Capitulo 23
Se escuchó unos golpes en la puerta y grité aterrada, tal vez había vuelto y si se iba a vengar de mí, como lo quería haber hecho antes.
- ¿Christine? ¿Dónde estás? –fue de gran alivio oír la voz de Cristian en la oscuridad.
- Por aquí.
- ¿Qué te ocurrió? Vine aquí en cuanto no te oí por teléfono, y después se escuchó un grito.
- Creo que hubo un corto en mi casa, como me quedé a oscuras me asusté y solté mi teléfono, fue justo antes de que me oyeras gritar –solo la mitad era cierto, no sabía como decirle que Regina había estado aquí amenazándome, lo preocuparía mucho.
- ¿Te encuentras bien?
- Si, solo me caí –me toqué con cautela el cuello, donde me ardía al tacto de mis dedos, lo oculté con mi cabello, e instintivamente toqué mi nariz, tal vez me crecería como a pinocho por tan grande mentira.
- ¿Te puedes levantar?
- Si, solo fue un resbalón, ya te lo dije.
- Déjame probar algo… -esperé como medio minuto en silencio y se encendió las luces de la casa- Ya está.
- Gracias, no tienes porque tomarte la molestia de seguir aquí, si quieres ve a tu casa.
- No, no me pienso ir hasta que venga tu madre, así no vas a estar sola –de verdad sonaba preocupado.
- Entonces espérame un momento sentado, vuelvo en un minuto.
- De acuerdo.
Fui a mi cuarto para verme en el espejo, me quité el cabello de encima para ver mi cuello, en cada lado tenía unas marcas de uñas, y moretones, al igual que mi brazo derecho, por algunos lados sangraba un poco, me lo había hecho Regina cuando me estaba asfixiando. Me lo lavé con sumo cuidado ya que ardía mucho, y me puse un suéter encima de mi camisa, y volví a ocultarme las heridas con mi cabello.
Cristian me esperaba en la sala, me miraba preocupado, pero había algo mas, parecía curiosidad.
- ¿Qué ocurre? –le pregunté.
No recibí ninguna respuesta de su parte, se acercó para verme mejor y movió una de sus manos a mi cuello, seguro se había dado cuenta de las heridas, estaba perdida. En vez de tocar mis heridas o apartar mi cabello, solo levantó el dije del collar que me había regalado.
- Pensé que no lo seguías usando. -¡Uf! Me salve por un poco, solo quería saber eso.
- Lo uso todos los días. –compuso una media sonrisa.
- Genial.
Nos sentamos en la sala para ver Tv, estábamos callados sin decir ni una sola palabra, trataba de mantener mi boca cerrada, en mi mente imaginaba como le decía a Cris lo que había pasado con Regina, una y otra vez, algunas veces trataba de asegurarme de que no había soltado alguna palabra mientras estaba pensando, apreté mi mandíbula y cerré una mano en puño para aguantar la sensación de culpa. El notó mi tensión y puso una de sus manos encima de mi puño para hacerme aflojar la mano.
- Tranquila, no te vas a quedar sola ni un segundo. –me dijo.
- Eso era lo que me temía.
- ¿Entonces mi compañía no te es grata? –cerró los ojos fingiendo dolor y giró la cabeza en dirección contraria a la mía.
- ¡Claro que no! Solo que no me gusta que estén de guardaespaldas.
- ¿Estás segura?
- Si –estrechó sus dedos con los míos.
- En realidad aunque no te hayan amenazado, igualmente buscaría una excusa para tener que vigilarte, saber que haces. No hay nada más importante para mi que te sientas a salvo con nosotros ahora, en especial conmigo -¿Por qué dijo eso? ¡Me hacia sentir culpable!
- Oye Cris, respecto a lo de mi seguridad, yo vi… -escuché unas llaves, había llegado mi mamá.
- ¿Cielo?
- Estoy aquí mamá.
- Hola Cristian –llegó Yess a la sala- Recibí tu mensaje.
- Gracias, entenderá que su hija había estado sola cuando surgió el corte en su casa.
- Si, hubiera venido antes, pero salí tarde del trabajo, ¡Y para colmo hubo un accidente de tránsito alrededor de las siete y me quedé en el trafico! –me quedé helada cuando escuché lo del accidente, como a esa hora estaba a oscuras y apareció Regina después.
- No, descuida mamá.
- Entonces… me tengo que ir. Que pasen buenas noches. –se excusó Cris antes de salir por la puerta.
- Buenas noches –y cerró Yess la puerta.
Mi mamá y yo cenamos mientras me contó del día tan agotador que tuvo, le pregunté con cuidado acerca del accidente de tránsito y la hora.
- Fue alrededor de las siete, tal vez hubo un problema en general y por eso hubo un corto, al rato me llegó un mensaje de Cristian preguntándome a que hora llegaría y que pasaría por aquí, se preocupa mucho por ti.
- Sí, claro –era mejor no haber preguntado nada.
Me fui a dormir valientemente a mi alcoba, aun así dejé la luz del pasillo encendida, me daba más seguridad, aunque no había pasado nada en el resto de la noche. Traté de enfocarme en una visión, para saber si acecharía otra vez, pero no pude, estaba bloqueada, quizá fue el miedo o la culpa que me comía por dentro.
El relicario de Cris aun estaba en mi cuello, no me molesté en quitármelo ya que me infundía más valor, me recordaba mucho a él, siempre me sentía seguro a su lado. Aferré el collar en mis manos y me quedé dormida con la tranquilidad de saber que él estaría a mi lado.
A la mañana siguiente todo parecía en su orden, me revisé el cuello que aun me dolía, y todo mi cuarto en señal de algún cambio que no sucedió. Me alisté con el ánimo reforzado para alistarme, desayunar e irme a la escuela, le pedí a Yess que me llevara camino a su trabajo para no tener que caminar, no por tener pereza o miedo, si no porque estaría Cris y tendría que darle explicaciones de mi comportamiento de ayer, era mejor así.
Pasaron unos minutos y me quedé alejada de todos mientras sonaba el timbre de la escuela, aproveché la multitud para entrar desapercibida a clases, casi entraba al salón de clases cuando una mano me aferró por el hombro, solté el aire del susto mientras voltee hacia atrás.
- ¿Me puedes esperar? Caminas muy rápido últimamente –dijo Scott para mi suerte.
- Me gusta llegar temprano a clases –le compuse una sonrisa.
Entramos a clases y Scott se sentó conmigo a una de las esquinas del salón, por lo menos no me verían allí atrás.
Cristian estaba sentado en los primeros puestos mientras me buscaba con la mirada y me encontró, sonrió y Sami también, les devolví una tímida risa.
A la mitad de la clase no resistía la culpa y comencé a rayar mi cuaderno de manera inconsciente, Scott me sostuvo la mano unos minutos después.
«A este paso vas a tener más garabatos que materias en tu cuaderno» Pensó él.
«Lo siento, no me di cuenta»
« ¿Te sucede algo?«
Esa pregunta despertó aun más mi necesidad de contarle lo que pasó ayer a alguien, se lo podía decir a Scott, era mi mejor amigo y me comprendería.
«Es que… ¿Me prometes no alterarte y no decírselo a nadie?»
«No me digas que mataste a alguien.»
« ¡Promételo!»
«Lo prometo ¿Contenta?»
«Si, lo que sucede es que… Regina me atacó en mi casa ayer.»
Esperó unos minutos en silencio para analizar lo que le había dicho.
« ¿Qué te hizo?»
«Solo me amenazó, y me hizo esto»
Voltee donde estaba Cris para estar segura que no me vería, me quite el cabello y subí mi manga derecha para que viera los rasguños, Scott me miró sorprendido e hizo una mueca de preocupación. Me oculté otra vez mis heridas para que más nadie las viera.
« ¿Estás segura de que sea ella?»
«Si, ella misma lo admitió. Y le dijo a Mandy que me empujara por las escaleras.»
Scott abrió tanto los ojos que parecían que iban a salir de sus orbitas.
« ¿En serio te encuentras bien?»
«Si»
« ¿Cómo paso?»
Le conté todo lo que paso la noche pasada a Scott, podía confiar en su palabra y no le diría nada a nadie.
« ¿Y no te podías defender?»
«No vi nada, estaba muy oscuro.»
« ¿Y no podías ver el futuro?»
«No, no he podido desde ese entonces.»
«Eso está mal… Tranquila, no diré nada, encontraremos una solución.»
Era bueno saber que no subestimaba a mi amigo, siempre reaccionaba como yo esperaba y me decía lo que quería escuchar, aunque no fuera así. El resto de las clases me las pase hablando con Scott, era más sencillo hablar con él, y mucho más si no tenía que mover los labios en plena clase para hablar.
Seguía con mi secreto guardado y cada hora que pasaba era menos el deseo de decírselo a alguien, por lo menos estaba Scott cerca cuando se me acercó Cris a la hora del almuerzo y me callaba con sus pensamientos. Sami aun se mostraba algo distante en el resto de las clases, era mi mejor amiga por lo que me conoce más de lo que yo he podido conocerme y sabía que yo ocultaba algo, trate de morderme la lengua para quedarme callada.
- ¿Quieres ir con nosotros a dar una vuelta después de clases? –me preguntó Lucas, al que no había notado hasta ese momento.
- No puedo, le prometí a Scott y Charlotte salir con ellos hoy –Scott me miró raro y su hermana aun peor.
«Sígueme la corriente ¿Quieres?»
- Ah, sí claro. Lo siento.
En la salida Scott me esperó para irme con él y Charlotte, aunque a la última no le agradaba mucho la idea por la cara que me compuso.
« ¿Por qué no le agrado a tu hermana?»
«No te lo tomes en serio, ella es así con todo el mundo»
«Scott…»
«La cosa es… no le caes bien porque piensa que estás jugando conmigo»
« ¿Contigo? »
«Si, piensa que estás jugando con mis sentimientos y como estas todo el tiempo con Wittcher...»
«No, esas no son mis intenciones»
«Lo sé… ¿Y cuando planeas decirle al dramático…?»
«Se llama Cristian»
«Como sea, ¿Cuándo le vas a decir?»
«No le pienso decir nada»
«Se va a enterar»
«No si tu no dices nada, solo sabemos Regina, Mandy, tu y yo, creo que a ninguna de ellas dos les conviene abrir la boca al igual que a mí»
«Te ayudaré, confía en mí»
Pasaron largos meses de los cuales disfruté casi al máximo, mi primera Navidad en Heauston fue de maravilla junto a mis amigos, aunque la nieve había sido un tormento, nevaba demasiado para mi gusto. Las marcas de uñas y la férula ya no estaba, ahora podía mover mis brazos todo lo que quisiera. Como no les dije nada a Sami y a Cris, ni a nadie en realidad, Scott seguía ayudándome varias veces en la semana a recuperar mi visión, pero casi nada sucedía, solo veía minucias sin importancia como la comida que desayunaba o mi cama a la hora de dormir, nada importante.
En el colegio ya todos estaban emocionados con el día de San Valentín, solo faltaba dos semanas, a mi no me molestaba pero tampoco le daba mucha importancia, y no estaba segura de la fecha exacta del día, ni si quiera me molestaba en contarlos, Cristian opinaba lo mismo que yo, era demasiado cursi para mis gustos. Todo estaba en orden y no seguía teniendo noticias graves o visitas inesperadas, al parecer todo seguía su curso.
Una tarde libre en el colegio la aproveché para enfocarme en mis visiones con Scott, que siempre estaba dispuesto a ayudarme. Tomamos prestado el salón de arte de la escuela que estaba vacío, y me senté tratando de relajarme un momento.
- Enfócate, lo lograras esta vez –me dijo Scott.
- No puedo concentrarme si me dices eso una y otra vez, es muy difícil.
- Estoy seguro de que esta es la vencida.
- La milésima vez es la vencida –suspiré fastidiada- Cada vez que dices Lo vas a lograr esta vez ¿Qué crees que pasa? ¡Oh! ¡Te tengo la respuesta! ¡Nada!
- Vamos, inténtalo una vez mas ¿Quieres?
- Va.
Traté de concentrarme un momento solo para enfocar algo, comencé a oir unas pisadas cerca del salón, no me servían de nada, se detuvo el sonido cerca de una puerta…
- ¡Genial! Lo mismo de siempre, nada.
- ¿Viste algo?
- Solo pasos.
- Mañana intentaremos de nuevo, ten –me ofreció una de las sodas que tenía en sus manos- relájate un rato.
- Eso intento.
- Si, se nota.
Duramos unos minutos en silencio, hasta que fue Scott quien habló:
- Entonces… ¿Tu Cris –lo dijo con tono de fastidio y puse mala cara- aun no sabe?
- ¿Qué cosa?
- Regina, ataque, lunática asesina… -hizo señas con las manos.
- Ah, gracias por recordarme que esa loca me quería atacar –comencé a oir unos ligeros pasos, los ignoré- No he sabido nada de ella últimamente, ¿No te has dado cuenta que apenas se ve en clases?
- Si, es cierto.
- Justamente después de que me atacó en mi casa y me amenazó…
- Interesante ¿No crees que pudo haber estado planeando algo?
- No, yo no creo que lo estuvo planeando. Es más apropiado decir que lo está.
- Buen punto ¿Y Mandy?
- Aun sigue pavoneándose en el colegio algunas veces, cuando no está Regina.
- Tienen que tener algún problema mental o algo así, mira que te quería hacer mucho daño cuando Mandy te empujó por las escaleras.
- Tal vez… o el secador de cabello les achicó el cerebro.
Escuché un suspiro que mostraba molestia al otro lado del salón, en la entrada estaba Sami, que nos miraba con gesto indignada.
- ¿Tú eras la que estaba caminando? –le pregunté temerosa.
- Debería decir escuchando.
- ¿Escuchaste todo?
- Solo lo suficiente ¿Cuándo me planeabas decir que casi te matan?
- No te quería decir porque te ibas a molestar mucho.
- ¿Crees que me iba a molestar más de lo que puedo estar ahora?
- Esa no fue su intención solo intentaba no preocupar a nadie, por lo menos entiende… -Scott salió en mi defensa pero Sami levantó un dedo para pedir silencio.
- ¿Prefieres morirte en silencio a que nos preocupemos por ti? ¡Cris! ¡Imagínate que le pasaría si te hubiera sucedido algo peor!
- Pero no me sucedió nada.
- Por ahora, ella va a volver, y se va a vengar.
- Pues estaré preparada cuando vuelva.
- ¿En serio? Demuéstralo.
Me quedé en silencio mientras Sam me veía y enarcaba una ceja, esperando. Yo evadí su pregunta y me puse a la defensiva:
- ¿Y por qué me estabas espiando hace unos minutos? Estabas caminando afuera y te detuviste aquí.
- ¿Pudiste ver algo? –preguntó Scott.
- Si, esta vez sí pude –me dirigí solo a él.
- ¿A que se refieren con Pudiste?
- Este…
- ¿Por casualidad mataron a alguien y tampoco sé?
- ¡Era solo eso!
¿Te parece poco?
- Lo siento. –apenas terminé de disculparme cuando ya había salido del salón- ¿A dónde vas?
- A buscar a mí hermano.
- ¡No le digas! ¡Por favor!
- Entonces, sugiere algo mejor.
- De acuerdo, les parece si vamos a hablar con Verónica. –sugirió Scott.
- De acuerdo –masculló Sam.
Solo seguía sus pasos, Sami caminaba más rápido de lo normal, y hacia muchos gestos cuando movía las manos. Al doblar la esquina nos encontramos con Lucas.
- ¿Dónde estaban?
- Síguenos –le dijo Sam aun molesta mientras lo jalaba de la mano.
- ¿Por qué?
- Creo que tengo algo de información de la cual no todos estábamos enterados.
- ¿A qué te refieres? –preguntó Lucas y cuando vio mi rostro, que no había otra cara si no la de la pena, comenzó a imaginarse la respuesta.- Está en el salón, creo.
Lucas comenzó a preguntarle cosas a Scott y este solo le respondía en voz baja, aun serio, Sam no hacía otra cosa que mirarme confundida y yo trataba de no mirar a ninguno.
Al doblar la esquina nos encontramos con Verónica que venía saliendo de un aula vacía.
- Hola chicos.
- Necesito hablar contigo. –dijo Scott.
- ¿Qué ocurre?
- Louge –a Verónica se le cayeron unos papeles del susto, Lucas los recogió ya que ella estaba ausente viendo a todos lados.
- Por favor pasen rápido.
Todos nos metimos en el aula vacía y ella se sentó en el escritorio, esperado la versión de los hechos.
- ¿Qué tiene que ver ese apellido con todo esto? –preguntó ella.
- Digamos que Christine acaba de aclarar mis sospechas, aunque el termino acabar no es tan reciente para ella.
- ¿Qué sucede?
- Me atacó… Regina me atacó en mi casa.
Verónica y los demás se sobresaltaron y esperaron mi versión de los hechos, traté de contarla lo más tranquila posible, sin ninguna alteración. Todos me miraron asustados, la única que habló fue Sam.
- ¿Por qué no me contaste?
- Se iban a asustar mucho.
- No era excusa.
- Entonces… -empezó Verónica- ¿Estás seguro?
- Si –afirmó Scott
- ¿Y Cristian?
- El no debe saber ¡Por favor! ¡Se va a preocupar mucho!
- Déjame ver que hago con eso, pero primero lo primero. Christine, verás, por si no estás enterada el apellido de Regina es Louge.
- Eso lo sé, pero… ¡Que tonta soy!
- Creo que estas entendiendo.
- ¿Regina puede ser una bruja?
- No puede ser, lo es. Al parecer es una descendiente de los Louge, pensábamos que era inofensiva o que era una descendiente bastante lejana a ser bruja, pero…
- ¡Lo explica todo! ¡Como me pudo atacar, cuando me amenazó en mi casa! ¡Ella fue! Siempre fue ella…
- ¿Ahora ves la importancia que tenía el asunto? –me dijo Sam.
- Disculpen, en serio mi intención no era mentirles. Desde ahora no más secretos, lo prometo.
- Así se habla –concluyó Lucas.
- Hablaremos de esto más tarde, aprovecharé la ocasión y voy a preguntar sobre el paradero de la Srt. Logue.
- ¿Me van a ayudar?
- ¡Pues claro! ¡Qué lenta estas hoy!
- ¡Lo siento Lucas!
- Ya te perdoné. Todos te vamos a ayudar.
- Cierto.
- Me anotan.
Por lo menos estaba más tranquila con el apoyo de mis amigos, aun me carcomía que podía hacer Regina, y ahora que sabía me daba más miedo que antes de que pudiera hacerle algo a mi madre, o a mis amigos, o a Cris. Sam me abrazó y Verónica, Lucas y Scott me dieron una sonrisa cada uno, mostrando el afecto que me tenían, saldría de esta junto a ellos.
Helloo!! disculpen la tardanza!! aquí les dejo este cap, ya se notaran los cambios!! sigan comentando y siguiendo el blog, pronto daré el premio al fan número uno. Quisiera recordarles que pasen a mis otros blogs de Albus y Lily and James, http://www.thealbuslife.blogspot.com/ y http://www.lilyandjamespotter.blogspot.com/ Oh! y les recomiendo este blog!! wwwilusionesperdidas.blogspot.com es de una de mis amigas y es nuevo, tratará de misterios y es nuevo! Me encanta su blog y espero que les guste! Recuerden mandar un msn en ayuda a Haiti! Solo envien Haiti al 50555! xoxo mari R☆★
miércoles, 27 de enero de 2010
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