Me había despertado hace horas para ir a clases, pero no quería moverme, me acobardaba afrontar lo que vería en la escuela. Yess de vez en cuando pasaba por mi cuarto para tocar la puerta con suma delicadeza, Sam le había contando todo ayer cuando me vino a visitar y apenas la atendí.
- ¿Cielo? –dijo mi madre a la cuarta vez que pasó por mi cuarto.
- ¿Sí?
- Se hace tarde, será mejor que bajes.
Me arreglé con la peor desgana posible, tenía los músculos agarrotados y no entendía porque si no había hecho ejercicio. Yess se había ofrecido para llevarme a la escuela antes de ir a trabajar, se mostraba de lo más cautelosa conmigo desde que había llegado a casa.
- Ten un buen día hoy, sonríe un poco.
- Lo intento –esbocé una sonrisa- Te quiero.
Ya había chicos esperando a que sonara el timbre de la escuela, ni me había molestado en saber quién era la persona que decía mi nombre en la multitud.
- ¿Me puedes esperar? –preguntó Scott.
- Perdóname, no te había visto.
Como no tenía nada que decir Scott esperó la entrada a mi lado, ni le importó que no lo hubiera saludado, se había quedado cerca de mi todo el fin de semana para ver como estaba. De vez en cuando él volteaba de reojo para ver mi rostro.
- Estás paranoico –susurré, se sobresaltó al oír mi voz.
- No lo estoy, solo que tu estas… diferente.
- Sigo igual, no entiendo a que te refieres con “diferente”.
- Por lo menos trata de no congelarte tanto el rostro y se mas… expresiva.
- ¡Pero si yo soy expresiva! –grité porque ya me estaba molestando.
- Si, ahora si lo eres. –rió, solo lo había hecho para hacerme reír a mi también.
Sonó el timbre de la escuela y los demás chicos entraron a clase, yo esperé de ultima para visualizar a Sam cerca de la puerta. La pude ver cuando ya llegábamos al salón de clases, estaba sentada con Lucas mientras este le hablaba y ella negaba con la cabeza.
- Hola –saludó Sam con una sonrisa forzada, se sentía casi tan mal como yo.
- ¿Te sientes mejor? –traté de suavizar mi voz. Sam negó con la cabeza.
- ¿Qué es lo que le está pasando? –preguntó Scott.
- Quisiera saberlo yo. No quiso hablar conmigo, me apartó a un lado.
- Apenas habla con mamá, y ni si quiera me dirige la palabra a mí –murmuró Sam dolida.
La situación en clase estaba muy tensa, ninguno opinaba nada, ni decía nada. A la mitad de la clase una chica entró para entregarle una carta al profesor, este la miró un momento y luego dijo:
- Señoritas Wittcher y Brian, las solicitan en dirección.
Mi amiga sin dudarlo se levantó apresurada, yo vacilé un minuto y luego hice lo mismo para salir de clases, la chica que estaba en la entrada era Rachel.
- ¿Pero que hice mal? –le dije a ella.
- Nada, recibí la nota falsa en mi casillero.
- Entonces acerté, no sabía cuál era el tuyo. –dijo Sam- Le envié una nota a Rachel con la firma del director mientras estábamos en clases, como necesitábamos salir fue la mejor idea que se me pudo ocurrir –me explicó al ver mi rostro contrariado.
- Fue una excelente idea, pero… ¿Para qué salimos de clases?
- Voy a comprobar algo y necesito que estés presente.
Rachel, Sam y yo caminamos hasta llegar al gimnasio donde estaban algunas chicas del equipo de porristas, pero faltaban muchas. Iba a entrar y sentarme en las gradas cuando Sam me jaló por un brazo y me escondió detrás de la puerta. Moví mis labios en señal de ¿Qué? Y ella me chistó y señaló con un dedo a un chico que se encontraba sentado en las gradas, era Cristian.
Me entró un sentimiento casi colérico cuando vi a Regina junto a él, al parecer le daba instrucciones de algo mientras el anotaba todo ¿Cómo se iba a fijar en Regina? Me dolía mucho la idea de pensar que ella era mucho más bonita, y era porrista, aunque nunca entendí para que serviría eso, pero a pesar de todo estaba con ella, y no conmigo, no entendía nada.
- No entiendo que hacemos aquí –susurré.
- Espera y verás.
Al cabo de unos minutos la Sra. Hodwort entró en el gimnasio y llamó a las porristas, incluyendo a Regina. Las chicas salieron juntó a la sub directora que andaba algo irritada.
- ¿Fuiste tú otra vez?
- Idea de Rachel.
- Solo envié otra nota con la misma firma del director citándolas para un torneo de porristas esta tarde.
- ¿Saben que es mentira?
- No, ese es el chiste. –me reí pensando en la cara de boba que tendría Regina cuando se enterara de que era un truco.
- ¿Y ahora qué? –pregunté.
- No creas que no te traje por algo, Christine. Quiero… no, necesito que hables con él y te explique qué rayos ocurre.
- Yo no… no puedo.
- ¡No me vengas con eso ahora! Solo ve ¿quieres?
Salí de mi escondite caminando lo más cauta en su dirección, estaba furiosa y quería romperle el rostro, pero primero necesitaba una explicación. Me senté en las gradas donde estaba el, pero distanciada.
- ¿Me puedes explicar qué rayos te pasa? –no hubo respuesta, ni si quiera había volteado a verme- ¿Cristian?
- ¿Sí? –me esperancé cuando escuché su voz, pero aquella esperanza se extinguió al verme, su expresión era de sorpresa, no esperaba verme- ¿Te conozco de algún lado?
- ¿Cómo que si me conoces de algún lado? ¿Con qué estás jugando?
- No sé quién eres.
- ¡No puedo creer que te comportes así! ¿Por qué besaste a Regina? ¿Por qué no le hablas a Sam y a Lucas? ¿Y por qué me tratas así?
- No sé de qué me estás hablando, no conozco a ese Lucas y no entiendo como me relacionaste con mi hermana.
- ¡Porque es mi mejor amiga! ¡Al igual que Lucas y tú!
- No sé quién es, lo siento.
- ¿Es alguna broma de mal gusto? ¿Por qué besaste a Regina?
- Porque es mi novia.
- ¡Se supone que yo soy tu novia! ¡Tú no andas con esa víbora!
- ¡Ya me estás molestando! ¡No te conozco! ¡Y Regina no es ninguna víbora!
- ¿No lo olvides? –le cité tratando de recordarle lo que había grabado en mi relicario.
- ¿Olvidar qué?
- ¡Eres un frívolo! –estallé al haber tratado de contenerme y lo abofetee- ¡Un mentiroso, un traidor y un hipócrita!
- ¡Yo no soy nada de eso!
- Tú no eras así…
- Siempre he sido así, no me conoces para estar juzgándome.
- ¡Claro que te conozco!
Cuando pensé que me iba a dar una crisis nerviosa se acercó Sam y me jaló de un brazo para sacarme del gimnasio, la ignoraba tratando de forcejearme para seguir insultándolo, ya me había sacado pero logré zafarme y me persiguió para tomarme por los dos brazos.
- ¡Tranquilízate!
- ¿Cómo no te puede importar que actúe así? –dije al borde del llanto.
- Si me importa, y mucho. Solo necesito que esperes.
- ¿Qué espere que? ¡Es capaz de decirle todo a Regina! –grité de la impotencia.
- Pensaba era en eso… Después de clases vamos con Verónica ¿sí?
- Como sea… -mascullé
Esperamos pacientes el timbre de salida para ir a la casa de Verónica, como era previsto Lucas, Rachel y Scott nos acompañaron.
- Hola chicos, no he podido averiguar mucho, pero tal vez… -comenzó a decir Verónica.
- Si lo es –dijo Sam cortante.
- ¿Tienes pruebas?
- No, pero si una buena teoría.
- Explica tu punto. –nos hizo señas con la mano invitándonos a tomar asiento, nos acomodamos en la sala esperando a que Sami hablara.
- Lo hechizó.
- ¿Cómo? –preguntó Lucas.
- Regina hechizó a Cris, el no es así.
- No.
- Eso aun no está comprobado –opinó Rachel- Regina por naturaleza es mala, pero no parece bruja.
- Si, tampoco es inteligente.
- Tal vez no es inteligente, solo lo es para lo que le conviene.
- Puede ser que el chico solo estaba presionado, seguro fue un malentendido, denle un tiempo a ver cómo reacciona.
- ¿Y esperar a que Regina le saque toda la información? –enarqué una ceja pensando en lo dicho.
- Recuerda que no es del todo seguro que sea bruja.
- ¡Pero si me quería matar! ¡Me amenazó!
- Buen punto. Lo mejor es tratar de averiguar si desciende de la misma familia, yo tengo amigos nativos de Francia que ahora viven aquí y estaría encantados en prestarme algunos libros con apellidos antiguos, no dudarían en hacerme un favor. Denme un par de días para buscar esos libros y sacar conclusiones.
- Es mejor esa idea. –concluyó Scott y lo fulminé con la mirada.
- ¿Quieren quedarse a tomar algo de té?
- ¡Nos encantaría! –convino Sam.
No era tan mala idea sentarse a relajarse un poco, pero no podía con toda la información que tenía, me parecía de mayor importancia ir a investigar sobre Regina.
« ¿Me acompañas a investigar un poco?» Le pregunté a Scott.
«Claro, no se entre tanta tarea que nos han mandado» Siempre pensaba positivo, a pesar de todo me iba a ayudar en lo que fuera.
«No me refería a eso, me refiero a Regina»
«Andamos tan alterados con eso casi como tú, hasta creo que ando cada vez mas alterado que tu, solo espérate un par de días a que todo se calme ¿te parece?»
« ¡No! No quiero, ¿Acaso no entienden que Regina le está sacando información a él?»
« Oh vamos, se honesta contigo misma, lo único que te importa es el.» Lo pensó con amargura.
« ¿Cómo puedes decir eso? Lo dices tan fácil porque a ti no te duele»
«Créeme, si me duele»
No pensó en alguna otra cosa y me dejó solo con esas palabras, cuando entendí a lo que se refería con eso, fue que me avergoncé mucho de mi actitud, el también le dolía, solo que de otra manera. Torpe pensé para mí misma.
Al rato me despedí de Verónica y me aparecí en mi casa esperando para saludar a mi madre quién estaba sentada en la sala trabajando. Hablamos por un par de minutos y se me ocurrió sacar a colación una pregunta:
- ¿Hablaste con el Sr. Hocwood?
- Sí, pero tenemos que esperar un tiempo, ahora se residencia en Londres y tiene que sacar unos papeles antes de venir.
- ¿Uno papeles?
- Tuyos… y míos creo, algo de tu padre.
- ¿Y por qué esperaría para entregármelos ahora?
- No tengo idea, pero creo que viene a mitades de Mayo.
- ¿Tanto tiempo?
- Si, no viaja todo el tiempo.
- Estupendo.
La mitad de la semana parecía nunca acabar, seguía esperando alguna noticia de Verónica pero solo decía Pronto, ten más paciencia. Sami, Lucas y yo vigilábamos a Regina de vez en cuando, solo para saber que podría estar tramando, no había cambios o señales de Cristian, seguía igual, aunque igual no era el término más apropiado.
- ¿Quién me quiere acompañar a la biblioteca? –pregunté decidida en la hora del almuerzo.
- No empieces de nuevo –dijo Lucas- Se más paciente.
- ¡Vamos! ¿Quién quiere estudiar un poco?
- Tú no quieres estudiar, solo quieres perseguir a Regina.
- Después no se quejen cuando no tengan buenas calificaciones.
- ¿Si te acompaño no nos molestas más? –preguntó Scott.
- Si.
- Nunca pensé decir esto: Scott, de verás eres una buena persona al librarnos de este tormento –me dio un codazo- Creo que me empiezas a caer bien.
- ¿Empiezo?
- ¡No me presiones! ¡Solo te dije que me empiezas a caer bien!
- Vamos a la afamada biblioteca esa a “estudiar”
- ¡Sí! ¡Eres grande, Scott!
- Lo sé.
Llegamos a la biblioteca y buscamos cientos de libros sobre brujas, pero solo encontramos algunos referentes al tema. Scott se sentó en una de las mesas conmigo a leer, parecía fastidiado, pero yo solo sentía ansias de encontrar algo que me pudiera ser útil, pero casi no encontré nada, solo algunos datos sobre La Santa Inquisición, o las maneras más absurdas de identificar a una bruja.
- Esto es absurdo –murmuró Scott- Otra forma de identificar a una bruja es atando a susodicho a un ancla o a un grillete y arrojarlo al agua, si la persona no sale del agua y se ahoga era humano, pero si logra sobrevivir era brujo.-citó- Es lógico que miles de personas hayan muerto gracias a gente estúpida que creía que con esto iban a descubrir a un brujo, imagínate cuantas personas habían muerto o esto de que las brujas solo eran mujeres viejas que volaban escobas.
- No me considero vieja…Concéntrate ¿Quieres?
- Estoy concentrado, solo que me llamó la atención esto.
- Por supuesto –utilicé sarcasmo- Leer y no entender menosprecio es.
Me quedé callada y seguí leyendo el penúltimo libro del montón que había en la mesa, hablaba cosas sobre hipnotismos y hechizos. Me sobresalté al leer el siguiente texto:
…Lo más común en una bruja era tener humanos a su merced en los alquerrales, algunas almas puras solo eran sacrificios y otros simples esclavos o compañías. Se sospechaban que era algún trance o hechizo hipnótico que cualquier persona obedecía y estaría completamente a su orden, sin ningún control de sus pensamientos, recuerdos o sentidos.
Me dio alguna extraña sensación de sospecha y lo más urgente para mí era saber si la teoría de Sami era cierta.
- ¡Lo tengo! –grité en la biblioteca, y me avergoncé un poco de que mi voz fue la única que resonó en toda el aula- Tengo que buscar a Verónica, acompáñame.
- ¿Qué encontraste?
- Pruebas.
- ¿Y qué piensas hacer?
- Tengo una idea…
♥✪ Look at the stars
look how they shine for you
and everything you do
yeah they were all yellow♫
Hi! lo siento por la demora! iba a publicar ayer pero tuve problemas paranormales, indefinibles para el medio natural: mi hermano no me dejaba entrar en mi pc ayer!! que molesto! Aquí les dejo el cap y grax por sus coments, se preguntaran porque la letra amarilla... es que ahora tengo la obseción con Yellow de Coldplay! lo veo todo tan... amarillo? XD!
Por cierto! Descubri un super blog! y me encanta ya que es de historias de fantasmas, se los recomiendo...
http://historiasdefantasmasyespectros.blogspot.com/ es de fantasmas!!
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xoxo mari R☆★
