Capitulo 17
Bajé a gatas en la oscuridad del pasillo, vi a Cristian tocando el piano, la misma canción que estaba tocando hace rato, a su lado tenía una hoja de papel, y cada cinco segundos escribía y tachaba algo.
- Hola – volteó hacia mí, di un respingo, ya me había escuchado venir, so boba.
- Pensé que estabas dormido.
- Es difícil cuando estalla la tercera guerra mundial cerca de tu habitación. – sonrió.
- Lo siento.
- Descuida ¿Qué tienes en el brazo?
- Sabía que no me había quitado todo el barniz – murmuré.
- ¿No se supone que la pintura iba en las uñas?
- Si, pero nos aburrimos al rato y comenzamos a bañarnos con pintura.
- Ya veo… Menos mal que no fui gemela… - murmuró.
- Que cruel, fue divertido. ¿Qué haces? – miré la hoja cerca de su piano, al parecer era una lista de nombres en otros idiomas.
- Eh, no mucho, solo le busco nombre a la canción pasada, mientras toco.
- ¿Te ayudo?
- No creo que seas la persona indicada para ayudarme a buscarle un nombre, igualmente no importa – habló por lo bajo.
- Pero si es muy bonita.
- Gracias. Creo que Sam ya te está buscando – solo una risotada.
- ¿Por qué te ríes?
- Ya verás…
- Buenas noches Cristie – se sentaba en el piano mientras me veía subir.
- Que descanses Cris.
Aparecí en el cuarto de Sam, y estaba ella esperándome sentada en el suelo, con un juego de mesa.
- ¿Jugamos?
- ¿Tengo otra opción?
- No.
- Claro, ¿Por qué no? – bromeé - ¿De que se trata?
- Solo dime un verbo – tomó una libreta y comenzó a escribir algo con una pluma azul peluda.
- Um… ¿Volar? ¿Está bien?
- Perfecto. ¿Una persona?
- ¿Tu?
- ¡Sí!
Seguí diciendo para Sam un montón de nombres, colores, adjetivos y cosas que me pasaran por la mente. Ella estalló en risa cuando terminó y me lo mostró. Lo leí mientras reía también:
Hola Sam El fin de semana pasado fui a Londres y me encontré a Madonna . Nos invitó a Pink y a mí a comer en un restaurante de Sushi . Nos divertimos mucho, después fuimos a Volar por Canadá mientras traíamos ropa interior. Llevamos de recuerdo un gato siamés y casé con Orlando Bloom y nuestra luna de miel fue en Alaska.
Ahora estoy en Alemania y paso todo el día durmiendo y Orlando es Rockstar. Te mandó mi más sentido fastidio y te deseo mala suerte en tu vida. Nos veremos pronto en el entierro de tu elefante.
Te adora
Cristine El (La) Bruja psicópata
- Este gracioso, aunque yo solo dije bruja – la miré curiosa.
- Lo de psicópata sabes que es cariño ¿no?
- Claro, tonta.
Guardamos el juego mientras apagamos la luz, yo iba a dormir en la cama pequeña, pero mi amiga se negó porque yo era su visita. Nos quedamos un rato hablando sobre varias cosas, tratando de conciliar el sueño.
- Sam ¿Tu madre, lo sabe?
- Si.
- ¿Y ella también es una bruja?
- Si.
- Nunca la había visto usando magia.
- Porque no sabias nada Cristine .Recuerda un poco.
- Es cierto. Gracias, Sam.
- ¿Por qué?
- Por ser mi amiga, y por haber confiado en mí.
- No hay de que, gracias por ser mi mejor amiga
- ¿Lo soy?
- Si – sentí una pisca de orgullo – Eres mi primera amiga para ser honesta. Las amistades que hemos tenido Cristian y yo, siempre han sido lejanas, ocultando el secreto, el único es el idiota de Lucas y Verónica, a Damián no sabemos si decírselo, aunque creo que no. Y como te darás cuenta, apenas conocemos a Rachel, aunque es muy tímida, respecto a Los Diamons, a Cris no le cae muy bien Scott que digamos – rió por lo bajo – y Charlotte, es algo… hostil, y no teníamos los mismos gustos. Me sentí algo sola, hasta que llegaste, nos alejábamos de ti un poco al principio, porque no sabíamos que eras tú la chica nueva que esperábamos, te quería decir apenas me enteré, pero no me dejaban y te dejamos pistas para que te enteraras un poco, casi las mismas que nos dejó tu padre, y ahora heme aquí, al lado de mi mejor amiga.
- Gracias Sam. Buenas noches.
- Buenas noches bruja psicópata.
- Que sueñes bien tonta.
Me quedé dormida al instante, pensando aun en la historia de Verónica, en sus relatos, toda la verdadera historia, y en mi padre.
Me quedé dormida como cinco minutos después de haber hablado con Sam. Solo empezó otro sueño…
Estaba en mi casa en Texas, montada de pie en mi columpio, salté encima de una montaña de hojas, que salieron volando por todas partes, aunque se confundían con las que la suave viento desprendía de los arboles. A mi lado estaba sentado mi padre, entretenido con mi alegría, sonreí al verlo otra vez, estaba allí otra vez conmigo, a mi lado.
- ¡Hola! – corrí a abrazarlo mientras saltaba en su espalda, me cargaba como si aun fuera una niña, siempre me divertía eso, aunque no creciera.
- No sabes lo feliz que me hace verte feliz otra vez, con esa sonrisita que siempre recordaré. Eres muy inteligente, te enteraste fácil.
- Me costó un poco. Pero sé que me ayudaste, gracias.
- Ahora sabes que hacer.
- ¿Me puedes ayudar?
- Tienes que descubrirlo tu sola, aunque te he dejado una ayuda. Solo recuerda – me guiñó un ojo, ese era su dicho en un momento feliz, solo recuerda.
- Te amo, gracias por darme tu sonrisa. – lo abracé aun mas fuerte.
- Mi princesita favorita, no te quedes aquí.
- ¿Por qué?
- Corre. – salió huyendo disparado, solo reía y yo lo perseguí. Caímos los dos en el pasto, que estaba alto, el sol quemaba nuestras caras con sus rayos cuando atravesaban algún lugar libre entre ese follaje de arboles de otoño.
- Tengo frío –dije, mi padre me pasó mi abrigo blanco, había sido mi favorito, cuando era niña, claro ¿Cómo me quedaba si ya había crecido? Se veía más grande, a mi medida, me puse mi abrigo mientras mi papá se levantó a seguir jugando.
Corrí y corrí, mientras el reía, me alegraba verlo sonreír, siempre lo había hecho. Llegamos donde estaba mi columpio otra vez. El me cargaba en brazos y me puso en mi columpio, el que había hecho para mí, me senté mientras en me mecía, alto, como siempre me gustaba.
- Solo recuerda, Luz. – me dijo.
- No te entiendo…
- Ten fe, Cristine, en las personas, y en ti. No olvides que aunque te sumas en completa oscuridad, sin un ricon o salida, la luz siempre podrá encontrar una salida, guiándote.
- Eres mi luz.
- Tu madre y tu, la mía. – me besó en la frente. – Me tengo que ir.
- ¿Por qué me dejas sola?
- Siempre estaré a tu lado, no estás sola. Adiós. – caminó hacia un prado iluminado por el sol, mientras desaparecía entre la luz del sol.
Esa mañana los rayos del sol se asomaban por la ventana de Sam. Me levanté concentrándome en aquel sueño, para no olvidarlo nunca. Recordé cada palabra que me dijo mi padre, ya había entendido bien su dicho, solo recuerda. Me encontraba feliz por despertarme con aquel sueño tan lindo, era un mensaje, lo sabía.
Una palabra resonó en mi cabeza durante un rato, luz. Era lo que tenia, lo que necesitaba cuando estaba sola, solo luz.
Vi, los rayos del sol que entraban de nuevo en la ventana de Sam, no eran tan cálidos como los de mi sueño. Recordé una plática que tuve con mi padre hace años, aquella caminata que habíamos hecho en mi cumpleaños, cuando cumplí siete.
Caminé con mi padre por uno de los senderos de la casa, donde habían grandes calabazas, miré mi casita del árbol, que visitaba cada mañana, tenía muchas hojas secas, por los arboles que cambiaban en esta estación, otoño, eran muy bonitos, pero me gustaban mas verdes, mas llenos de vida.
- ¿Papi?
- ¿Si princesa?
- ¿Por qué los arboles cambian en otoño?
- Um… porqué necesitan protegerse por el frío del invierno.
Formé una pequeña arruga entre mis cejas, tratando de comprender.
- ¿Y las hojas mueren?
- Sí, pero renacen otra vez, gracias a la luz del sol.
- Son tan bonitas de color verde. Me gustan asi.
- A mí también me gustan así, las veremos en primavera de nuevo.
- ¡Sí! – aplaudía con mis manitas sonriendo.
- Siempre la luz es tan bonita ¿no crees?
- Si, aunque ya está anocheciendo.
- Es verdad. Pero la veremos mañana de nuevo.
Observaba a los arboles, esperando algún otro cambio, pero estaban igual, los vería de nuevo en primavera, renovados, cambiados por la luz del sol. Miré a mi padre quien me sonreía de nuevo, los veríamos en primavera, eso me hizo sentirme mejor.
Me moví con cuidado para buscar a Samantha, ya se había despertado. Miré el reloj de pared de Sam, eran las siete ¿Hoy no tenia clases? ¡La escuela! Se me había olvidado, me levanté y busqué mis cosas para lavarme y cambiarme de ropa antes de bajar.
Cuando ya había terminado bajé a la cocina, y estaban la Sr Wittcher, Sam y Cris desayunando.
- Buenos días, ya te iba a despertar, floja.
- Buenos días, ¿Por qué no me llamaste? No me acordaba de que había colegio hoy…
- Si lo se, ya me cerciore de eso, y en la sala está tu mochila.
- ¿Pensaste en todo no?
- Tu qué crees – sonrió.
- Come algo antes de ir a clases, Cristine – me dijo la Sr Wittcher mientras me entregaba un plato con Waffles. Asentí y comencé a desayunar.
Cuando todos terminamos nos llevó la mamá de Sam al colegio. Esperamos a que sonara el timbre mientras nos sentábamos en una de las bancas.
- Como roncas Cris – dije.
- ¿Yo? Si tú eras la que no dejaba dormir con el alboroto de tus ronquidos.
- ¡Yo ni ronco!
- Lo sé, es broma.
- Igualmente.
- En realidad la del alboroto era Sam.
- Quisieras tú, bobo. – reíamos. A lo lejos se acercaban Lucas y Damián, y el ultimo nos saludaba con la mano.
- Hola, ¿Qué cuentan? – cantó Lucas.
- No mucho. Bueno tu entenderás, no pudimos dormir bien porque Sam roncaba demasiado.
- ¡Ya sabía yo! Pobre, lo compadezco – como siempre Lucas no se resistía a seguir una broma.
- ¡Claro que no! – se exasperó Sam – Ven, vamos a clases.
Sam me jaló cuando sonó el timbre, entramos por la puerta, con Damián, Cris y Lucas pisándonos los talones. Me encontré a Scott con Charlotte, al verme se fue en mi dirección y su hermana solo volteó los ojos. Ella era un año mayor que el, por eso no estudiábamos juntas, pero eso me alegraba, seria incomodo estudiar con alguien que se comporta tan raro contigo.
- Hola ¿Cómo te sientes? – se dirigió a mi Scott.
- Hola, mucho mejor.
- Me alegra, por lo de ayer. Ya sabes…
- Si, no hay problema. Vamos a clases
Seguimos el día con la mayor normalidad posible, pero estaba bastante aburrido, eso a lo mejor se debía a que era el primer día de la semana para ir a clases, casi siempre era asi. Salimos al mediodía a la cafetería a comer, y allí estaba Regina, como siempre acaparando la atención, junto a una chica de cabello negro muy largo, varias veces ya la había visto con ella, pero no sabía quien era.
- ¿Quién es ella?
- Se llama Mandy Thompson. Es algo así como Sam y tu – me explicó Damián.
- ¡Ni se te ocurra decir eso! – exclamó Sam y después me explicó molesta – Es la mejor amiga de Regina, supuestamente, lo que me disgusta es que se le ocurra compararnos con ellas, ¡Es la peor de las blasfemias!
- Lo siento. Solo me refería a que era muy amigas.
- Pero no las mejores – lo corregí.
- Bien dicho – canturreó Sam
- Mandy Thompson – repetí mientras la miraba un momento.
Era alta y delgada, de tez blanca y cabello negro, bastante largo y lustroso, sus facciones eran tranquilas, como si estuviera pensando todo el tiempo, su sonrisa era de autosuficiencia, al parecer se sentía importante allí junto a Regina. Bufé.
- ¿Han visto a Scott? – pregunté olvidándome de mis pensamientos.
- Creo que está con Charlotte, siempre almuerza con ella.
- Voy a hacerle compañía un rato, ¿Quién viene?
- Yo te sigo – dijo Sam mientras les volteaba los ojos a los chicos.
Caminamos hasta encontrar a tres chicos, ¿Tres? Vi una chica en la esquina de la mesa, comiendo a lo lejos, era Rachel, casi no la veía, estudiaba un curso menos que yo, a Charlotte igual.
- Hola – saludé. Scott estaba resplandeciente, Rachel compuso una sonrisa nerviosa, y Charlotte, como era de esperarse, no me miró.
- Hola Cristie, Hola Sam – ahora el tenia más confianza en mi amiga, desde ayer.
- Hola – se escuchó a Rachel.
- ¿Nos podemos sentar aquí?
- ¡Claro!
- ¿Cómo la pasaron ayer?
- Bien – Rachel al fin dijo otra palabra.
- Muy bien, fue genial ganar ¿A que si Sam?
- Por supuesto.
- No mucho – masculló Charlotte.
- Fue un juego limpio. – protestó Scott a su hermana – Además estuvo muy justo.
- ¿Pero fue divertido Charlotte?
- Si, a pesar de que hicieron trampa, si.
- No hicimos trampa ¿Y qué fue lo que hizo Lucas?
- Estuvo justo, ya que sabotearon a nuestro portero – Scott rió por lo bajo, no entendía que le causaba tanta gracia.
- ¿Y tu Rachel?
- Si, fue divertido –comenzó a salir un poco de su ensilla miento – Aunque no jugué, fue interesante el partido.
- Opino igual.
- Quería que jugaran. Así el partido habría sido justo – volvió a hablar Sam. – Aunque tendrían más ventaja.
- ¿Por qué? – pregunté yo.
- Si jugaban las dos, tendrían bastantes ventajas cada equipo.
Arrugué las cejas tratando de entender un poco, no sabía que podía servir de ventaja yo.
- Tu, puedes ver el futuro. Eso es perfecto, aunque juegues sola – comenzó a explicar Scott.
- Si, tal vez complementaría a mis pies izquierdos – mascullé.
- Ja, ja, ja. Que mala ere contigo misma, ni si quiera te das una oportunidad.
- Sí, pero solo los veo a veces, en sueños.
- Por ahora, si te esfuerzas un poco, los verás muchas veces, cuando quieras. Recuerda que eres nueva en todo esto, brujita.
- ¿Y Rachel? – la miré a ver si me respondía algo, miró al suelo primero antes de hablar.
- Yo… puedo ver las cosas más facilidad, detectar algún movimiento o cambió, veo más claro que otros.
- Es fantástico. Con razón entendías tan claro el juego.
- Si, ayuda mucho a veces.
- ¿Y qué haces tú Scott?
- Es algo así como un sexto sentido. Ya que puedo usar mi mente para establecer una conexión con otra persona.
- ¿Conexión?
- Si, puedo hablar con alguna persona en especial en su mente, y en la mía claro. Pero solo con una, cuando llevo tiempo estableciendo esa conexión y se hace más fuerte, puedo sentir estar en la mente de esa persona, cuando piensa en mí, o me recuerda.
- ¿Y como se hace más fuerte esa conexión?
«Cuando llevo tiempo conociendo a aquella persona, y se establecen recuerdos o sentimientos» Di un saltito en mi silla, la voz de Scott se escuchaba muy cerca ¿Cómo? Ah, es cierto que puede hablar conmigo.
«Que susto» comencé a pensar «¿Y puedes hablar con todos?»
«No, solo con tres personas. Mi padre, mi hermana, y tú» me ruboricé.
Salí de aquella extraña conversación y me volví hacia Sam, que le estaba preguntando algo a Charlotte:
- ¿Y puedes sentirlo todo no?
- Si, es fácil después que te acostumbras.
- A mí me costó más, con la cabeza, ya saben – se dirigió a mi – Fue algo difícil, me sorprendió mucho cuando pude hablar con Charlotte.
- Si, a todos nos sorprendió, de que tuviera algo más que aire en la cabeza – bromeo.
Todos reímos, incluyendo a Scott, que disfrutaba de ese chiste tanto como nosotros.
- ¿Charlotte?
- Si.
- ¿Qué es lo que podías hacer tu?
- Puedo anticipar las cosas que van a suceder.
- ¿Cómo ver el futuro?
- No, algo más cercano a la realidad. No puedo ver el futuro, algo así como un sexto sentido.
- Aun no comprendo bien.
- Es como si yo tuviera siempre un presentimiento de lo que va a pasar, y sigo mis instintos, me dejo llevar.
- Oh, es excelente.
Nos quedamos un rato en silencio, hasta que Charlotte se levantó de su silla, Scott me guiñó un ojo.
«Va a sonar la campana» Me dijo Scott en mi mente. La campana sonó, este sonrió ante la predicción de su hermana.
«Aun no me acostumbró a esto, ¿Puedes hablar conmigo aunque esté lejos?» Pensé.
«Depende de cuán lejos estés, o si pienses en mi. Aunque puedes bloquear la conexión si simplemente no quieres tenerla por un rato»
- Oh. – dije en voz alta. Todos ya se estaban levantando, vi como Lucas nos hacia señas desde lejos, Sam y yo nos dirigimos hasta donde estaban Cris, Lucas y Damián.
Todos caminamos hacia el aula de clases, mientras el profesor de historia hablaba, y mucho, más de lo normal. Daba sus debidas y explicadas platicas acerca de la clase, pero se desvió un poco del tema, comentando cosas no tan cercanas de la clase. Comencé a garabatear dibujos en la parte trasera de mi cuaderno, estaba bastante aburrida, algunas veces subrayaba alguna parte que el profesor repetía, ya que eso siempre salía en un examen o en algún trabajo, aunque esa clase no lo hacía.
«Creo que me voy a quedar dormido si no hablo con nadie» habló Scott en mi cabeza que estaba sentado atrás de mi, suspiró y movió su cabeza hacia atrás, lo dejé entrar porque mi mente vagaba por algún lado en los garabatos de mi cuaderno.
«Estoy tan aburrida que ya dibujé cada esquina de mi cuaderno de historia»
«Me imagino que cuando no tiene sueño, comienza a hablarse frente al espejo» bromeó y solté una risita callada para que no me oyeran.
« ¿Acaso es posible morirse de aburrimiento?»
«Creo que no, porque si no ya estarían Deberían arrestarlo por intento de asesinato»
«Gracias por no dejar que me vuelva loca en esta clase»
«No hay de qué»
Miré mi cuaderno y lo cerré de golpe, ya había dibujado bastante, Sami volteo a verme mientras yo movía los labios diciendo ¿Qué? Giró la cabeza negando, al parecer ella también estaba muy aburrida, y se sentaba del lado del Cris, mientras dibujaba en un pedazo de papel, y le mostraba las notitas a su hermano, quien estaba apoyando una mano en su rostro, aburrido, sonreía cuando veía a la mesa de Sam.
Lucas estaba sentado detrás de Cris, mientras escribía algo en su cuaderno, parecía inspirado. Tomé mi lápiz para entretenerme un rato, mientras lo hacía moverse en su mesa con sigilo, sentí un pequeño golpecito en su cabeza, me habían lanzado un pedacito de papel.
Tenía algo escrito adentro, lo abrí y había un grupo de cinco chicos sentados en pupitres, parecían animados. Uno era Sami, que estaba dormida y le habia dibujado un montón de “z” encima de su cabeza, creo que varias que salian de su boca, estaba roncando mientras se movían las letras, otro a su lado era Cristian, que tenía la cabeza fija en el otro lado del dibujo mientras tenía una nubecita en la cabeza, que tenia un par de notas musicales en una esquina, lo ignoré, vi el dibujo de Scott, que estaba dormido y le dibujó baba saliendo de su boca mientras se movia. Mas atrás estaba el de Lucas, quien dibujaba en un pedazo de papel, le puso una coronita en la cabeza y al lado con un letrerito que decía Lucas, el más guapo y tenia brillitos que se movían por todas partes. Un poco mas adelante estaba yo, donde me veía con cara de muerta mientras dibujaba en mi cuaderno, en el centro de la clase estaba un viejo con muchas arrugas, parecía un buldog, mientras hablaba y se quedaba dormido cada cinco segundos y luego despertaba.
Me reí en silencio, aunque se me escapó la primera carcajada y Cristian volteo para ver que miraba, se me ocurrió una idea, arrugué el papelito en mi mano, mientras se lo dejé en el cuaderno a el.
Me vió por un instante hasta que le señalé el cuaderno, lo miró y abrió los ojos sorprendidos, entendió como lo hice y me sonrió mientras veía el papelito, y se reia de los dibujos, hasta que se le borró la sonrisa, seguro habia visto el suyo, no entendía porque le habia molestado tanto.
«Creo que Lucas está más aburrido que nosotros» le hablé a Scott en mi mente.
«Si, ya me dí cuenta» masculló el.
«Uf ¿Cómo cuanto faltará para que dejemos de sufrir?»
«Solo falta media hora, queda menos»
En mi cabeza surgió una duda, aunque el no podía escucharla decidi preguntársela igualmente:
«¿Scott?»
«¿Si?»
«Aquel día que me encontraste, en el parque. Tu… ¿Ya me conocias?»
Se quedó en silencio durante unos instantes, suspiro y respondió
«Si, pero no del todo. Sabía que eras nueva, pero no que eras maga, si ya lo sabia, te lo hubiera dicho»
Pensé durante un momento, había sido casi un milagro para mi haber conocido a Scott, me ayudó cuando estaba mal, el era un buen amigo para mi, en tan poco tiempo.
«Scott ¿Qué pensaste cuando me viste?»
Se quedó callado unos segundos y luego rió.
«¿Qué te resulta tan gracioso?»
«Es que en ese momento… aunque sabía ya de mi condición, y de qué habilidad tenía más desarrollada, pensé un momento que tenía el poder de Charlotte. Cuando te vi, no sé porque, o como, pero sabía que eras diferente, que eras especial, siempre he creído eso»
Pensé un momento en lo que me había dicho, pero el habló primero respondiendo aquella pregunta que se formó en mi mente.
«Yo no sabía de ti, claro, solo te conocía, aunque no sabía cómo hablarte. Si, ya conocía a los demás, todos huimos y nos encontramos aquí, esperando a una chica, no sabíamos quién era, antes de conocerte, mi hermana no quería que te dijera la verdad, porque pensábamos que eras humana, normal. Cuando me enteré de que eras tú la persona que estábamos esperando, me lo había dicho Verónica, y ya lo sabías, por eso fui a la casa de los Wittcher» masculló la ultima parte.
«¿No te caen muy bien los demás?»
«Si, Sam y Damián. Solo que tus otros amigos, creo que no les caigo bien,»
«¿Lucas y Cris?»
«Si, no creo que les agrade mucho.»
«¿Y Rachel?»
«Ha sido muy amable conmigo desde que llegó, es algo tímida»
«Si, pero todos ellos son muy agradables.»
Nos quedamos en silencio hasta que sonó el timbre de salida, al fin, parecía como si lo hubieran hechizado a propósito para que el tiempo pasara lento. Todos salimos rápidamente, casi corriendo, era horrible el primer día de clases de la semana.
Los últimos en acompañarme fueron Scott y Charlotte, quienes eran los que más cerca vivían de mi casa, seguían callados hasta que yo le pregunté a Charlotte:
- Charlotte, tu habilidad de presentir, ¿Puedes anticipar cosas que no tengan que ver contigo?
- Si, solo si son personas cercanas a mi, o que me cambien la vida – dijo esa frase cortante.
- Ya veo, ¿Yo soy muy cercana a ti?
- No. Solo influyes en mi vida.
- Oh, interesante.
Ya había llegado a mi casa me despedí de ellos, Charlotte siguió caminando pero Scott se paró en la entrada de mi casa, su hermana lo miró fastidiada, al parecer iba a decir algo pero el la interrumpió con la mano.
- Espérame solo un segundo – le dijo Scott. – Cristine.
- ¿Sí? – caminó en mi dirección.
- Con lo de la plática del otro día, ya sabes, lo que Verónica te dijo, ¿No tienes alguna pista cierto
- No, aun no. Lo siento
- Descuida, oye me preguntaba, ¿Quisieras que te enseñaremos a manejar más fácil tu magia?
- ¿En serio? ¿Pueden?
- Si. Solo para que te adelantes un poco con todo esto.
- ¡Me parece estupendo! ¿Quién será mi profesor?
- Charlotte y yo – se oyó un quejido a lo lejos – Bueno, solo yo.
- Ah, está bien. ¿Cuándo empiezo a practicar?
- Mañana, si te parece, claro.
- Si, es perfecto. Adiós, Scott.
- Nos veremos, Cristie – besó mi frente mientras se despedía.
Entré a mi casa y dejé mi mochila a un lado, caminé hasta el comedor, allí estaba Yess esperándome, al parecer había calentado mi comida y la suya.
- Hola mamá.
- Hola Cristine, ¿Cómo la pasaste?
- Muy bien, me quedé con Sam organizando los disfraces para Halloween.
- Ya te extrañaba mucho. – puso ojos tristes.
- Pero ya llegué, también te extrañé, y a tu comida.
- Claro, todos extrañan a una chef talentosa.
- No exageres.
- Si no lo hago, ¿Por qué te gusta tanto?
- Buen punto.
- Lo sabía. – ambas reímos.
Terminamos de comer, limpiamos los platos y nos quedamos un largo rato hablando de su trabajo, me explicaba las cosas que no entendía de los seguros de bienes raíces y eso, de cómo me fue en la casa de Sam y en la escuela, ella escuchó todo, desde la platica con la profesora Verónica hasta el sueño que tuve con mi padre.
- ¿Crees que fue solo un sueño?
- No, no fue solo eso, fue más… real.
- ¿Qué piensas que fue?
- Aun no estoy segura de que fue exactamente, pero de lo que estoy segura es que es algo importante.
- Es cierto, hablaré de eso con Verónica más tarde.
- ¿Más tarde?
- Si, cuando venga a visitarnos.
- No lo sabía.
- Si, viene con Rachel, me imagino que te acuerdas de ella ¿no?
- Si, su padre y ella nos visitaron un tiempo.
- Claro, ellas vienen a las 6:00 p.m
- Me parece perfecto.
Hola! aqui les dejo este cap!! ando super feliz porque ya pude crear mis dos blogs, aqui se los dejo www.thealbuslife.blogspot.com es el de Al, y este es el otro www.lilyandjamespotter.blogspot.com espero que les guste y comenten!!! les falta una que otra cosa, pero ahi van!! Buf! no se si publicaré pronto porque acabo de empezar hoy clases!! horrible!! deberian matar al idiota que las inventó!! jaja no mentira! y por ultimo les digo que desde hoy empieza el concurso de mi primer gran fan, es hasta principios de Febrero, lo unico que tienen que hacer es seguir a Cristie y comentar su historia, solo como fans, buena suerte!!
xoxo mari R...Just light
lunes, 11 de enero de 2010
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