Mi verso favorito: Escribir es nacer de Luis cernuda

...desde el polvo
me atrevo a
murmurar
tristes
palabras.
Escribir es
nacer,
dejar la
cristalina
morada de
inocencia
donde ya no
estoy.
Mi verso tiene formas
maternales,
es nube sobre el
mar
y una gota de l
luvia,

es niño que en la arena se entretiene

con las espumas y las caracolas.

Un saludo para todos los lectores, si ya seguías esta historia, lamento no haber escrito más y dejar la historia a la deriva, y si eres nuevo espera el nuevo giro de mi historia, traerá nuevas sorpresas, personajes nuevos, tramas nuevas y una nueva forma de dejarte fijo en la pantalla por mucho tiempo. Proximamente publicaré los primeros capítulos nuevamente (sí, los mismos) pero quiero volver a retomar la historia de cero para cambiar algunas cosas, no muchas. Espero que sean pacientes y les guste esta nueva historia que me complace tanto compartir con ustedes.

Espero que me hayan perdonado y que sigan la historia tanto como yo. Dentro de unas semanas cambiaré la dirección de la página conforme a como decida llamar a este libro.

¡Nos leemos pronto!

sábado, 12 de diciembre de 2009

Déjà vu

Capitulo 5
Estaba en lo cierto, del otro lado de la cafetería venían Cristian y sus dos acompañantes, noté que ya no solo era él quien me miraba con hostilidad, también sus dos amigos hacían lo mismo. Me quede de piedra cuando llegó y dijo:
- Quién es ella Sami? – preguntó y su voz era menos agresiva de lo que pensaba, más bien era dulce y calmada.
- Ah, ella es nueva en la escuela, se llama Cristie – me presentó ella con una sonrisa que aun no podía entender.
- Oh, mucho gusto soy Cristian, disculpa por la mala educación que mostré anteriormente.
- Si ya lo note – dije sorprendida.
- Pensé que al primer momento que llegaras ibas a conocer a Regina y su club de zombies vivientes que se pasan el día con ella y el club de porristas, pero como le tiraste la comida encima… - no pudo continuar hablando porque contenía la risa.
- Oh si gracias. – admití, también me había dado risa ver la cabeza de Regina cubierta de espaguetis.

Todos no reíamos, cuando de pronto alguien carraspeo su garganta y me di cuenta que era uno de los amigos de Sami y Cris.
- Cristie, ellos son mis amigos Damián y Lucas – dijo Cris con diversión.
- Mucho gusto, Cristie – se presentaron los dos al mismo tiempo con gesto burlón.

Lucas era alto, delgado y rubio, de tez clara, tenía la cara perfilada con algunas pecas y sus ojos eran verdes claro. Mientras que Damián era alto, musculoso, de tez blanca, y cabello castaño algo erizado, tenía cejas espesas y ojos oscuros, lo que le daba ese aspecto amenazador.
Nos quedamos algunos minutos hablando de las clases que compartíamos, mientras que Lucas decía chistes sin parar, hasta que convenientemente Sami le dio un buen manotazo por la cabeza, al mismo tiempo que sonó el timbre para volver a clase.
Las clases pasaron súper rápido con mis nuevos amigos junto a mí, hasta que llegó la hora de salida. Yo quería irme caminando a mi casa, ya que no me quedaba muy lejos, y mis amigos Sami y Alex vivían cerca de allí. Me despedí de Lucas y Damián y salimos a caminar cerca del bosque cuando…
- ¡Hey esperen! Necesito hablar con el profesor de Historia, sigan ustedes dos, adiós – dijo Sami corriendo hacia el colegio.
Cris y yo caminábamos casi en silencio, apenas hablamos. Llegamos a una calle que se conectaba con un bosque y de pronto me vino una sensación extraña, y me detuve.
- ¿Qué pasa? – preguntó Cris.
- Creo que conozco este bosque – dije algo confundida ante mi razonamiento.

Comencé a adentrarme en el bosque, caminando, sentí un leve apuro, así que camine aun mas rápido. Sin darme cuenta ya estaba corriendo cuando pare. Yo ya había visto este lugar del bosque, ¿pero cómo?, era mi primera vez en él desde que vivo en Heauston. Todo estaba tranquilo, y oscuro a la vez, hasta que oí un fuerte…

Crack.

Salte del susto y empecé a mirar dentro del bosque, buscando aquel sonido, pensando que sería algún animal…

Crack, crack.

Sabía que eran pasos de una persona, hasta que pude ver una sombra a punto de acercarse. Sin pensarlo dos veces, empecé a correr. Mientras mas corría, mas me adelantaba la sombra, y me di cuenta que era lo extraño y lo familiar de esta situación, estaba viviendo un raro caso de Dejavú, en el que desconocía los detalles, y el final.

Seguí corriendo, presa del miedo, cuando se me ocurrió la idea de girar a la derecha. Genial, eso tal vez lo confundiría, y lo intenté y gire. Funciono, mi sombra se confundió y no podía verla.
Ahora me encontraba en un extraño claro, en el que estaba rodeado de arboles y en su centro estaba un lago que reflejaba los finos trazos coloridos del atardecer, cerca encontré una cueva, podía servirme de escondite hasta poder encontrar el camino correcto a mi casa. Llegué hasta la cueva y me quedé pensando en donde estaría aquella persona que me seguía en el bosque. Pensaba, y me preguntaba, solo eso, hasta que sentí un frio aliento en mi hombro derecho, ¡Estaba detrás de mí!, ¿Cómo había llegado tan rápido?. Una fría mano me aferro por el hombro y entonces…