y turbulencias cuando algo hace que esta cambie, como el viento, o el contacto con algo. Imagínate ser más ligera y el agua más dura cuando entres en contacto con ella, eso también ayuda.
- Oh, gracias. Déjame intentarlo.
- ¡Chica al agua! – gritaba Lucas que se encontraba detrás de mi y me empujó a la piscina.

Reaccioné a tiempo y apliqué las instrucciones que me dijo mi amiga, eran fáciles. Antes de darme cuenta ya estaba caminando sobre el agua.

- ¡Ja! – exclamé gloriosa mientras le sacaba la lengua a Lucas.
- Aprendes rápido.
- Lo sé.
- ¡Maldición! Lucas necesito que me acompañes a la entrada, tenemos visitas. – dijo Cristian.
- ¿Visitas? – en ese momento sonó el timbre.

Cristian y Lucas salieron de la estancia mientras Sam y yo nos sentábamos en la piscina.

- ¿Cómo supo Cris que tenían visitas? – pregunté confundida.
- Ah, se me olvidó contarte esa parte. Los magos y brujas siempre tenemos un sentido más desarrollado que otro, como las personas, solo que es el sexto sentido.
- ¿Sexto sentido?
- Si, es aquel que no solo une a todos los demás sentidos, sino que también nos da más ventajas mentales.
- ¿Cómo cuales?
- Eso depende, puede variar. Como por ejemplo Cristian, el puede percibir mejor su entorno, sintió movimiento de personas cerca de la casa y por eso salió.
- ¿Y tú qué haces?
- Puedo aparecerme más fácil de lo normal, una vez aparecí en Francia, aunque me costó mucho, mientras más larga la distancia, más difícil se me hace.
- ¡Fascinante! ¿Y Lucas?
- Bueno, como verás es un cabeza hueca, así que dudo que tenga poder mental.
- Si es cierto – reímos ambas.
- Eh, se le hace mucho más fácil interactuar con la personas, me refiero a utilizar sus poderes en alguien y que den mejores resultados.
- Ah, ya veo… ¿Cuál sería mi especialidad entonces?
- ¡La tuya es genial!
- ¿En serio? ¿Cuál es?
- Es más que obvio, puedes ver el futuro.
- ¿El futuro? ¿Pero no he visto nada aun?
- ¡Si, si lo has hecho. En tus sueños!
- ¿En mis sueños?
- Si, tienes una gran capacidad mental. Las personas imaginan o piensan cosas en su mente cuando duermen, y a eso algunas veces se le llama sueño, lo tuyo algunas veces son visiones, ya que tu mente trabaja aun más cuando estás en trance o dormida y puedes tener visiones, es genial.
- No sabía eso ¿Por qué no me contaste?
- No había surgido el tema y se me olvido. Lo siento.
- Te perdono tonta.

En ese momento oímos gritos desde la casa, al parecer estaban discutiendo:

- ¡Déjame verla, solo quiero saber si está bien! – gritó una voz familiar.
- Ya basta, después puedes verla. Ahora no – dijo Cris.
- Hey, ya deja que la vea y después que se largue. – dijo Lucas.
- ¡No! ¡Vete Diamons!

¡Diamons! ¿Sería Scott?

- ¡Scott! – exclamé
- ¿Cristie? ¡Cristie! – era él, mientras aparecía corriendo con Charlotte que miraba muy nerviosa a Cristian y a Lucas.
- ¡Qué bueno verte! ¿Qué te trae por aquí? – dije mientras corría a abrazarlo.
- Solo quería verte, y como sabía que ya pensabas en mi quería ir a visitarte.
- Gracias.
- Entonces ya lo sabes ¿No?
- Si
- Apenas me enteré fui a tu casa pero no estabas y pensé que debías estar en otro lado. Decidí aparecerme recordando mi promesa.
- Oh, es muy lindo de tu parte Scott. Gracias, estoy bien. – dije con dulzura recordando la promesa que me había hecho.
- Y… ¿Qué haces?
- Estaba jugando con mis amigos. ¿Quieres jugar? – le pregunté mientras tomaba el disco en mis manos.
- ¡Claro!
- ¿Y tu Charlotte?
- No. – se sentó bajo un árbol.
- Oh, bueno ahí va… - y le arrojé el disco a Scott.


Antes de que Scott lo atrapara el disco giró como si fuera un boomerang en dirección a Cris y lo atrapo mientras dijo:

- Creo que ya la viste Diamons, lo siento pero…
- No. Entiendo, me tendré que ir, vámonos Charlotte. Adiós Cristie.
- ¡No! Por favor no te vayas – le supliqué.
- Lo siento, pero creo que no soy grato aquí – murmuraba mientras le lanzó una mirada a Cris.
- Oh. ¿Cuándo vendrás a visitarme?
- Solo cuando tú quieras, solo tienes que pensar ahí y estaré allí para ti.
- Gracias. Adiós Scott.
- Adiós.
- Adiós Charlotte – la despedí pero no hubo respuesta, Scott la miró fulminante mientras salía y luego me dirigió una mirada tierna en señal de Disculpa.

Cristian y Lucas los acompañaron a la salida, y me quedé a solas con Sam, miraba en dirección de la salida y a mí, varias veces, entonces me frustré y le dije:

- ¡Sí! ¡Scott Diamons es mi amigo! ¿Tiene algo de malo?
- No, pero me parece que hay algo mas – canturreaba mi amiga.
- Por favor no empieces con eso, pensé que eras mi amiga.
- Si. Pero él no quiere ser tu amigo…. – susurraba Sam.
- ¿Qué quieres decir? - entrecerré los ojos.
- ¡Le gustas!
- Sí, pero solo somos amigos.
- ¡Por favor Cristine! Así se empieza
- Pero yo no estoy empezando nada
- ¿Te gusta?
- ¡No! Es mi mejor amigo. Solo eso.
- Si pero el…
- ¡Ya basta! si vuelves a decir algo me iré de aquí.
- Pero…
- ¡Y me iré de compras con Charlotte! – la amenacé. Sabía que eso la calmaría, lo hizo y se estremeció.
- No te atreverías – susurró.
- ¿Quieres ver?
- ¡No! No te vuelvo a hablar de eso, lo prometo.
- Así es.

Llegaron Lucas y Cristian hablando bajo entre ellos, al parecer Lucas sonreía por el comentario que le había dicho a Cristian, y este se detuvo asustado, lo miro serio y le pegó un manotazo en la cabeza.

- ¡Cállate!
- ¡Caracoles! Que miedo Cristian
- Te lo suplico.
- Mejor de rodillas.
- No me humilles así. Solo guarda silencio, y te prometo que lo haré.
- Me parece bien.
- ¿Qué pasa? – me paré de donde estaba mientras esperaba respuesta, los dos solo se miraron a la cara y después a mí.
- Nada – contestaron a unisonó y Sam rio.
- No entendí el chiste Sam – dijo Cristian.
- ¿Quieres que lo explique? – sonrió con mirada picarona.
- ¡Piedad! ¡Ya paren! ¡Eres mi hermana! ¿Cómo me haces esto?
- Solo decía…

En ese instante entró una mujer que debía ser la madre de Cristian y Sam en la estancia con una bandeja con bebidas. La mujer era alta, delgada, Sam era idéntica a ella, tenían las mismas facciones, sonreía cuando me miró, y dijo:

- Hola Cristine, soy la mamá de Cristian y Samantha, Simone Wichtter – me estrechó la mano por cortesía.
- Mucho gusto Sr. Wichtter.
- El gusto es mío Cielo. Les traje algo de beber, si necesitan algo estaré en la cocina.
- Gracias – dijimos todos al unisonó.

Nos sentamos en el pasto mientras tomamos las bebidas, Cris me miraba de reojo, ¿Acaso te pasaba algo?

- ¿A ti que te pasa?
- ¿A mí? Nada – respondió fingiendo inocencia, que obvio era.
- Estas de lo más raro hoy, quería que se quedaran Scott y Charlotte.
- Igual yo, hubiera sido divertido – intervino Lucas cuando Cris bebía otro sorbo de té frio, y se ahogó con aquel comentario. Lucas fingió inocencia mientras tomaba otro sorbo de té.
- Solo no me simpatiza, es todo. – tosía aun ahogado por la bebida.

Nos quedamos un rato en silencio acostados en el pasto, solo observando las nubes, mientras discutíamos por que forman tenían. Me parecía absurdo el tiempo que las personas solo miran al suelo, pensando en la realidad, en vez de observar un rato el cielo, que siempre cambia, ir más allá solo un momento, a mí me relajaba.

- Oigan, esa tiene forma de un trébol de cuatro hojas – comentó Lucas.
- No, parece una margarita – lo contradije.
- Además, tu trébol tiene como seis hojas ahora. – intervino Sami. - ¡Cristie! ¡Tengo una idea!
- ¿Cuál?
- ¿Qué tal una fiesta de pijamas?
- ¡Si me encanta!
- ¡Qué alegría! ¡También voy! Necesito un nuevo color de barniz en mis uñas – canturreó Lucas.
- ¡No bobo! Solo para chicas
- Ah claro, ya comenzó el club del horror de las BFF’s. Pues mi mejor amigo es Cristian, ¿Verdad Cris?
- No – respondió el con amargura mientras Sami y yo reíamos.
- ¿Qué tal un día antes de tu cumpleaños?
- ¿Mi cumpleaños? Falta mucho ¿no?
- Solo seis días ¡Tengo que conseguirte el regalo ideal!
- No te preocupes por eso, no quiero nada.
- ¡Bah! Todos queremos algo en cumpleaños.
- Sí, pero yo no quiero nada. En serio no se molesten.
- ¡Te haré un regalo sorpresa! ¡Con este regalo si que me voy a divertir! – reía Lucas malvado.
- Si, inténtalo y te vuelo la cabeza – amenacé.
- Oh, que susceptible. ¿Eso es un sí?
- ¡No! Es un no
- No dijo exactamente que no – susurró el - ¿Y qué le vas a regalar tu Cris?
- Algún pasaje para que pueda estar lejos de ti – respondió Cris.
- No es mala idea – dije yo mientras le sonreía a Cris, para después mirar con malicia a Lucas.
- ¡Juguemos a las escondidas! – saltó Sami contenta - ¿Por favor si?
- ¡Cuenta Cris! – gritó Lucas antes de correr – Las reglas son que no hay reglas – carcajeaba mientras desapareció.
- Solo se puede desaparecer 2 km a la redonda – dijo Sam. – Comienza Cris.

Cristian se posó en un árbol mientras Sami y yo salimos corriendo en direcciones opuestas, yo sabía perfectamente cual lugar escogería, el escondite perfecto, mi escondite. Me desaparecí pensando en mi escondite, abrí los ojos, no aparecí allí, cerca pero no estaba allí, cerré los ojos con fuerza para concentrarme, esperé un momento hasta sentir el cambio y los abrí de nuevo.

Esta vez lo logré, había llegado. Llegué a el claro donde estuve ayer, donde encontré a Cris, estaba perfecto, como siempre, con aquella luz que me gustaba, esperé un buen rato antes de comenzar a correr por algunos lados antes de llegar de vuelta, sin que nadie me viera claro.

Comencé a correr con energía mientras me alejaba del lugar, aunque no quería, voltee atrás para verlo de nuevo como una despedida, aunque volvería, eso era seguro. Giré mi cabeza hacia adelante pero fue tarde, choqué contra algo, contra alguien, traté de ver con quien había impactado pero me aferró en sus brazos y no me pude soltar.

- Te atrapé – susurró Cris en mi oído. Di un respingo ante tanta proximidad.
- No puedo respirar.
- Oh, disculpa – aflojó sus brazos pero aun así no me soltó.
- ¿Me puedes soltar?
- ¿Para qué? Ya te encontré, no te dejaré escapar.
- Tramposo – murmuré
- ¿Quieres que te suelte no?
- Si
- Entonces corre, te daré ventaja – me soltó y aproveché para salir corriendo en el claro, mi claro, me corregí a mí misma.

Corrí lo mas que pude mientras reía, pero el se apareció en frente de mi y aunque frené a tiempo para no chocar me envolvió en sus brazos, tenía una sonrisa angelical en su rostro, me dejó sin aliento. Estaba muy cerca de mí, otra vez.

- Me estas incomodando Cris – traté de hablar.
- ¿Por qué? – susurró él.
- Eres un tramposo, solo tenías que correr, ¿Para qué me das ventaja si después apareces de esa forma?
- Ja, ja, ja. Lo sé. No te pienso dejar ir – me acunó en su pecho, yo seguía atónita, aun sin entender, rozó su mejilla contra la mía. De pronto me soltó y exclamo - ¡Rayos!
- ¡Libre! ¿Así que estaban jugando y no me invitaron? – apareció Lucas por uno de los arboles.
- ¡Te mataré Lucas Jason! – gritó Cristian mientras corría en su dirección.
- Por supuesto, ¡Atrápame lentito! – escapó Lucas mientras volaba por los arboles - ¡Harry Potter pueda besarme el…!
- ¡Lucas cállate! – gritó Cristian antes de desaparecer por los arboles.

Aproveché la situación, tal vez llegaría a tiempo. Me aparecí en la casa de los Wittcher otra vez, lo logré con éxito. Vi a Sam sentada en un árbol esperándome mientras jugaba con su cabello.

- Tardaste mucho ¿Dónde estabas? – preguntó mi amiga.
- Por algún lugar.
- ¿Dónde están Cris y Lucas?
- Creo que matándose el uno al otro – le dije mientras reíamos.

Después de un par de minutos apareció Cristian y se acercó a nosotras mientras reía, me miró y sonrió tan radiante como cuando estábamos en el lago.

- ¿Por qué tanta risa? – preguntó Sam – Tardaste años.
- Estuve ocupado – miraba a mi dirección mientras reía.
- ¿Pero cuál es la gracia?
- Ya verán. Oh, justo ahora.

Apareció Lucas molesto, Estaba cubierto de barro y hojas de pies a cabeza, solo caminaba y nos miraba esperando una respuesta. Sami y yo lo miramos durante 3 segundos, luego estallamos en risa, lo mirábamos y reíamos mientras veíamos a Lucas que chorreaba barro en la cara.

- ¡Pareces un mounstro de barro! – carcajeaba sin control.
- Ja, ja, ja ¡Ya verás! – exclamó el mientras me levitaba y caía en la piscina.
- ¡Lucas! – exclamó Cris.
- ¡Tú también bobo! – y lo lanzó a la piscina mientras yo tragaba agua.
- ¡Cristie! Déjame ayudarte – dijo Sami
- Tranquila puedo sola.
- Dame la mano – dijo Cristian que ya había salido de la piscina. Asentí y me ayudó a salir.
- Acompáñame, te daré algo de ropa – me dijo Sam y la acompañe a su habitación.
- ¡Ya se! Voy a probarme algo que compré – mientras sacaba un camisa rosa sin tiras con unos jeans blancos.
- Me gusta, te queda excelente
- Gracias
- Déjame poner a secar tu ropa. Espérame solo un segundo. – salió corriendo con mi ropa mientras yo desenredaba mi cabello.

Ya estaba por terminar cuando tocaron la puerta. Debía ser Sam con la ropa, a lo mejor tenía las manos ocupadas así que le abrí.

- Oye, Sam si quieres esperas y… Oh – me sorprendí al ver a Cristian en la puerta en vez de Sam, aun tenía el cabello mojado.
- Lo siento, por como Lucas te lanzó a la piscina. – se disculpó, parecía de verdad apenado.
- Fue divertido. Aunque ese tonto me las pagará.
- Ya me encargué de eso.
- ¿Qué le hiciste?
- Es mejor que no sepas aun. – se rio.

Yo me reí también un rato, no había nada más gracioso que ver a Lucas enojado
.
- ¿Te divertiste? – preguntó de nuevo.
- Sí, me divertí mucho. Aunque me divertiré más cuando vea que le hiciste a Lucas.
- Me alegra oír eso, estaré abajo, creo que no querrás escuchar a Lucas durante un rato.
- Si, estuvo muy raro hoy, no sé cuantas boberías dijo.
- Ja, ja, ja. Si, raro. Estaré abajo. – y salió de la habitación.

Esperé a Sam paciente un par de minutos en su cuarto. En ese momento escuché un grito que venía desde abajo ¡Me las vas a pagar idiota!, seguro era Lucas, reí, aunque no sabía cuál era el chiste. Sami entró en la habitación carcajeando mientras me dio la ropa seca.

- ¿Qué le hizo? – le pregunté
- Digamos que Cristian lavó la ropa de Lucas y… ¡La pintó toda de rosa!
- Oh, entonces ese era el escándalo.
- Si. Esta como loco, pero ya se acaba de ir.
- ¿Salió a la calle así? – comencé a reír de nuevo.
- No, se desapareció.
- Ah, que lastima. Eso sería un verdadero espectáculo.

Ambas reímos un buen rato mienta
Bajamos a la sala donde ahora solo se encontraba Cris viendo Televisión, muy tranquilo, nos vio bajar y nos sonrió, parecía divertido.

- ¿Se fue así como así? ¿No se vengó? – pregunté yo asustada, esperando que Lucas me elevara a la piscina o apareciera detrás de mí.
- No, con ese aspecto que tenia, dudo que lo veamos por un rato – carcajeó Cris, mientras nos invitaba a Sami y a mí a sentarnos.

Cristian hizo un recorrido por los canales de la tele, no habían programas buenos a esa hora, como que escaseaban. Encontró uno muy gracioso que seguro le hubiera encantado a Lucas, era un concurso donde le hacían bromas a los participantes, se veía divertido.

- ¿Oigan qué hora es? – pregunté rompiendo el silencio. Debía ser bastante tarde, debido a la hora que salí de mi casa.
- En, son las 6: 13 p.m – respondió mi amiga con exactitud.
- ¡Oh, me tengo que ir, se está siendo tarde! – me paré del sillón mientras los gemelos me miraban con diferentes expresiones, Sami con sorpresa, y Cris con resignación ¿Por qué?
- ¡No te vayas! – fue esta vez Cris quien habló
- Lo siento, quisiera hablar con mi madre un rato. Ya entenderán, quisiera aclarar algunas cosas.
- ¡Qué cruel eres Cristine Brians! ¡Y te haces llamar mi amiga! – comenzó a pelear Sam.
- Volveré mañana contigo, ¿Si? – me derretí, esa mirada de lastima que ponía ella era insoportable, era inevitable.
- ¡Sí! Con eso me acompañas a comprar un vestido para la fiesta, ah y una piyama linda – aplaudía ella.
- ¿Qué fiesta? ¿Piyama?
- ¡Si, tu fiesta de cumpleaños! ¡También de Hallowen! ¡Y no olvides la piyamada!
- ¡Sam, no acordamos esto!
- Será genial, ¿A que si Cris? – dijo mientras le daba un codazo a su hermano.
- Si, genial. Tu iras vestida de mounstro, ah ya estas lista para eso, irritante como siempre… - masculló él.
- ¡Pues tu de ogro, por amargado! – le sacó la lengua.
- Concuerdo con los dos….
- ¡Cristine! – exclamaron los dos. Reí.
- ¡Qué osadía! Jamás pensé ver a mi mejor amiga en mi contra.
- Me siento ofendido, pero lo tomaré como un cumplido si así lo dices.
- Bien, dicho. Deberías portarte como tu hermano, aprende rápido.
- ¡Traición! Igualmente te buscaré mañana en la mañana para que me ayudes a conseguir el vestido perfecto - me giño un ojo mientras desapareció. Que loca.
- Entonces me iré, adiós Cristian. Creo que nos veremos mañana gracias a… - le dejé la duda, no era difícil de adivinar.
- Sam – volteo los ojos hacia arriba mientras hacia una mueca fingida de dolor – Que tengas suerte, la vas a necesitar.
- Que Dios me ayude – dije.
- Por supuesto. Adiós Cristine – dijo mientras me beso en la mejilla. Me sonrojé ante ese contacto.
- Adiós Cris, vigila la ventana de tu cuarto.
- ¿Por qué? – preguntó aunque parecía divertirle, seguía mi chiste.
- Por si algún psicópata llamado Lucas aparece en tu ventana mientras duermes – ambos reímos.
- Ni si quiera lo nombres a ese metiche– masculló – Aun siento como si me estuviera espiando…
- Ni lo digas, adiós – y me desaparecí.

Hola bloggers!!! ¡Los extrañaba! ¡Que bien se siente volver a escribir! Se que tenía que escribir ayer, pero he tenido problemas con mi pc, igualmente les dejo este cap! Espero que les guste... ¡El primer cap del año! Cuando vuelva a publicar les dejaré los blogs de Albus, y de Lily y James.
Oh! casi se me olvida! ayer comencé de leer un libro, ehh y lo terminé el mismo día, jeje. Estaba super, se llama La Emperatriz de lo Etéreos, ¡me encanta! la historia es un poco corta, pero esta original!
xoxo mari R
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