Mi verso favorito: Escribir es nacer de Luis cernuda

...desde el polvo
me atrevo a
murmurar
tristes
palabras.
Escribir es
nacer,
dejar la
cristalina
morada de
inocencia
donde ya no
estoy.
Mi verso tiene formas
maternales,
es nube sobre el
mar
y una gota de l
luvia,

es niño que en la arena se entretiene

con las espumas y las caracolas.

Un saludo para todos los lectores, si ya seguías esta historia, lamento no haber escrito más y dejar la historia a la deriva, y si eres nuevo espera el nuevo giro de mi historia, traerá nuevas sorpresas, personajes nuevos, tramas nuevas y una nueva forma de dejarte fijo en la pantalla por mucho tiempo. Proximamente publicaré los primeros capítulos nuevamente (sí, los mismos) pero quiero volver a retomar la historia de cero para cambiar algunas cosas, no muchas. Espero que sean pacientes y les guste esta nueva historia que me complace tanto compartir con ustedes.

Espero que me hayan perdonado y que sigan la historia tanto como yo. Dentro de unas semanas cambiaré la dirección de la página conforme a como decida llamar a este libro.

¡Nos leemos pronto!

martes, 12 de enero de 2010

Pistas

Capítulo 18

Subí a mi cuarto mientras le mandaba mensajes de texto por mi celular a Sami, quien estaba tan aburrida como yo, tecleaba rápido los mensajes para ella, ya tenía experiencia. En ese instante me llegó un mensaje, era Sam:

¿De qué se reían en clase?

Me tomó solo unos segundos escribirle un mensaje.

De una nota que dibujo Lucas, tenías que ver lo graciosa que era, estábamos todos allí

Al minuto sonó el timbre de mi celular.

Con razón Cris le lanzó un pedazo de papel en la cabeza.

Se me ocurrió preguntarle sobre lo que escribió en el salón.

Sí, creo que era ese, hablando de notas… ¿Qué eran esas notas que escribían en clase?

Hablamos durante unos minutos más:

Solo nos estábamos bromeando del profesor un rato.

Ya veo, ¿Y que van a hacer hoy?

¡Voy a llevar de compras a mi madre! Y a Cristian, que lo pude convencer. No entiendo porque no quiere.

Sí, me pregunto porque…

¡Christine! No me digas que estas con ellos.

No, solo digo que como es tu hermano, tal vez no quiera ir.

Si, el tenía otros planes, pero hace lo que sea por mí.

Le envié un mensaje de despedida a Sam por teléfono, y me senté en mi cama a pensar en lo que me dijo Verónica, le había prometido ayudarlos, no podía fallarles, pero… ¿Qué pistas me había podido dejar mi padre? No se me ocurría nada de nada, hasta solo unos minutos después.

En mi cofre estaba el libro de Merlín, con su nota, era un buen lugar por donde empezar, solo que estaba cerrado, tenía un candado pero veía la llave. No tenía la menor duda que debía hallarla, era la clave de todo, aunque Sam me había escrito algo sobre eso. Apenas recordaba la nota que me había escrito.

Si quieres un buen lugar para empezar, busca los cuentos de Merlín, es la mejor llave.

La mejor llave… Corrí hacia mi mesa de trabajo y tomé una hoja para escribir la nota de Sam antes de que se me olvidara por completo, decidí llamarla por teléfono mientras marcaba los números lo más rápido posible, sonó dos veces hasta que atendió.

- ¿Hola?

- Hola Sami, necesito preguntarte algo urgente ¿Estas en casa?

- No, estoy en el centro comercial ¿Qué sucede?

- En la nota que me escribiste aquel día que me prestaste los libros, cuando tu hermano dijo que ya no era bienvenida.

- Oh – aun le dolía recordarlo tanto como a mí – Si, lo recuerdo ¿Pero que tiene que ver con…?

- No es eso, tú me escribiste en la nota algo relacionado con un libro de cuentos de Merlín ¿Cierto?

- Si.

- ¿Cómo sabias que yo tenía un libro de Merlín?

- No lo sabía – murmuró, se escuchó otra voz en la línea – Eh, Cris quiere hablar contigo.

- Hola Cristian.

- Hola, escuché la conversación.

- Creo que no es muy correcto de tu parte estar espiando las conversaciones ajenas.

- No las estaba espiando, solo escuché un poco, y me llamó la atención lo que habías dicho.

- Ah. Necesito hablar con Verónica.

- Pero puedes decirme que era esa nota que Sam te había escrito – me espetó ofendido.

- Es que… necesito hablar es con ella – repetí la palabra con voz fuerte, no podía decirle que Sam me había contado una pista.

- Está bien, estaremos en tu casa dentro de unos quince minutos. Gracias por salvarme de un día de compras con mi hermana – susurró.

- No hay de que.

Colgué el teléfono mientras me arreglaba para salir, llamé a Yess por toda la casa, la encontré en la sala escribiendo unos papeles en su laptop.

- Mamá, tengo que ir a la casa de Verónica ¿Me puedes llevar?

- Claro, ¿Es muy importante?

- Creo que sí, y sería mejor si tu estuvieras presente.

Mi madre condujo hasta la casa de Verónica, vivía unas cuadras más lejos de mi casa, en una casa de una planta, toda llena de madera blanca. Tocamos el timbre dos veces y salió ella para atendernos.

- Hola Yessica, y Christine.

- Hola Verónica, mi hija tiene algo que decirte.

- Por favor pasen.

Entramos en su casa, era de paredes de madera tallada, de color natural, caminamos hasta una sala más baja iluminada con una chimenea de piedra. Nos sentamos en un mueble y ella nos sirvió un poco de té.

- ¿Qué cosa tan importante tenias que contarme, Christie?

- Bueno, estuve pensando sobre las pistas de las que usted me habló y… - no pude terminar de hablar cuando se aparecieron Sami y Cris en la sala, mi amiga retrocedió un poco para tocar la puerta dos veces.

- Toc, Toc. Hola, sé que no esperabas vernos pero… - Sam no había terminado cuando Cris se había adelantado para hablar con nosotras.

- ¿Qué es esa pista?

- Es que Sam una vez me escribió algo sobre un libro de Merlín… - traté de no mostrarme nerviosa.

- Si, Verónica me contó una historia sobre eso, era un libro ¿no Christie? – intervino Sami para sacarme del atolladero.

- Yo les narré un cuento sobre un libro infantil, ¿A qué se debe la duda?

- Es que mi padre me narró el mismo cuento.

La sala se quedó en silencio, no se oyó ningún sonido hasta que Verónica rompió el silencio:

- No sabía eso. En el libro que yo tengo, aparece dibujado una llave en el reverso ¿Sirve de algo eso?

- ¡Si, y mucho! – me emocioné, estaba un paso más cerca - ¿Podríamos verlo?

- Um… no recuerdo donde lo dejé, pero creo que lo tengo en la biblioteca, esperen un segundo… - salió de la habitación mientras todos me miraban.

- ¿De que se trata esto, Christie? – preguntó Sam.

- De la nota que me dejaste, ¿Por qué dijiste lo de los cuentos y la llave? – solté todo sin darme cuenta que la había delatado - ¡Oh, no!

- Tranquila, ya lo sé, no hay problema. Recuerda que yo moví los libros, porque la nota estaba adentro.

- Solo dije lo de Merlín por lo del mago.

- ¿Pero por que la llave?

- Solo estaba en el libro, pensé que sería buena idea.

- Si, funcionó un poco.

- Pero eso puede ser una pista, ya que mi padre me leía el mismo libro, pero no aparecía alguna llave en el.

- ¿Podría ser…?

- Sí, pero a diferencia de cómo yo recordaba mi libro, ahora tiene una cerradura, y no tengo la llave. Eso significa…

- ¡Que quiere que busquemos la llave!

- ¡Seguro allí esta todas las pistas!

- ¡Avanzamos en tan poco tiempo!

Verónica entró de nuevo a la sala con un grueso libro de color azul real, tenía letras plateadas en la portada, y unas más grandes en dorado donde decía Merlín. Ese no era mi libro, o como yo lo tenía.

- Creo que no es ese Verónica.

- Sí, he buscado libros similares, y todos tienen la misma portada y el mismo autor.

En ese momento recordé un sueño donde había estado mi padre que me decía: Si alguna vez tienes un secreto que no te han confiado, tranquila hija mía, que en este cuento la verdad he guardado…

- ¡Mi cuento! ¡No es un cuento!

- ¿Cómo? – exclamaron todos.

- En realidad mi padre seguro le puso otra portada, simulando un cuento, ¡Ese es uno de los libros!

- Pero Christine, yo pensé que lo habías botado…

- No, mi padre sabe que yo nunca lo iba a perder ¡Es el libro!

- ¡Christine! Hemos avanzado mucho.

- ¡Sí!

Sami y yo saltamos de alegría tomadas de las manos, paré un momento mientras vi el libro de Verónica, para observar un rato la llave.

- ¿Me lo puedes prestar? – le pregunté.

- Si, no tengo ningún inconveniente con eso.

- Gracias, me parece haber visto esta llave en algún otro lado.

- No dudes en venir a hablar conmigo apenas lo recuerdes.

- Por supuesto.

Nos despedimos de Verónica mientras íbamos al carro de mi madre, quien nos esperaba adentro, Sam estaba enfurruñada en a mi lado mientras Cris sonreía viendo la ventana.

- ¿Qué te sucede? – le pregunté a mi amiga.

- Me alegra conseguir otra pista, pero… -miró a Cristian triste.

- No, no me vas a convencer. –masculló él.

- ¡Oh, vamos! ¿Acaso no disfrutas de la compañía de tu gemela?

- A veces, cuando no me dice que usar…

- ¡Me ofendes!

Se podía observar la casa de los Wittcher cerca, ellos se despidieron de Yess y de mí. Cuando ya al fin estaba en casa, mi madre me dijo:

- Si quieres sube un momento en lo que yo hago unas conversaciones por teléfono, necesito hablar con una compañera de trabajo antes de hacer la cena.

- Claro, aun no tengo hambre.

Cuando llegué a mi cuarto, dejé el libro que Verónica me había prestado en mi cofre de madera, aunque ya estaba cerrado no podía evitar quedarme viendo las finas tallas que tenia la madera por todos lados, algunas eran flores enredadas, otras pequeñas estrellas, pero no había visto una que estaba en la esquina inferior de la derecha, era una llave.

Se parecía a la llave de Verónica, y mucho, revisé todo el cofrecito buscando otra similar, pero no la tenía, solo en la esquina izquierda tenía un pequeño candado cerrado. Me senté en mi cama con la cajita de madera y el libro abierto, nunca me imaginé tener esa llave en mi cofre, pero estaba en otro lugar, recordé el cofre de mi madre, era idéntico al mío, solo que mas grande, pero ¡Tenía esa misma llave!

Corrí hacia la cocina de mi casa, donde encontré a mi mamá preparando la cena.

- ¡Yo tengo esa llave! Quiero decir, la tenemos, creo… -exclamé casi sin aliento.

- ¿De qué hablas cielo?

- ¿Tú tienes un cofre igual al mío cierto?

- Tenía, tu padre me lo pidió prestado una vez, la última vez que vino a casa, antes de irse de viaje.

- Cuando no volvió –admití con tristeza.

Seguro estaba destruido, igual que el, no volvería a ver otra cofre así, salvo el mío claro. Yess me había explicado que se había ido un tiempo de viaje, seguro se había ido a…

- ¿A dónde se había ido mi padre? –le pregunté antes de que yo supiera la respuesta, para estar segura.

- A Italia, donde vivíamos tu padre y yo, antes que nacieras.

- Oh… ¡Madre! ¡Eso es! La llave seguro está en la casa de Italia, estoy casi segura, esta con tu cofre.

- No lo sé, creo que la casa pasó a ser propiedad del estado cuando nos fuimos, no se si aun este allí.

- ¡Si, si lo está!

- ¿Cómo lo sabes?

- No lo sé, solo tengo fe…


Hello
como han estado?? espero como siempre que disfruten de este cap...
Creo que ya debería empezar a buscar más publicidad, o estimular más la página, como ya no hay el mismo número de visitas y apenas hay coments, creo que modificaré solo un poco.
El blog tal vez se llame The Christie Diary o The Secret Diary of Christie, opinen la encuesta, y en coments con cual quieren que quede... no se cuando vuelva a publicar, tengo muchas dudas acerca del blog, lo escribi para expresarme y para que otras personas sientan lo mismo que yo a través de el, pero no he visto mucho movimiento en la página, y creo que eso me deprime mucho, y no sé que pueda hacer con mi blog...

Ah! a Cris no le voy a cambiar el nombre, solo voy a poner ese como su segundo nombre, ya que a el nunca le gustó el primero ¿Qué tal? Please comenten, no olviden que sin ustedes este blog no tiene sentido...
xoxo mari R... just light