Mi verso favorito: Escribir es nacer de Luis cernuda

...desde el polvo
me atrevo a
murmurar
tristes
palabras.
Escribir es
nacer,
dejar la
cristalina
morada de
inocencia
donde ya no
estoy.
Mi verso tiene formas
maternales,
es nube sobre el
mar
y una gota de l
luvia,

es niño que en la arena se entretiene

con las espumas y las caracolas.

Un saludo para todos los lectores, si ya seguías esta historia, lamento no haber escrito más y dejar la historia a la deriva, y si eres nuevo espera el nuevo giro de mi historia, traerá nuevas sorpresas, personajes nuevos, tramas nuevas y una nueva forma de dejarte fijo en la pantalla por mucho tiempo. Proximamente publicaré los primeros capítulos nuevamente (sí, los mismos) pero quiero volver a retomar la historia de cero para cambiar algunas cosas, no muchas. Espero que sean pacientes y les guste esta nueva historia que me complace tanto compartir con ustedes.

Espero que me hayan perdonado y que sigan la historia tanto como yo. Dentro de unas semanas cambiaré la dirección de la página conforme a como decida llamar a este libro.

¡Nos leemos pronto!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Luz

Capitulo 13.

No pasaba nada aun, los abrí lentamente para verlo, cuando se acercó lo suficiente para que la luz del crepúsculo lo iluminara vi a Cris, perfectamente iluminado bajo esa hermosa luz, todo lo que tocaba la luz lo convertía en algo hermoso, y él se veía tan bello bajo su manto, tan misterioso. Solo se quedó parado observándome, sin pestañear si quiera, solo me veía, me dolía devolverle la mirada, aun no podía creer que era él quien precisamente estaba allí, en frente de mi.

Una pequeña lágrima se deslizo por mi mejilla, ardía como fuego. Eso era el dolor entonces, fuego. Cristian solo pestañeo una vez y vi un gran rayo de luz, ya no estaba, había desaparecido. Alguien tomó mi mano por detrás y lo encontré a mi lado.

- Lo siento – fue lo único que dijo. Su voz se oía diferente, al parecer le dolía casi tanto como a mí.
- Sí, yo también lo siento.
- Debí habértelo contado. Tu confiaste en todos nosotros, y yo no confié en ti.
- ¿Por qué? ¿Por qué no me contaste? ¿Acaso crees que cuando me enteraría saldría corriendo?
- No, solo pensé que si no te contábamos y solucionábamos todo nosotros no tendrías que exponerte al peligro que te asechará.
- Lo sé, pero te equivocaste. Ese peligro ya me está asechando, y casi me atrapa.
- ¿Cómo dices? – dijo sorprendido y abrió sus ojos celestes como platos.
- Es una larga historia.
- Tengo mucho tiempo libre – y esbozó una sonrisa.

Le conté la sombra que aparecía en mi casa, los sueños, y la aparición de hoy, junto con la carta de mi padre. No le conté sobre la nota de Sam porque seguro la regañaría después de eso. Se quedó callado unos momentos, y luego dijo:

- Lo siento, otra vez. No sé de qué vale la pena decirlo, si igualmente te lastimé solo porque quería protegerte. ¡Ja! ¡Qué ironía!
- Sé que lo hacías por mi bien, me costó mucho tratar de saber que ocurría.
- Lo sé. Así que comprendí cuánto daño te hacia eso, decidí ayudarte a saber y te lo facilité un poco.
- ¿Cómo?
- Te vi con un chico hace un rato, y me quedé esperando a que entraras a tu casa para subir a tu alcoba y decirte. Pero como saliste con tu madre, esperé paciente sentado en un banco de la calle, esperando a que llegaras para contarte la verdad.
- ¡Oye! ¿Por qué me seguías? – dije interrumpiéndolo.
- No era nada malo, solo quería asegurarme de que estabas bien, y como estabas con ese chico Diamons supuse que estaban saliendo. – agregó con amargura.
- Si te refieres a Scott, es un amigo, en realidad el único que tuve cuando mis otros amigos ya no podían verme. – se lo restregué en pleno rostro.
- Otra vez disculpa. Déjame terminar de explicarte. Cuando te vi de regreso a tu casa era momento de actuar, así que me aparecí en tu alcoba, y moví los libros de Samantha en tu cama, y si, se que ella te dejo una carta en uno de ellos, no trates de cubrirla, no pienso regañarla por eso, en cambio, estoy feliz gracias que fue de gran ayuda. Oí tus pasos subiendo las escaleras y hui, me acobardé y no sé como tomarías que me apareciera en tu casa a explicarte eso.
- Te creo, ¿Pero cómo me encontraste aquí?
- En realidad después de salir de tu casa, vine aquí para pensar, ya que me había gustado mucho el lugar, y podía estar solo un rato, es horrible estar cerca de tus amigos cuando te tratan con tanto desprecio por no haberte dicho nada.
- Oh. Vaya, pensé que era la única que se lo pasaba mal.
- No. No sabes lo horrible que era todo esto, Sam y Lucas no me dirigían la palabra, Verónica no me dejaba de dar órdenes…
- ¿Verónica? – pregunté asombrada recordando la carta que había recibido ella. - ¡Ya entendí, mi padre le envió una carta hace años y yo la conseguí un día que a ella se le extravió!
- Si, fue Lucas quien hizo volar todos sus Libros para que tomara su carta, el ya lo sabía.
- Ese tonto, lo quiero tanto.

Ahora todo encajaba perfectamente, parecía estar destinado como un rompecabezas que se unía por magnetismo. Al fin entendía, la verdad en ese momento era tan hermosa, solo reflejaba luz. No estaba sola en esto, mis amigos también, y Cris no me odiaba, solo se preocupaba por mí, no podía estar más aliviada. No me importaba si tenía una estúpida sombra detrás, podía enfrentarla fácilmente, la luz era todo lo que necesitaba, la verdad. No pude soportar más esconder mi felicidad, y abracé a Cris fuertemente mientras escondí mi rostro en su pecho.

- Lo siento. No llores.

Alcé mi rostro para verlo a los ojos, cuando el vio mi cara se sorprendió de verme feliz, esbozando mi mayor sonrisa. Su rostro parecía el de un ángel, confundido ante la hermosa luz de la luna que había oscurecido el claro, ahora si se parecía al lugar que recordaba, solo que mas hermoso, ya que se iluminaba con esa hermosa luz, la verdad.

- Estoy feliz, ya te perdoné, no tienes que pedir perdón. Me siento feliz porque ahora sé la verdad, y también porque no me odias.
- ¿Odiarte? ¿A ti? Jamás te he odiado y Jamás te odiaré Cristie. Solo te prometo nunca más hacerte daño, no volveré a lastimarte.
- Gracias Cristian, no sabes cuánto alivio me da escuchar la voz de mi verdadero amigo de nuevo.
- Te llevaré a casa. Toma mi mano y cierra los ojos.

Me acerqué, tomé su mano y cerré los ojos. Aunque tenía los ojos cerrados podía sentir como la estancia se iluminaba y como si alguien me empujara fuertemente hacia delante, y Cris me soltó de la mano. Abrí los ojos y ya estaba en el salón de mi casa, y el se encontraba a mi lado.

- Será mejor que me vaya – dijo – Los demás ya deben estar preocupados, si quieres ven mañana a mi casa, todos te estaremos esperando, solo te tienes que aparecer.
- Oh, ya puedo ahora que soy maga. ¡Aun suena raro decirlo!
- Si, con el tiempo te acostumbraras, te lo aseguro.


Corrí a abrasarlo de nuevo, y él me devolvió el abrazo, yo solo cerré los ojos y sonreí, ante lo verdadero que era ese momento.

- Adiós Cristine – dijo mientras se soltaba de mi abrazo y retrocedió unos pasos.
- Adiós.

Solo vi la luz blanca y su mano despidiéndose antes de desaparecer de mi casa…

Estaba agotada y busqué señales de mi madre, aun no había llegado. Seguro que Verónica la llevo a pasear porque sabía que yo estaría con Cristian. Fui a la cocina a tomar algo de agua y sentarme, en ese momento sonó el teléfono:

- Hola cielo, ya veo que estas en casa. Vengo en media hora ¿Todo bien? – dijo Yess en el teléfono.
- De maravilla, no te extrañes encontrarme dormida en mi cuarto, estoy exhausta, la película del cine era algo mala.
- Si, te entiendo. Adiós cielo.
- Adiós – y colgué el teléfono.

Subí a mi cuarto a asearme y vestirme con mi piyama azul con nubecitas, siempre me hacia dormir bien. Me acosté en mi cama recordando todo lo que pasó hoy, la salida con Scott, la carta de mi padre, Cristian en el claro…

Esa noche me costó conciliar el sueño, ya que tenía tantas cosas en la mente, me puse a jugar con algunas cosas en mi cuarto como mis peluches, los hacía levitar y bailar por todos lados, que divertido era eso. Comencé a sentir un poco de sueño, así que apagué mi luz con tan solo usar magia, solo sonreír ante eso. Me puse a mirar mi calendario, estábamos a 26 de Octubre, ya llevaba más de un mes en Heauston, como había cambiado mi vida. En ese momento me sumergí ante el más tranquilo sueño, pude dormir perfectamente sin pesadillas en mis sueños…

Me desperté de lo más tranquila, sintiéndome relajada al fin. No tenía porque preocuparme, ya sabía toda la verdad, y podía ver a mis amigos de nuevo. ¡Sam! Ya la quería ver de nuevo, la extrañaba más que nunca. Bostece un poco antes de levantarme y dirigirme al baño, pero caí sentada al suelo cuando vi a mi amiga en mi ventana observándome mientras reía.

- ¡Despertaste al fin dormilona! – exclamó.
- ¡Sami!

Me paré y corrí a abrazarla con toda la alegría posible, no quedamos saltando y gritando un rato. La solté y le dije:

- Espera un momento, mi madre. ¿Yess sabe que estas aquí?
- Si, ya Verónica y Cristian le explicaron todo en la mañana.
- ¿En la mañana?
- Si.
- ¿Qué hora es?
- Son las 2:00 p.m
- ¡Madre mía! ¿Por qué no me despertaste?
- Es que te veías tan linda durmiendo. Y bien… ¿Qué quiere hacer ahora la bella durmiente?
- Primero terminar de levantarme y después lo que tú quieras.
- ¿Ir de compras?
- Solo si tú quieres.
- ¡Yupi! – aplaudió Sami contenta mientras daba saltitos de emoción.

Samantha me esperó paciente mientras jugaba con mi psp y suspiraba cada vez que perdía, eso me causo gracia. Me bañe, y me cambié mientras me ponía unos jeans negros con una hermosa camisa blanca que dejaba escotado los hombros y era suelta, solo tenía un ajuste en la cadera. Cuando ya estaba casi lista Sam sostenía un cepillo y me sentó en mi silla.

- Yo te peino. Vas a quedar lindísima. – me dijo ella.

Esperé paciente sin mirarme al espejo, ya que cada vez que volteaba a verme ella me reprendía. Me alisó el cabello, y le hizo unas pequeñas ondulaciones en las puntas, cuando terminó exclamo:

- ¡Ta raa! ¿Qué te parece?
- Quedé linda, gracias Sami. – le dije mientras me miraba al espejo.
- De nada. ¿En serio te gusto? – dijo mientras ponían cara de perrito bajo la lluvia.
- Claro tonta, gracias.

Bajamos contentas a la cocina donde me esperaba Yess sonriendo con dos platos de comida para Sam y para mí. Era estofado caliente con un poco de pan francés al lado, olía excelente. Mi amiga y yo comimos como nunca mientras mi mamá nos contaba las novedades que le había contado Verónica sobre mis amigos y yo, sobre el libro que faltaba, el que tenía que encontrar.

- Y ¿Qué piensan hacer hoy las señoritas? – preguntó Yess cambiando de tema.
- Vamos de compras.
- ¿Pensabas ir sin decirme?
- ¡Claro que no!, si quieres no voy y me quedo aquí, sin nada que hacer, sola, sola, sola… - dije fingiendo tristeza.
- Que melodramática Cristine.
- ¿Me la presta sol unas horas? – preguntó Sami.
- Claro, yo las llevo. – dijo Yess mientras sacaba las llaves de su auto.


Mi madre nos llevo hasta el centro comercial y nos dio dinero para comprar ropa
Caminamos al centro comercial llenas de alegría mientras decidíamos en que tienda nos metíamos. Íbamos a entrar a una tienda muy linda, donde vendían ropa de marca pero no nos gustó nada de la ropa, y casi todas las chicas de adentro se llevaban exactamente lo mismo, eso me irrito mucho. Más adelante Sam y yo vimos una tienda muy bonita llamada Ecologic World, me gustaba el titulo, las telas de las ropas seguro eran de fibras naturales, que lindo.

- ¿Qué tal si entramos a esa Sam? – le pregunté a mi amiga mientras la jalaba por el brazo.
- Si. Hace tanta falta que me preguntes.

Tomé un montón de ropa, y aun así me habían gustado otras más, vi una linda camisa gris y rosado perfecta para mi, en cuanto la iba a tomar Sam hizo lo mismo. Nos miramos un momento y después estallamos en risas.

- Mejor yo la tomo en morado y tú en este color – reía Sam.
- Claro, tampoco somos gemelas o algo así – odiaba las BFF’s que se vestían exactamente del mismo color, se peinaban exactamente igual, parecían copias.

A Sami y a mí nos gustaban muchas cosas iguales, pero no éramos esas chicas que parecen hermanas solo por vestirse igual, o porque supuestamente son almas gemelas. Éramos como hermanas porque nos congeniábamos tan bien como si fuéramos eso, hermanas, nos entendíamos en todo, era genial.

Pasamos a los vestidores mientras yo me probaba todo lo que tomé, descarté un par de camisas que no me gustaban, o no me quedaban.

- ¿Qué te parece esto? – le enseñé a mi amiga una combinación de camisa y jean que me había probado mientras salía del vestidor.
- Se ve genial ¡Me encanta! Yo ya tengo lo mío aunque… ¿Estos pantalones no me hacen ver gorda? – reí ante su comentario, aunque no sé porque pero eso me hizo acordarme del chiste de Scott.
- Están perfectos, espérame mientras busco toda mi ropa.

Me cambié de nuevo a mi ropa de antes y fui con Sam a la caja para pagar. Salimos de la tienda comentando nuestras buenas decisiones respecto a la ropa, nos gustaban mucho. Sam se detuvo cuando vio cerca a un grupo de chicas que iba cerca, eran Regina y sus amigas.
- ¿Qué pasa Sam? – le pregunté.
- No nada. Que superficial, van saliendo de esa molesta tienda que entramos al principio.
- ¡Oh, tengo una idea!

Traté de esforzarme para activar la alarma de la tienda, y lo logré. La alarma resonó en todo el centro comercial y Regina se asustó asiendo caer sus bolsas, atrás de ella se encontraba el guardia de seguridad de la tienda que la sujetaba de un brazo, Sam y yo estallamos en carcajadas viéndola entrar de nuevo en la tienda junto al guardia.

- ¿Cristie, tu…? – comenzó a preguntar Sami.
- Si. Genial ¿no?
- Estupendo. Muy gracioso en realidad.
- Admítelo, soy una genio
- Si… ¡Oh gran dama de la sabiduría! Tonta.
- Yo también te quiero amiga
- ¡Que linda! Vamos a ver donde están los chicos – y salimos del centro comercial.

Tomamos un taxi hacia la casa de Sam, era extraño volver otra vez, hace cuatro días pensé que nunca más pisaría esa casa. Qué lindo cambio había ocurrido, salimos del taxi mientras Sam tocó el timbre de su casa.

- ¿Quién? – preguntó Cristian a través del timbre.
- Soy yo bobo, ábrenos a Cristie y a mí.
- Ah, espera un momento

En menos de tres segundos ya estaba el portón abriéndose de par en par en frente de nosotras. Nos dirigimos en la entrada donde nos esperaban Cristian y Lucas sonriendo…


Hola!! Esta es mi ultima publicación POR ESTE AÑOO CLAROO, aunque les dejo una super intriga para el siguiente cap! que bello!, se acabo el año, quien diria... Tengo tantas sorpresas para ustedes el año que viene!! voy a actualizar la página y cambiar los colores, Ah, claro, noo se me puede olvidar los blogs de los Potter claro, pero es sorpresa. Comenzaré a escribir a partir del 3 de Enero, esperen mientras!!

Los amaré siempre, gracias por visitar mi blog a diario, para mi es como si me estuvieran visitando, no saben lo importante que es para mi!! Les dejo una canción que estoy escuxando en estos momento, que me identifiqué muxo con ella por esta estrofa...

I'm not a princes,
this ain't a fairytale
I'm not the one you’ll sweep off her feet,
Lead her up the stair
well This ain't Hollywood;
this is a small town,
I was a dreamer before you went and let me down
Now it's too late for youAnd your white horse,
to come around

White Horse - Taylor Swift
Tal vez ustedes también se han sentido así... Feliz año nuevo para ustedes!! que la pasen super bien el 31 y cumplan sus promesas de año nuevo, yo ya hice la mia ;) Los amo
xoxo 4ever mari R☆★